¿Cuál es el propósito de la asociación Somatemps? ¿Quién la forma?
El propósito principal de Somatemps es devolver el sentimiento hispánico al corazón de los catalanes. Nuestro movimiento pretende dotar de argumentos sentimentales la pertenencia de la nación cultural catalana dentro de la nación política española.
Nosotros entendemos que el separatismo pretende destruir los lazos afectivos de los pueblos de España y en buena medida ya lo ha conseguido ante la dejadez y miopía de los poderes políticos españoles. Para combatir el desapego sentimental de los catalanes hacia el sentimiento hispánico vamos a poner en marcha un combate cultural que durante 30 años ha estado ganando el nacionalismo y que pretendemos dar la vuelta.
Para ello, Somatemps pretende elaborar una renovación cultural, historiográfica, social, convertirnos en un think tank catalán, formado por catalanes pero anti-independentista con la intención principal de movilizar a la sociedad civil, contando con el soporte de los partidos políticos no independentistas. Una organización transversal cuyo objetivo principal es generar ideas, reflexiones ante el envite del separatismo.
En Somatemps hay 63 miembros fundadores, formado mayoritariamente por historiadores, lingüistas, abogados, profesores y miembros de distintas ramas profesionales, todos catalano-parlantes. En la actualidad estamos en fase constitutiva hasta el próximo día 26 de abril en el que organizamos la Asamblea constitutiva en Montserrat.
Toda organización que busque el éxito debe establecer unas claras pautas estratégicas para conseguir la meta marcada. En el mundo de la empresa le llamamos un «Plan de Marketing» (es decir un documento escrito en el que de una forma estructurada se definen de forma clara y concisa los objetivos comerciales y se plantean las inversiones y las acciones a desarrollar) y en el mundo de la política se ha consensuado llamarle «Hoja de Ruta”.
Ya hemos dicho en nuestros inicios que no es el objetivo de Somatemps hacer política, pero la política lo es todo. La política es, etimológicamente, todo lo que tiene que ver con la ciudadanía y sus preocupaciones (y la pertenencia sentimental, real o afectiva de Catalunya dentro de España es una clara preocupación por los ciudadanos de Cataluña actualmente), y al mismo tiempo la política es el proceso de toma de decisiones, acciones y los métodos para ganar y conservar el apoyo de las personas para realizar una acción en grupo (y nosotros queremos ganar el corazón de los catalanes hacia el hispanismo y el catalanismo hispánico).
En vuestro manifiesto fundacional decís que la «embestida secesionista os produce tristeza”. ¿Por qué la llamáis embestida? ¿Por qué produce tristeza?
El desafío que el independentismo está haciendo en los últimos tres años para separar Cataluña del resto de España y la fuerza de sus acciones no es fruto de una casualidad, ni de la crisis económica, ni de un sentimiento escondido que tenía el pueblo, ni de la modificación sustancial de un texto estatutario aprobado en el Parlamento de Cataluña y modificado en Madrid, por cierto, un texto que nadie, o al menos una buena parte del pueblo, no conoce ni tiene ni idea de lo que en él se dice.
La embestida separatista es la trampa dialéctica de España contra Cataluña. En el control del lenguaje y por tanto de la mente de los individuos el separatismo ha sabido promover las trampas dialécticas. Una de ellas consiste en hablar de España y de Cataluña como dos entidades que están al mismo nivel y que además están enfrentadas. Su discurso crea la sensación de que España es algo lejano, que se encuentra al otro lado del Ebro, que es un país vecino al que tenemos que soportar.
El nacionalismo ha usado la persecución de la lengua catalana como motor de la secesión. Al principio con planteamientos amables y sólidamente fundados y al cabo de 30 años con la exigencia contra natura de la destrucción de la nación política común de todos los españoles, asumiendo los postulados más radicales que sólo una minoría (terrorista) apoyaba.
Hoy es triste constatar cómo el odio hacia “España” es mayoritario entre los catalanes, especialmente entre la gente más joven y se sintetiza en una frase que ha tenido un éxito brutal entre la ciudadanía catalana: “Espanya ens roba”.
Hacéis también referencia a la simplificación y a la manipulación de la historia. ¿Cuál es esa simplificación y esa manipulación?
A finales del siglo XIX y principios del XX se inició en Cataluña el movimiento llamado catalanismo. Este movimiento no se planteó nunca con voluntad de confrontación sino con ganas de llevar a cabo una regeneración política y modernizar al Estado. El catalanismo rechazaba siempre lo que se llamaba «el separatismo» por cuanto el objetivo que perseguía era la modernización del Estado.
El independentismo o separatismo catalán nació como movimiento político moderno a finales de la primera década del siglo XX. En 1918 aparecen las primeras publicaciones que podríamos denominar como separatistas o independentistas y los primeros partidos políticos independentistas. Desde principios de siglo se habían ido formando, al abrigo de la Unión Catalanista, los primeros movimientos de tendencias separatistas que confluirían en la creación de la Federación Democrática Nacionalista (1919) y de donde surgiría el que sería el primer grupo que se declararía separatista: Estat Català, dirigido por Francesc Macià, un grupo que en el primer tiempo emprendió actividades armadas. La FDN tendría una vida efímera y, muy pronto, Estat Catalá se convertiría en una organización política (1922).
En 1926 tendrían lugar los Hechos de Prats de Molló, donde Francesc Macià encabezó un intento fallido de impulsar una insurrección armada independentista. El fracaso militar se convirtió en un éxito de propaganda, y el juicio a Macià consiguió dar un gran eco en la reivindicación de independencia tanto dentro del país como a nivel internacional, y convirtió a Macià en un icono popular. Una vez en el exilio, Macià fundaría en Cuba el Partido Separatista Revolucionario de Cataluña, inspirado en el Partido Revolucionario Cubano de José Martí y Máximo Gómez Báez . Un hecho clave fue la proclamación de la Constitución de la Habana, 1928, que ponía las bases de la Constitución provisional de la República Catalana. El texto de la Constitución de la Habana tuvo una importante difusión.
El 14 de abril de 1931, después de las elecciones municipales que dieron la mayoría a su partido, Izquierda Republicana, Macià se presentó a la presidencia de la Diputación de Barcelona para tomar posesión. Desde el balcón del Palacio de la Generalidad de Cataluña, Macià proclamó la República Catalana dentro de una federación de Repúblicas ibéricas en cumplimiento del llamado Pacto de San Sebastián, justo horas antes de que Niceto Alcalá-Zamora proclamara la república desde Madrid.
Posteriormente se produjeron la ascensión de un personaje nefasto para historia de Catalunya y España como fue Lluís Companys, el proceso insurreccional y golpista del 6 de octubre de 1934 y el inicio de la guerra civil española.
Tras la Guerra Civil el separatismo/independentismo es casi inexistente. Aparece el Frente Nacional de Cataluña (FNC) que se convierte en la principal organización pero es casi inexistente. A partir del FNC, aparece el Partido Socialista de Liberación Nacional (PSAN) sobre los años 1968, de orientación marxista.
El PSAN (organización hermanada con ETA) ha sido el auténtico think tank del independentismo catalán en los últimos 30 años. De sus filas han surgido los actuales dirigentes de la “Assemblea nacional catalana” (organización de la llamada “sociedad civil” que ha destacado por la capacidad movilizadora en las calles de cientos de miles de catalanes) y ha nutrido de filas a ERC y a los medios públicos de comunicación catalanes (TV3, Catalunya Ràdio, etc).
Un movimiento minoritario, marginal, de inspiración marxista-leninista; hoy en día asumido y propagado por una mayoría importante de la sociedad catalana.
¿Qué es la conciencia hispana catalana?
Separatistas y separadores comparten la misma visión individualista y economicista del ser humano y de la sociedad. Cataluña y España son marcas comerciales en manos de conceptos mercantiles, fábricas de productos y servicios. Ni tradiciones, ni identidades, ni proyectos ni valores, sólo «debe» y «haber”. No hay Política (en mayúsculas), sólo contabilidad y recursos humanos. No se gobierna para los ciudadanos, sino por los mercados. Las ciudades no se hacen para los que viven en ellas, sino pensando en los turistas. La única diferencia es que los soberanistas saben más marketing y venden mejor su producto.
Somatemps quiere revitalizar la catalanidad, que por ende implica la hispanidad, descubrir que lo hispano, o lo español, no es un simplemente un Estado burocrático frío y desvitalizado. Redescubrir la conciencia hispana de Catalunya nos hará comprender que nuestra hermandad con los pueblos hispanos es la única vía posible para alcanzar esa plenitud cultural, social y política que los catalanes tanto anhelamos
Somatemps nace para aportar un nuevo discurso, identitario, catalanista e hispanista. Para denunciar las falacias e insuficiencias de los discursos dominantes, y para mostrar que ambos son deudores de una misma filosofía que rechazamos. Somatemps nace para contestar al discurso soberanista desde la propia identidad catalana, y el discurso constitucionalista desde la identidad hispánica. Somatemps no quiere incidir solo en la realidad catalana, sino también en la española, porque creemos que no hay problema catalán, o en todo caso, que el problema catalán es parte del problema de España.
Somatemps nace para incidir en el debate de las ideas. Es, pues, un proyecto metapolítico, es decir, sobre todo aquello que llena de significado la acción política en cuanto ésta es algo más que la simple administración. No somos, ni queremos ser, un partido ni una plataforma de partidos, sino elevar el nivel del debate sobre el tema Cataluña/España y poner sobre la mesa una serie de elementos que no están presentes en el debate actual.
Somatemps nace con vocación transversal. Quiere agrupar a personas de origen ideológico diverso, pero que compartan unas mismas inquietudes. La primera es la alarma ante el bajísimo nivel del debate sobre la cuestión soberanista, donde los tópicos, las mentiras, los lugares comunes y la falta absoluta de rigor son la tónica habitual para los dos lados.
¿Por qué Ferrán Valls es una de vuestras referencias?
El abogado, político e historiador medievalista Ferrán Valls es uno de los miles de referentes que los hispanistas catalanes queremos reivindicar. Miembro y promotor del “Institut d´estudis Catalans”, hombre que representaba el catalanismo hispánico y que ha sido eliminado del recuerdo en Catalunya por oponerse al suicidio catalán de 1934. Entre nuestros referentes se cuentan personajes de la talla de Eugeni D’Ors, Joan Prim, Salvador Dalí, Víctor Balaguer o Vicens i Vives.
¿Que más referencias tiene la asociación?
Estamos trabajando en la construcción de nuestro propio cuerpo doctrinal y de referencias históricas. Nuestro trabajo es rehacer el rompecabezas catalán partido en mil pedazos por Companys y sus secuaces en la pasada centuria y que el actual inquilino del “Palau de la Generalitat” ha avivado de nuevo ante el regocijo de una minoría radicalizada, el seguidismo de una masa adoctrinada, el tancredismo del gobierno de España y la colaboración entusiasta de los medios de comunicación subvencionados de nuestra comunidad hispana de Catalunya.
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