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La génesis de Falange Española en Barcelona

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Por Francisco Caballero Leonarte

INTRODUCCIÓN

Si bien es cierto que nunca fue tarea fácil encontrar la verdad en las cosas del mundo, en estos tiempos revueltos que vivimos parece que todavía es más difícil. La opinión “publicada” que nos inunda está conduciendo la voluntad de grandes masas de ciudadanos hacia las extensas zonas desérticas del “pensamiento único”  incontestable.

Así, lo primero que se impone este humilde autor es exponer unos hechos de carácter histórico, constatados a través del paciente buceo en archivos y hemerotecas. La pretensión de quien suscribe no es otra que contribuir al rescate de una historia que, aunque pequeña, tiene su interés entre los estudiosos del Nacionalsindicalismo. Este trabajo solo quiere hilvanar unos modestos apuntes sobre el nacimiento y vicisitudes de la antigua Falange barcelonesa. Si se consigue, me daré por satisfecho.

I.EL MARCO SOCIO-POLITICO DE LA ÉPOCA

Estamos en 1933. El hecho más notable ocurrido ese año en el ámbito internacional -sobre todo por las repercusiones que luego tendrá- es el acceso al poder de Adolfo Hitler en Alemania, a través de unas elecciones democráticas. Eso sucedía el 30 de Enero de 1933. A partir de entonces los ojos del mundo no se apartarían del Reich; aquello era algo nuevo y distinto que desataba pasiones a favor y en contra en todos los países occidentales, incluido el nuestro, naturalmente.

En España figura como presidente de la Republica D. Niceto Alcalá Zamora, un antiguo político monárquico convertido -por esas artes que solo los políticos poseen y entienden- en ferviente republicano.

Manuel Azaña Díaz ocupa el puesto de jefe del gobierno hasta el 12 de septiembre de ese mismo año (1933), fecha en que se ve obligado a abandonar el poder por haberse convocado unas elecciones generales que se celebrarán el 19 de noviembre.

Presidiendo la Generalidad de Cataluña, nos encontramos al ex teniente coronel Francisco Maciá, natural de Borges Blanques (Lérida), ferviente separatista que, como tantos otros, pasó de ser un españolísimo militar a un predicador iluminado del secesionismo catalán. Aunque fundador del partido “Estat Catalá”, se aupó al cargo a través de “Esquerra Republicana de Cataluña”.

Como gobernador civil de Barcelona, aparece D. Juan Moles, natural de Gracia, el cual, siguiendo la norma de los políticos, había pasado de ser un prohombre de la “Lliga Regionalista” a convertirse en un irreprochable republicano adherido, en cuerpo y alma, al frente popular.

A la sazón ocupa el puesto de alcalde de Barcelona el Dr. Jaime Aiguadé Miró, un buen científico, masón por más señas, que militaba en ERC. La ciudad condal tiene, en esos momentos 1.060.504 habitantes.

En el orden social nos encontramos con los estremecedores datos de que en ese año hubo 843.000 huelgas en España, y, de una población de 25 millones de habitantes figuraban 618.000 obreros en paro.

A impulso del gobierno de la República, las autoridades locales de muchas poblaciones impidieron las celebraciones públicas de la Semana Santa.

La famosa ley de contratos de cultivo se está debatiendo en el Parlamento de Cataluña, dando origen a una masiva y virulenta respuesta, tanto por parte de los campesinos, como de los patronos afectados. Estos últimos celebran una asamblea “monstruo” en la plaza de toros Monumental de Barcelona, donde acordaron oponerse a ella por todos los medios legales disponibles.

El ámbito político está también bastante alterado. Se habían producido los luctuosos hechos de Casas Viejas (Cádiz), el 11 de Enero de 1933, y el asunto, que había salpicado directamente al gobierno, todavía estaba latente. De hecho ese acontecimiento contribuirá decisivamente a la caída del gobierno Azaña.

Mientras tanto, en el Parlamento de Cataluña se está debatiendo sobre el reconocimiento de la mayoría de edad de los ciudadanos a los 21 años, pues hasta entonces estaba fijada a los 23.

La prensa de Barcelona de orientación separatista no cesa de reclamar que se realicen las transferencias, con carácter urgente, de las competencias del Estado a la Generalidad, especialmente las materias de Justicia y Orden Publico. Sin embargo, el diario “El Correo Catalán” de inspiración tradicionalista, se queja de que al amparo de unas normas dimanantes del régimen de autonomía universitaria, en la “Central” de Barcelona se están produciendo unos desplazamientos arbitrarios de profesores.

Pero ese año el acontecimiento más importante en España será la celebración de las elecciones generales para el Congreso de los Diputados. Por primera vez en la historia de España, la mujer podrá votar en este tipo de comicios. Esa novedad inquietaba especialmente a las formaciones izquierdistas porque pensaban que, por inclinación natural, la mujer tiende hacia posiciones políticas derechistas, pero, sobre todo, porque estaban temerosos de la posible influencia que el clero, desde las sacristías y confesionarios, pudieran ejercer sobre las féminas.

Ante las próximas elecciones, los diarios barceloneses de izquierdas se vuelcan en una campaña pidiendo el frente único contra el fascismo. Evidentemente, en la España de entonces no había ningún partido fascista mínimamente organizado y fuerte como para preocupar, de verdad, a sus adversarios, pero la táctica de meter en un mismo saco a todo oponente ya se utilizaba entonces; de tal manera que, monárquicos, liberales moderados, católicos militantes… pasaban, automáticamente, a formar en las odiadas filas del fascismo a batir.

Curiosamente, el día 29 de octubre, domingo, fecha de celebración del acto de “afirmación española” en el teatro de la Comedia de Madrid, aparece una nota en el “Diario de Barcelona” informando sobre el mismo. Durante los días siguientes alguna prensa de la ciudad condal, se hace eco –modestamente, pero con ironía- de dicho acto celebrado en la capital de España, destacando, principalmente, la intervención de José Antonio Primo de Rivera.

Y, mientras todas esas cosas pasan en el mundo de la política y de las relaciones socio-laborales, en la calle la vida sigue su curso. El Athletic Club de Bilbao se proclamaba campeón de liga (1932-33). La película “King-Kong” era todo un éxito por su espectacularidad. Se estrenaba la obra “El Divino Impaciente”, de Pemán, con una favorable acogida de público y crítica…

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II. LAS JONS Y OTROS GRUPOS PATRIOTAS

1 – JUNTAS DE OFENSIVA NACIONAL – SINDICALISTA

Como quiera que se desconoce la existencia de una documentación fehaciente al respecto, tendremos que acudir a los textos elaborados por diversos historiadores y estudiosos para determinar la fecha de constitución de las JONS en Cataluña. En efecto, tanto Joan M.Thomas, como José Mª Fontana y la oficiosa Historia de FE de las JONS de Cataluña -versión que obra en Internet- coinciden en señalar el mes de marzo de 1932 como fecha fundacional. Parece ser que las JONS, en Barcelona, no gozaron nunca de reconocimiento legal. Consultado minuciosamente el registro de Asociaciones del Gobierno Civil por parte del autor, no se encontró inscripción alguna. No obstante, ello no fue impedimento para que un pequeño grupo de entusiastas se pusieran inmediatamente en movimiento.

Según nos cuenta José Mª Fontana en su libro Los catalanes en la Guerra de España, “Las JONS de Cataluña…/…en su inicial andar, colaboraron con grupos afines como la Unión Social Hispánica, asociación cultural donde ejercía de secretario Luys Santa Marina, y que propugnaba conseguir una España donde las clases sociales estuvieran armonizadas bajo un ideal de justicia y patriotismo”. Sin embargo, teniendo en cuenta que la Unión Social Hispánica se fundó el 01-07-1933 y las JONS se fusionaron con Falange Española a principios de 1934, tendremos que convenir que tal colaboración debió ser efímera. Pero lo cierto es que antes de producirse la fusión, este grupo político había conseguido reunir unos cincuenta miembros entre sus células de Reus y Barcelona; las dos únicas ciudades catalanas donde tenían implantación. En la primera población figuraba como Jefe del grupo José Mª Fontana y en la segunda compartían la jefatura José Mª Poblador e Ildefonso Cebriano.

2 – CONCENTRACIÓN ESPAÑOLA

Con este mismo nombre existe un periódico, editado en Barcelona, fechado el 30 de septiembre de 1932. Consultando sus páginas, nos hemos podido enterar de que dicha publicación es el nº 1 del Órgano del Partido Concentración Española. Por lo visto, el partido es de reciente creación, porque en la primera página notifica que “Ha quedado constituida la Junta Central de nuestro partido”, y también que “se están haciendo los trabajos para la celebración de un mitin en Barcelona, que servirá de presentación del partido…”, pero lo verdaderamente curioso es la especie de declaración programática que se realiza en sus páginas. Se pregunta” ¿Qué hemos de hacer…? En definitiva, según manifiesta, se propone “Españolizar Cataluña”.

3 – UNIÓN SOCIAL HISPÁNICA

Si analizamos el fondo de los fines de esta asociación, veremos que en ellos se manifiesta cierta proximidad a los postulados del Nacionalsindicalismo. En los Estatutos Sociales, presentados ante el Gobierno Civil de la provincia de Barcelona, el día 1 de julio de 1933, se dice: “Su objeto es la unión de todas las clases sociales españolas para conseguir la superación de España en un espíritu de justicia, disciplina y patriotismo”. En el oficio de remisión de los Estatutos al Gobernador Civil (curiosamente escrito en catalán, traducido por el autor), escribe: “Que deseando actuar unos buenos ciudadanos dentro de la legislación vigente, en el sentido social sin carácter de derecha ni izquierda…” Así, entre las diversas entidades estudiadas, -excepto las JONS, obviamente- podemos observar que la más próxima a los planteamientos característicos del Nacionalsindicalismo es, precisamente, la epigrafiada:

a)     Pretende la unión de todas las clases sociales españolas.

b)    Pretende conseguir la superación de España en un espíritu de justicia, disciplina y patriotismo.

c)     Con sentido social…sin carácter de derecha ni izquierda.

La renovación de junta fue efectuada el 12 de febrero de 1934 y ya aparecen en ella dos futuros falangistas más: Luís Gutiérrez Santa Marina y Francisco Palau Rabassó, ocupando los puestos de Secretario y Presidente, respectivamente. Durante el mes de diciembre de 1933 habían causado alta  en la Asociación, Roberto Bassas Figa y Luís Fontes de Albornoz. El primero llegaría a ser jefe Territorial de FE de las JONS de Cataluña y el segundo formó parte del primer triunvirato de la Falange en el Principado.

Santamarina siguió ligado oficialmente a la USH hasta el 13 de abril de 1934, fecha en que aparece un acta con su dimisión.

Muestra de la agitada vida asociativa que los objetivos de la entidad y las circunstancias socio-políticas imponían en aquellos tiempos la tenemos en el hecho de que, durante los veinte meses de vida que tuvo la USH, cambió cuatro veces de presidente y otras tantas de domicilio social. Pero, a pesar de ello, llegó a tener un censo de 213 socios de número.

Llegada la fecha de 30 de marzo de 1935, se disolvió la USH por acuerdo unánime de su Asamblea General.

Según nos cuentan José del Castillo y Santiago Álvarez en su libro Barcelona, objetivo cubierto, tal disolución se produjo “por aclamación”, pues se había decidido que la entidad pasaba a engrosar las filas de la Falange Barcelonesa.

Evidentemente, a pesar de la triunfalista manifestación de dichos autores, no todos los socios se integraron en Falange, aunque sí muchos de ellos.

4 – PEÑA NOS Y EGO

Según consta en el correspondiente Re- gistro del Gobierno Civil de Barcelona, el día 30 de mayo de 1933 se presentaron, en dicho Centro, los pre-ceptivos Estatutos y demás documentación correspondiente a la Peña Nos y Ego. Atendiendo que tal en-tidad debía dar co-bertura (camuflaje) al Partido Nacionalista Español (PNE) del Doctor Albiñana, que a la sazón no estaba legalizado en esta provincia, se tuvo mucho cuidado de no delatar finalidad alguna de carácter político. Concretamente, en sus Estatutos se dice: “…se constituye una Sociedad con fines exclusivamente culturales y deportivos…/…organizará toda clase de deportes, excursiones, cursos de estudios y conferencias históricas, científicas y literarias”. Para curarse en salud afinan más y, en el Art.2º, manifiestan: “Si alguna de las conferencias que se organizara tuviese carácter político, sólo será consentida en el terreno puramente doctrinal, pero no en el de lucha de partidos o de regímenes, cuyas discusiones estarán siempre prohibidas en el local social”. No nos puede extrañar tales prevenciones porque, además de prestar cobertura legal al PNE –como hemos dicho- esta Peña tenía en su seno numerosos militares, a los cuales –igual que hoy- les estaba vedado por Ley pertenecer a organizaciones políticas.

Si bien es cierto que, en principio, esta entidad no tiene relación ideológica con los postulados esenciales del Nacional – sindicalismo, creemos interesante traerla a colación porque en ella aparecieron y actuaron algunas personas que con el tiempo pasaron al activismo falangista.

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La vida de esta Peña, a pesar de la sutileza de sus Estatutos, no estuvo exenta de sobresaltos. En la temprana fecha del 25 de julio de 1933, es decir, antes de dos meses desde su fundación, ya resultó clausurada por la autoridad gubernativa, siendo levantada la misma  el 5 de agosto siguiente.

Entre los socios de la Peña Nos y Ego que posteriormente formarán parte de Falange están: Julio Montaner Roca, Carlos Mª Trias, Pedro Armenteros, Ángel Sáenz…

III.EL NACIMIENTO DE F.E. EN BARCELONA

1 – PROLEGÓMENOS EN EL ÁMBITO NACIONAL

Después de la agitada experiencia política vivida en las filas de la Unión Monárquica Nacional (UMN) –desde su creación, el 5 de abril de 1930, hasta su disolución al advenimiento de la República- José Antonio consideró llegado el momento de tomarse un tiempo de respiro, sin actividad política, y se centró principalmente en sus ocupaciones profesionales, haciendo salidas esporádicas al ruedo público con escritos en la prensa y alguna que otra declaración o conferencia. El motivo principal de sus comparecencias seguía siendo la defensa de la memoria de su padre que, como hombre de gobierno, estaba siendo injustamente atacado por tirios y troyanos. Precisamente para ese fin –la defensa de la memoria de su padre- se había presentado a las elecciones generales a Cortes formando parte de la candidatura de la UMN. No consiguió en esa ocasión el acta de Diputado, pero sí pudo obtener unos útiles conocimientos del funcionamiento real del mundo de la política.

Su curiosidad intelectual innata y el deseo de conocer todas las novedades importantes de su tiempo llevaron a José Antonio al estudio de los movimientos políticos más modernos de entonces. Le llamó especialmente la atención el fenómeno del fascismo italiano, en el que veía ciertos componentes que estimaba de valor universal y, por tanto, válidos para su implantación en España. Así, llegado el mes de marzo de 1933, no tuvo ningún inconveniente en participar en la redacción del semanario El Fascio, que, como bien se sabe no pudo ver la luz de la calle porque las autoridades gubernativas lo secuestraron.

Lo cierto es que, en aquellos momentos, José Antonio aparece como un pensador plenamente convencido de la validez de los postulados del fascismo, acomodados –por supuesto- a la idiosincrasia del pueblo español; es decir, con la incorporación del sentido religioso y con la idea de España como Unidad de Destino. Tanto es así que, el 27 de mayo del mismo año, juntamente con Julio Ruiz de Alda, lanza la primera proclama del Movimiento Sindicalista Español (MES) en la que, como subtítulo, aparece inequívocamente la frase: Fascismo Español. Además, en ese documento aparece por primera vez el popular grito y consigna ¡ARRIBA ESPAÑA! Más adelante, a instancias de Ruiz de Alda, y atendiendo algunos consejos y críticas de varios colaboradores, que consideraban la definición de fascista lesiva para la consolidación y avance de la formación política, se llegó a la conclusión de que había que denominarlo de otra forma que no indujese a entenderlo como un movimiento mimético del italiano o de carácter internacionalista. En consecuencia, poco después del acto de afirmación española del 29 de octubre de 1933, se impuso el nombre de Falange Española (F.E.) Esta nueva denominación mantenía las iniciales –hoy diríamos siglas- que ya se habían ganado cierta atención en la calle, y tenían la ventaja de introducir una imagen auténticamente española en el nombre del incipiente Movimiento.

Sin embargo, durante ese tiempo de incertidumbre, entre mayo y noviembre de 1933, en la firma de los manifiestos, pasquines, y demás propaganda, figuraba: Movimiento Sindicalista Español – Fascismo español, y las siglas F.E. dentro de un recuadro rectangular. En el libro de José Luís Jerez Riesco “José Antonio fascista” (Pág. 48) se hace eco de unas explicaciones del Camisa Vieja David Jato, el cual dice en un escrito: comenzaron a repartirse unas hojas de propaganda de grupos dirigidos por José Antonio Primo de Rivera y Julio Ruiz de Alda; las hojas llevaban en un recuadro las iniciales F.E. que solían traducirse por sus repartidores indistintamente como Fascismo Español, Frente Español o Fe Española. Nadie identifica la “F” con el término Falange, a pesar de haber sido utilizado ya en “La Conquista del estado”.

2 – LOS PRIMEROS PASOS EN BARCELONA

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José Antonio, que había residido en Barcelona un año aproximadamente, durante su juventud, sabía de la importante realidad sindicalista de esta ciudad. Tanto él, como Ruiz de Alda, seguían atentamente la evolución del sindicalismo Único, que tenía entonces mucha fuerza en Cataluña, y pudieron observar que un núcleo significativo de confederados, capitaneados por Ángel Pestaña, abandonaban las influencias anarquistas que había impuesto la FAI. Eso significaba la irrupción, en el ámbito político, de fuerzas que hasta entonces lo habían repudiado. Ese acontecimiento ocurrido en Barcelona, lógicamente, despertó el interés de José Antonio. Según afirma Juan Vidal Salvó, en un artículo que publicó en el diario Solidaridad Nacional, el 20 de noviembre de 1956: José Antonio, en su deseo de incorporar elementos aguerridos de trabajadores a la Falange en formación, me encargó que siguiera minuciosamente el nuevo movimiento obrerista. Y en agosto de 1933, después de recientes informaciones que le había mandado a Madrid, recibí la visita del capitán López Pándo, ordenándome, en nombre del futuro jefe nacional de F.E. que localizara a Pestaña y tratara de que asistiese a una reunión con falangistas de primera hora, al objeto de averiguar la orientación del partido que se estaba organizando y estudiar si era posible llegar a algún entendimiento con él. Inmediatamente di cumplimiento de la orden recibida y me puse en contacto con un conocido sindicalista, el cual, después de varias vicisitudes, alguna de ellas peligrosas en aquellos tiempos tumultuosos, me brindó una primera entrevista con su jefe, que como manifiesta paradoja tuvo lugar en el Centro Tradicionalista de la calle Puertaferrisa y del que yo era afiliado. Ya con el asentimiento de Pestaña, preparé un definitivo contacto, que se realizó en mi despacho de la ronda Universidad, 17, a cuya reunión asistieron tres sindicalistas y cuatro falangistas. Se frustró todo acercamiento por la discrepancia fundamental, no superada, acerca de principios para nosotros axiomáticos, entre ellos el de Patria y religión.

Así, podemos ver que las primeras gestiones de José Antonio en esta ciudad, para conseguir adhesiones a su proyecto político, se realizaron, precisamente, en el ámbito del obrerismo organizado. La entrevista que narra Juan Vidal no fue la única que se mantuvo con el líder de los Trentistas; posteriormente habría otros intentos de aproximación e, incluso, colaboración con grupos de la CNT.

Pero veamos cómo fue posible la plasmación del proyecto Joseantoniano en esta ciudad:  José Antonio que, como hemos dicho, había residido durante cierto tiempo en Barcelona, obviamente tenía muchas amistades aquí, pero el perfil de esas personas –aristocracia y alta burguesía- no le podían servir para poner en marcha las ideas que bullían en su cabeza. Para ello precisaba hombres resueltos y deseosos de cambiar las cosas. Él supuso –como también lo había hecho Ramiro Ledesma-  que a muchos militantes de la CNT se les podría captar para el sindicalismo nacional. La intención de ambos, en aquellos momentos iniciales, coincidía en el intento de nacionalizar – en lo posible- el movimiento obrero español.

3 – LOS PRIMEROS HOMBRES

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El primer enlace de José Antonio en Barcelona fue Luis Fontes de Albornoz. Había nacido en 1901 en Murcia, donde realizó todos sus estudios. Combatió en la guerra de África, sufriendo varias heridas. Al término de la campaña se trasladó a Barcelona, donde se estableció definitivamente. Falleció el 11- 9-70. Era íntimo amigo de José Antonio por relación familiar de muchos años y por esa razón, el Fundador, desde un principio, contó con él para que le abriera camino en la compleja realidad socio- política de la Ciudad Condal. Fontes, cumpliendo las instrucciones recibidas de José Antonio, buscó entre sus amigos y conocidos a quienes pudiesen tener las ideas coincidentes y el coraje necesario para poner en marcha el proyecto de la revolución nacional. En esa búsqueda, Fontes se encontró con un personaje ciertamente peculiar en aquella época álgida del internacionalismo y del separatismo: Juan Vidal Salvó.

Juan Vidal Salvó, había nacido el año 1897 en El Vendrell (Tarragona), era abogado de profesión y estaba colegiado en Barcelona desde el año 1920. En su juventud estuvo afiliado a la “Lliga Regionalista”, donde ocupó puestos de cierto relieve, y posteriormente en la Unión Patriótica. Pero no acabó ahí su “curriculum”; luego aparecería sucesivamente en: la “Unión Monárquica Nacional”. (1930), “MES” (1933), “Acción Social Española”, Asociación Adherida a la CEDA, donde Vidal figura como vicepresidente el mes de noviembre de 1935. Curiosamente, Juan Vidal también formaba parte de la junta, como vocal, de una Asociación de Abogados de Barcelona, de carácter profesional, junto a Roberto Bassas.Este personaje, polifacético y tornasolado –como se verá más adelante- llamó la atención de nuestro buscador de colaboradores, Luís Fontes, porque acababa de publicar un libro titulado “Hitler y el Nacionalsocialismo.”, que era una traducción del alemán de la biografía de Hitler. Lo cual, en aquellos momentos de incipiente solidez ideológica, podía parecer, próximo a la teoría del MES. Curiosamente, en el año 1953, año en que se firmaron los acuerdos entre España y los Estados Unidos de América, el mismo autor publicaba un libro de 200 pág. titulado “Eisenhower” visto por un español”; era –lógicamente- una notable loa al biografiado y a su país.

Pero lo que más nos interesa del epigrafiado es su relación con el MES –Fascismo Español, y con FE Según manifiesta el propio interesado en la declaración jurada que hizo, de puño y letra, ante el Tribunal Depurador del Colegio de Abogados de Barcelona en 1940: “Antes del Movimiento y en 1933 fue nombrado por J. A. jefe de FE en Cataluña, en cuyo cargo le sustituyó Roberto Bassas, que fue por el dicente presentado a la Falange, por haber sido nombrado Delegado en España del Antikomintern de Berlín siguiendo las órdenes del Jefe Nacional”.

De la declaración jurada de Vidal, si le otorgamos validez –y hoy por hoy nadie le ha desmentido- obtenemos conocimiento de que, en efecto, el primer jefe de F.E. en Cataluña fue él, aunque no sabemos exactamente en qué fecha se produjo su nombramiento y su cese.  Si nos atenemos a los datos actualmente disponibles, podemos estimar que Vidal pudo ostentar tal nombramiento entre noviembre de 1933 y febrero de 1934, fecha en que fue nombrado Jefe Territorial Roberto Bassas.

Pero no pasemos por alto lo del Anti-komintern. ¿Qué era eso? Hacía unos años  que, a impulsos de la Unión Soviética, se había formado un organismo internacional que agrupaba a los distintos partidos comunistas dispersos por el mundo. Su misión –lógicamente- era coordinarlos a todos bajo el mando de la URSS; pues bien, ese organismo internacional era llamado Komintern.

Frente a ese organismo de difusión y agitación comunista, el nacionalsocialismo, recién triunfador de las elecciones democráticas en Alemania, tan pronto como se instaló en el poder, creó un órgano como agencia especifica alemana para la propaganda anti bolchevique que, a las órdenes de Goebbels, pasó a llamarse Anti-komintern. Con el paso del tiempo, ese embrión sería una Institución compleja y de importancia política internacional a la que se adhirieron muchos países, entre ellos España en 1939.

Atendido lo anterior puede entenderse muy bien que José Antonio, con el deseo de obtener algunos apoyos en su inmensa tarea de crear un nuevo movimiento político, estimase la conveniencia de mantener relación con ese organismo de Berlín y, dándose el caso de que Juan Vidal Salvó conocía perfectamente el idioma alemán, ¿quién mejor que el para acceder al puesto de Delegado del Anti-komintern en España? Pero, ¿hasta qué punto se mantuvo fiel a la naciente Falange Juan Vidal Salvó? A estas alturas es muy difícil saberlo. Pero lo que si sabemos, y tenemos documentado, es que este antiguo camarada aparece como vicepresidente de la Asociación “Acción Social Española”, -entidad adherida a la CEDA- en el mes de noviembre de 1935. Como podemos ver, su movilidad en el ámbito de la política es notable. Pero no solo eso, pues una vez pasado el vendaval de la guerra civil –durante la cual permaneció escondido en Barcelona- reaparece firmando algunos escritos en el diario del Movimiento Solidaridad Nacional.

José Luís Jerez Riesco, en su libro “José Antonio Fascista”, afirma que Juan Vidal Salvó “había acudido con Carlos López Manduley que era jefe del PNE en la ciudad condal, Guimet y José Parés, este ultimo de Badalona”. Este texto es el primero y único, que he podido hallar que mencione a Vidal Salvó como asistente al acto del teatro de La Comedia. Manduley –como se ha dicho- era presidente de la “Peña Nos y Ego”, vinculada al PNE, y José Parés, por aquel entonces, era el Jefe de la incipiente JONS de Badalona.

4 – JOSÉ ANTONIO EN BARCELONA

Poco después de la celebración del acto de “afirmación española”, en Madrid, José Antonio y Julio Ruiz de Alda se desplazan a Barcelona. Tienen intención de conocer, sobre el propio terreno, cuál es la situación en la capital catalana y estudiar la forma de promover la organización del nuevo movimiento político que acaudillan. Así, el día 3 de diciembre de 1933, domingo, se encuentran en Barcelona y, en compañía de Luís Fontes, acuden al despacho de Juan Vidal Salvó, quien les presenta a varios dirigentes de la CNT, sin que podamos saber, hasta la fecha, quiénes eran.

Por la tarde, José Antonio acude a una reunión en la peña “Nos y Ego” (PNE) donde tiene un cambio de impresiones con los directivos de la entidad, sin llegar a ningún acuerdo específico. Sin embargo, de esa peña, poco tiempo después, saldría un buen número de falangistas.

Después de la citada visita, José Antonio, acompañado de su amigo y camarada Luis Fontes, se persona en la sede de la “Unión Social Hispánica”, sita en la calle Cardenal Casañas, lindante con el barrio “Gótico” de Barcelona. En ese centro también mantiene el Fundador una conversación con sus directivos y obtiene algunas adhesiones de carácter personal, como la de Luys Santa Marina que, aunque no estuvo presente en aquella ocasión, se sintió inmediatamente atraído por las ideas y la personalidad de José Antonio.

“A principios de febrero de 1934 volvió José Antonio a Barcelona acompañado, en esta ocasión, de Alfaro y Cuerda. Se hospedaron en el Hotel Regina, y allí se reunió con Bassas, Fontes de Albornoz y Santamarina. Entonces es cuando se nombró el primer triunvirato de la Falange de la siguiente forma: Bassas, Santamarina y Fontes” (párrafo extraído del libro “Barcelona Objetivo Cubierto”, de José del Castillo y Santiago Álvarez).

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Al siguiente mes de marzo, después de la unificación de F E y las JONS, José Antonio volvió a Barcelona en compañía de Ledesma Ramos y Ruiz de Alda y, en una comida celebrada en el restaurante “Las 7 puertas”, Fontes puso su cargo a disposición de José Antonio para que entrara en el triunvirato José Mª Poblador Álvarez de Altabás, jefe de las JONS de Barcelona, quedando Fontes como Secretario Territorial.

Llegados a este punto, se hace preciso ofrecer una pequeña semblanza, aunque sea unas pinceladas para conocer someramente a los primeros responsables de la Falange barcelonesa.

Roberto Bassas Figa, natural de Castelló de Ampurias (Gerona), nacido El 1889 y muerto fusilado por El Frente Popular el 30 de Enero de 1939, en el Santuario de Sta. Mª del Collell (Gerona), abogado, Presidente de la Junta Consultiva de la “Asociación de Abogados de Barcelona” (1935), miembro de la “Barcelona Esperanto Societo”, había militado en su juventud en la “Lliga Regionalista”, pero, a través de sus estudios y viajes, se fue acercando paulatinamente a posiciones ideológicas más sociales y con sentido patriótico español. No olvidemos que él fue quien escribió el texto de la famosa pancarta “¡¡VIVA LA UNIDAD DE ESPAÑA!! que se paseó por Madrid, en manifestación, el 6 de octubre de 1934.

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Luis Gutiérrez Santamarina (más conocido por su nombre literario Luys Santa Marina), nació en Colindres (Cantabria), el 4 de enero de 1898 y falleció en Barcelona en septiembre de 1980. Estudió el bachillerato en Santander y Derecho en la Universidad de Oviedo. Se trasladó a Madrid, abandonando sus estudios y, poco después, en 1925 se traslada a Barcelona, donde echará raíces. Además de escritor y poeta realizó estudios de los clásicos y tradujo a Kipling y a Aldous Huxley. Fue secretario de la “Unión Social Hispánica”, cantera barcelonesa de falangistas. Llego a ser jefe de la CONS, Jefe Territorial  (por ausencia de Roberto Bassas) y Consejero Nacional por designación de José Antonio. La vida y militancia política de Santa Marina exige un trabajo monográfico que, evidentemente, no puede entrar en estos pequeños apuntes.

José Mª Poblador y Álvarez de Altabas (Barcelona, 1900 – 1993) Se licenció en Dcho. Por la Univ. De Barcelona. Formó parte en su juventud, de los grupos patriotas   “La Traza” y “Peña Ibérica”. Fue jugador de rugby en el Club Deportivo Español. A principios de 1930 se afilia al carlismo y, en julio de 1931, aparece como director de un periódico titulado “REACCIÓN”, semanario tradicionalista de lucha política”, con una orientación clara expresada en el lema: “ningún enemigo a la derecha”. En 1932 ingresa en el PNE, pero, poco después funda el núcleo barcelonés, de las JONS en la fábrica CROS de Badalona, del que formaron parte algunos falangistas sobresalientes como José Maluquer Cueto.

IV – LA ORGANIZACIÓN

1 – Primeros pasos:

La Falange barcelonesa, como es obvio, tenía serias dificultades para desarrollarse: por un lado las izquierdas cada vez más exacerbadas por la propaganda política; por otro, la actitud intransigente de unas derechas arcaicas y, por si fuera poco, la hostilidad de unos gobiernos sectarios.

En estas circunstancias, sobre todo teniendo en cuenta  los escasos recursos humanos y dinerarios, los primeros jefes del Movimiento tuvieron que utilizar el ingenio para poder activar con cierta libertad. Desde el primer momento sabían que las autoridades gubernativas no aprobarían los estatutos de FE para su funcionamiento normal en la Provincia; por lo tanto, cuando abrieron la primera sede en la calle del Carmen, 14 (1933) se hizo constar en el contrato de inquilinato que se trataba del “Ateneo de Cultura Social y Política”, pero con la “martingala” de adherido a Falange Española.

A consecuencia de un registro policial se tuvo que abandonar el referido domicilio y a principios de 1934 se pasó a un caserón vetusto de la calle Rosich, núm. 4. En esta ocasión FE estaba camuflada como “Centro de Deportes Olímpicos”. Un “ring” improvisado, unas pesas y unas anillas sirven de disfraz. Este local, amplio pero destartalado, también se perdió por razones de activismo político. El día 3-5-35, cuando estuvo José Antonio dictando una conferencia en el mismo se produjo un ligero tiroteo en la calle y ello obligó a la intervención de la policía. En cuanto el dueño del inmueble se enteró del caso no paró hasta conseguir el desahucio de los “molestos” inquilinos.

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Después de lo explicado, a principios de 1936 la Falange barcelonesa vuelve a disponer de una nueva sede en la Ronda de San Antonio, nº 100. Ahora, con el Frente Popular en el poder y la Generalidad desatada, es más difícil la vida de la organización. De momento tienen que volver a camuflarse con el nombre de  Club Olympic. Ese local será clausurado el mes de marzo por la policía como consecuencia de haber declarado el gobierno a la Falange fuera de la Ley.

Al margen de los locales propios establecidos como sedes principales, también existieron unos lugares de encuentro, reunión o enlace –sobre todo en tiempos de clandestinidad-  que prestaron un valiosísimo servicio. Manuel Tarín Iglesias menciona en su libro, Los años Rojos, a la Falange del “Arnau”; vetusto local de espectáculos en cuyo bar se reunían los camaradas que vivían por los alrededores del Paralelo barcelonés.

Entrados en el año 1936, dadas las especiales y peligrosas circunstancias para los falangistas, se optó por hacer una primera línea de carácter militar, y así se crearon las tres centurias históricas: Azul, Roja y Amarilla, que formaron la primera Bandera de Barcelona.

2 – ACCIONES DE CARÁCTER POLÍTICO

Por causa de las importantes carencias de la Falange barcelonesa sus acciones se limitaron al reparto en mano de propaganda, fijación de pasquines en las paredes, venta de los periódicos propios – FE, ARRIBA y HAZ- y alguna que otra pintada. Tal como se ha dicho anteriormente, en un principio, antes de crear y consolidar su propio nombre, los falangistas utilizaron durante un breve espacio de tiempo, la denominación M.E.S. –Fascismo Español. Con esas siglas se fijaron pasquines en Barcelona el 2 de noviembre de 1933; es decir, tres días después del Acto de la Comedia. De ello se hizo eco el diario La Humanitat, que estaba en manos de la ERC.

Se supone que los responsables de prensa también distribuían notas entre los periódicos más o menos afines o próximos, pero lo cierto es que no conozco más notas, con ruego de publicación, que la que aparece en el periódico El Nacional, de 2 de diciembre de 1934, dirigida a los comerciantes, industriales y labradores de España y la que anuncia la aparición del semanario Solidaridad Nacional, en La Vanguardia y Diario de Barcelona, a principios de julio de 1936.

Para toda esa actuación se dividió la ciudad en tres zonas, una para cada Centuria –si bien hay que matizar que esas Unidades eran incompletas- cuyos miembros se dedicaban en sus horas libres no solo a la propaganda escrita, sino a la captación de voluntades en cafés, barberías y otros lugares públicos. Las acciones principales iban dirigidas a los trabajadores, por medio de la CONS, y a los estudiantes a través del SEU, aunque también llegó a editarse algún pasquín dirigido a los empresarios.

El diario La razón del 18 de diciembre de 1934, en su primera página, publica un suelto que dice: “Letreros en el pavimento.- Esta mañana por diversas barriadas extremas de la ciudad, aparecieron pintados en el suelo unos letreros en que se leía: “Obreros C.N. de las JONS: os espera pan”. La CONS tenía su sede en un local camuflado de mercería en la calle Casanovas, 176, donde Luys Santa Marina dinamizaba la actividad.

El SEU, con poca implantación en la Universidad y en los Institutos, tuvo que buscar, en muchas ocasiones, el apoyo de los estudiantes tradicionalistas, sobre todo cuando se trataba de defender la unidad de España frente a los separatistas. El hecho más notorio de las actuaciones del viejo SEU barcelonés –al margen de las constantes trifulcas callejeras-  fue la llamada pomposamente batalla del bar, que tuvo lugar en la sede central de la Universidad de Barcelona el día 17 de enero de 1936. En síntesis, la batalla consistió en un enfrentamiento violento, con puños y porras, entre un pequeño grupo de estudiantes falangistas, y otro, bastante más numeroso, de estudiantes del Federació Nacional d´Estudiants de Catalunya, de carácter separatista, motivado por la quema de un ejemplar de ARRIBA, de manera pública y provocativa, por parte de estos últimos. Este suceso apareció en toda la prensa de la ciudad y contribuyó a crear cierta aureola de valientes a los chicos del SEU.

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En este capítulo de propaganda cabe citar la anécdota que me contó el Vieja Guardia Abelardo Azorín hace algunos años: siendo él un mozalbete de 16 años le habían nombrado Jefe de Escuadra; es decir, jefe de otros seis chicos como él. Como consecuencia de su nombramiento, tuvo que responsabilizarse de la propaganda en Badalona, su ciudad de residencia, y por ello convenció a un payés que poseía un carro con el que, varios días a la semana, se desplazaba a Barcelona. Pues bien, nuestro payés, en medio de las verduras y aperos, le traía al Jefe de Escuadra, puntualmente, los impresos de propaganda que tenían que distribuir en Badalona. Eso fue así hasta que un día se presentó la policía en casa del buen “recadero” y fue detenido. Posteriormente se supo que un miembro de su Escuadra era un infiltrado que había dado el chivatazo.

Y, por último, mencionaremos el medio de difusión más importante que tuvo la Falange barcelonesa: el semanario Solidaridad Nacional. Poco después del triunfo electoral del frente popular en las elecciones de 14 de febrero de 1936, empezó la verdadera persecución gubernativa contra la Falange y, como consecuencia de ello, José Antonio y la mayoría de los miembros de la Junta Nacional fueron encarcelados, la Falange declarada fuera de la ley y sus locales clausurados en todas las provincias. Como corolario de lo anterior también se prohibía todo tipo de propaganda, incluido el periódico Arriba. Sin embargo, José Antonio, desde la cárcel, fundó otros dos periódicos. La energía del Jefe y su fe en la propaganda periodística, le llevó a fundar No Importa, boletín de los días de persecución, del cual se llegaron a editar cuatro números con carácter clandestino. Sin embargo, el alcance propagandístico de No Importa, por su propia naturaleza clandestina, era muy limitado, por lo cual, poco más adelante decidió fundar otro periódico, ya de carácter legal, que sirviera como portavoz de las ideas sustantivas del Nacionalsindicalismo y, a su vez, pudiera superar la rigurosa censura del gobierno. Este nuevo semanario bautizado por José Antonio con el título Solidaridad Nacional, se editaría en Barcelona. En efecto, el Jefe comisionó al camarada Maximiano García Venero para que se desplazara a la ciudad condal, conectara con los dirigentes de la Falange catalana y estudiara la forma de poner en marcha esa iniciativa periodística.

En aquellos momentos los falangistas estaban en las catacumbas y no disponían de ningún medio de propaganda eficaz de cara al exterior; por lo tanto, Solidaridad Nacional tenía que cubrir esa necesidad vital. Ese nuevo periódico estaba destinado a sembrar las ideas del Nacionalsindicalismo entre los trabajadores de Cataluña, aunque su distribución, dentro de lo posible, se hacía con carácter nacional. Así, consta que se distribuyó en las cuatro provincias catalanas y también en Santander, Valencia, Madrid, Zaragoza y San Sebastián. José Antonio tenía mucho interés en que el nuevo periódico se abriera brecha entre las filas del obrerismo barcelonés, se esforzaba en darle un carácter eminentemente sindicalista. Todavía desde Alicante y cinco días antes del Alzamiento, enviaba consignas de prensa a Barcelona para Solidaridad Nacional.

La aparición del nuevo semanario fue anunciada en una gacetilla de La Vanguardia, y el Diario de Barcelona escribía: Nuevo semanario.- Con el título “Solidaridad Nacional” ha iniciado su publicación en esta ciudad un nuevo semanario que aparecerá los sábados. Propugna por una nación libre, fuerte y grande y en su fondo de presentación hemos leído, como síntesis de si ideal: “Queremos una España joven, fundida en los crisoles de la antigüedad. Queremos una España clásica, con ademán moderno”.

Aquel semanario, que nacía con tanta ilusión, por las circunstancias del momento, tuvo una vida efímera; solo se llegaron a publicar tres números antes de la guerra; el primero salió el día 4 y el último el mismo 18 de julio de 1936. Por esa razón, al finalizar la contienda, cuando se convirtió en diario, inició su nueva andadura con el número cuatro.

EPÍLOGO

De todo lo dicho estimo que merece destacarse lo siguiente:

a)     Desde un principio, José Antonio tuvo un especial cuidado en la selección de los hombres que en Barcelona debían encargarse de promover la organización de su proyecto político. A pesar de tener éste muchas amistades en la ciudad condal –sobre todo entre la aristocracia y la alta burguesía-, sabía perfectamente que para las tareas que se avecinaban precisaría de hombres resueltos y con capacidad de liderazgo y, dentro de lo posible, que fueran catalanes, pues una de las batallas que se tendrían que librar en esta ciudad sería, inevitablemente, la defensa de la unidad de España.

Está claro que la primera persona que recibió el encargo de la puesta en marcha del futuro movimiento político fue su amigo de juventud Luís Fontes de Albornoz, el cual contactó con Juan Vidal Salvó, abogado, y empezaron ambos la tarea.

b)     Obsérvese que, desde un primer momento, Juan Vidal Salvó, a pesar de su vinculación temporal al tradicionalismo, busca el diálogo con grupos obreros de la CNT, y, por encargo de José Antonio, propicia una entrevista en su despacho entre sindicalistas y falangistas. Los intentos de diálogo y entendimiento con Ángel Pestaña se reiterarán. La CONS, bajo la dinámica jefatura de Luys Santa Marina, se va abriendo camino entre algunos grupos cenetistas, de tal forma que, cuando José Antonio viene a Barcelona el 3 de mayo de 1935, para pronunciar su única conferencia –como falangista- en la ciudad condal, quienes le hacen la escolta personal son los hermanos Velázquez, antiguos hombres de acción del grupo Los Macabeos, de la CNT.

c)     Como se ha dicho, las primeras acciones de la Falange barcelonesa fueron destinadas a la defensa y promoción de la unidad de España. Los partidos políticos de izquierdas y sindicatos, con sentido nacional, no eran motivo de enfrentamiento  buscado por los falangistas. Se procuró siempre mantener una equidistancia ideológica y estratégica entre las izquierdas y las derechas. Los enfrentamientos más violentos que se conocen son los que se produjeron en las algaradas estudiantiles, con participación del SEU, en las que no salieron a relucir más que puños y porras. No consta que se produjera en la región catalana ningún atentado mortal, con participación de los camisas azules, antes de la guerra.

d)    A pesar de los grandes esfuerzos de los falangistas de primera hora para obtener la atención y un espacio político en la enmarañada realidad de su tiempo, no pudieron conseguirlo. Los ánimos de buena parte de la población estaban muy exaltados. El intento de superación de la lucha de clases en aquella sociedad tan radicalizada no podía cuajar. Siempre se puso el mayor empeño para que a la Falange no le pudieran colocar el marchamo de derechista. Se procuró mantener una independencia ideológica y organizativa respecto a todos los partidos de derechas. Hasta el último momento se buscó el entendimiento con grupos de sindicalistas confederados. Esos eran los difíciles objetivos de los primeros falangistas de Barcelona.

Luego, a partir del 19 de abril de 1937, nacería una nueva organización, en la que se integraron muchos falangistas-es cierto- pero, evidentemente, con unos fines y una estrategia distinta. No obstante, eso forma parte de otra historia.

Barcelona 31 de enero de 2013

Francisco Caballero Leonarte

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1 COMENTARIO

  1. GRACIAS a Francisco Caballero por su bien documentado trabajo que nos ilustra en el conocimiento de los orígenes de la Falange barcelonesa. Ojalá este tipo de publicaciones contribuya a poner la semilla de plantas resistentes en este páramo del «pensamiento único incontestable»

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