Por Ángel Garralda para elmunicipio.es
Pequeñarras por ser muy bajitos de estatura, y famosos porque trazan dos líneas paralelas que, por ahora, no aspiran a la misma meta final.
Por sus venas corre la ambición del dinero. Muy mal asunto. Para ello Zaqueo montó su chiringuito de recaudador de impuestos en Jericó, por ser camino obligado para cuantos se dirigen a Jerusalén y Pujol se instala en la cumbre de la Generalitat catalana en Barcelona, donde presumen de un “Monte Tibidabo” que recuerda la tentación diabólica. Su oficio es explotar al prójimo, robando a diestro y siniestro, cuanto más deprisa mejor y… “ahí me las den todas que la vida son sólo cuatro días” y que me llamen, eso sí, “Muy honorable”. Por algo Zaqueo era el jefe de recaudadores de impuestos y Pujol, jefe de sus hijos y a las órdenes de la señora Ferrusola, es recaudador de 3.000 millones que se le atribuyen de fortuna.
Ambos, por su empeño en ser burros cargados de dinero, sufren la tristeza de verse odiados por todos, especialmente por los envidiosos que en el mundo han sido, son y serán, sin más afán que gloriarse de sus vergüenzas a base de lo que S. Pablo llamó “excremento de Satanás”. Por eso, huele tanto a podrido la corrupción en España, donde la democracia se traduce en cloaca. Por eso, tanto en Jericó como en España los ponen a parir a Zaqueo y a Pujol. Ahí les duele. El escándalo de este verano ha convertido a Pujol en patrono indiscutible de los corruptos españoles, por su empeño, también, en la putrefacción de nuestra nación degollada por la secesión.
Hay diferencias notables de circunstancias entre Zaqueo y Pujol. Zaqueo es muy conocido en el mundo por su relación personal con Jesús de Nazaret. Pujol, que sepamos, no ha tenido esa oportunidad. Pero, no perdemos la esperanza de que un día, una vez que el gallo de la quintana de la Generalitat ha cantado sus delitos flagrantes, llore, también, con dolor de corazón y propósito de la enmienda, al estilo de Zaqueo. A Zaqueo, cuenta S. Lucas 19, 1 y sig., enterado de que Jesús entraba en Jericó, salió a la calle para conocerle. Pero como era tan bajito de estatura y la muchedumbre le impedía colocarse en primera fila, corrió más adelante y se subió a una higuera para verlo; lo que indica que era relativamente joven.
Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, bájate ahora mismo que quiero hospedarme en tu casa”.
Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su casa a Jesús.
Cuando la gente vio lo que había pasado, empezó a criticar a Jesús y decir: “¡Cómo se le ocurre ir a la casa de un hombre tan malo!”
Después de la comida, Zaqueo se levantó y dijo a Jesús: “Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo. Y si he robado algo, devolveré cuatro veces más esa cantidad”
Jesús le respondió: “Desde hoy, tú y tu familias son salvos, pues eres un verdadero descendiente de Abrahán. Y yo, el Hijo del hombre he venido para buscar y salvar a los que viven alejados de Dios”.
¿Quién es más corrupto, Zaqueo o Pujol? Los dos han sabido colocarse en vida en el lugar más estratégico: Jericó y Barcelona. Los dos han oído hablar de Jesús. Ambos suscitan la envidia con rabia . Zaqueo, sin embargo, quiere ver a Jesús porque “había oído hablar de él” y porque no está satisfecho. Pujol le dio este verano por subirse a un árbol del jardín de la Generalitat, demostrando ser delincuente, publicano, es decir pecador. Pero, ¿deja que Cristo se autoenvite para comer en su casa? Como buen catalán sabe que “la pela es la pela” y que un cristiano “no puede servir a dos señores, a Dios y al dinero”. Sabe que si quiere encontrar la salvación propia y de su familia, tendrá que dar la mitad de sus bienes a los pobres y si ha robado, su amigo Zaqueo le invita a devolver cuatro veces más.
Pujol, te he puesto el ejemplo de Zaqueo. También te ofrezco el ejemplo más cercano que sucedió en Cataluña; el de el vasco más universal de todos los tiempos, Ignacio de Loyola, militar del Ejército español, peregrino arrepentido que sube a Montserrat, confiesa sus pecados, entrega sus espada a la Moreneta, se despoja de todos sus arreos de Capitán, para vestirse de saco y guarecerse como un gitanillo en la Cueva de Manresa, haciendo penitencia como S. Jerónimo en la Cueva de Belén.
¿Aceptas? No te empeñes en ser un burro cargado de dinero. (tres mil millones?!). Baja si quieres subir, pierde si quieres ganar y muere si quieres vivir. Disfruta como Zaqueo de la alegría de sentirte valorado por Jesús. Déjale entrar por la puerta de tu corazón, darás un vuelco total a tu vida y Jesús de Nazaret volverá a decir: “hoy la salvación ha llegado a esta casa”.
Muy buena la comparación y el artículo. D. Angel, como siempre, muy acertado!!!! Enhorabuena y a ver si el Sr, Pujol, le llega el escrito y al corazón….. Que devuelva todo lo que debe y lo de a los pobres y que les de cuatro veces más¡,,,, que todavía le quedará a el para comer!!,