Los responsables del San Diego Zoo Safari Park (EEUU) han confirmado en la madrugada de este pasado lunes 15 de diciembre a través de la red social Twitter la muerte en sus instalaciones de “Angalifu”, uno de los seis últimos ejemplares de rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni). La muerte de Angalifu llega solo dos meses después del fallecimientos del ejemplar de la misma subespecie conocido “Suni”, que vivía desde el 2009 en la reserva de Ol Pejeta, en Kenia.
Angalifu y Suni han muerto aparentemente por problemas de salud relacionados con su avanzada edad y, desafortunadamente, no han podido ayudar al éxito de los programas de cría en cautividad de esta singular subespecie; cada vez más abocada a la extinción definitiva.
Además, el tráfico ilícito de marfil y cuerno de rinoceronte es una importante preocupación en el este de África, donde Kenia y Tanzania son los principales países de salida de estos productos hacia los mercados de China, Tailandia o Vietnam.
«La muerte de Angalifu es una pérdida enorme para todos nosotros; el rinoceronte blanco del norte está «un paso más cerca de la extinción», ha señalado el responsable del zoológico Safari Park Randy Rieches
Por otro lado, con su fallecimiento, únicamente quedan cinco ejemplares de su especie en todo el mundo: una hembra en el Safari Park de San Diego, otro en un zoo de la República Checa y tres en una reserva en Kenia.
En la década de los años 90, tanto el rinoceronte blanco como el negro estuvieron al borde de la extinción. Entonces, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasificó como casi amenazado el primero y en peligro crítico el segundo, del que quedan en África alrededor de 2.000 ejemplares.
A veces siento vergüenza del ser humano por todo el daño que le estamos causando a la Creación de Dios.