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Contestación de José María García de Tuñón a Josele Sánchez

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Por José María García de Tuñón Aza

Querido Josele

He leído en la web de la Fundación José Antonio la carta abierta que me has dirigido y en la que no puedo estar más de acuerdo con la mayoría de tus planteamientos, aunque creo que debo matizar algunas cosas, si tú me lo permites.

Comienzas citándome al maestro Rafael García Serrano de quien hace poco tiempo escribí un artículo que próximamente se publicará en la revista Altar Mayor, pero antes de seguir adelante déjame que te menciones a su hijo Eduardo a quien con frecuencia se le puede ver en uno de tantos canales de la televisión y a quien conocí hace años en Castilnovo en un Curso de Verano. Por eso antes de comenzar a escribir mi artículo sobre el maestro, me dirigí telefónicamente a su hijo -como me dirijo a distintas bibliotecas, archivos u otras personas cuando quiero hacer un trabajo sobre tal o cual personaje- para que, en este caso me facilitara del archivo que dejó su padre material que pudiera interesar su publicación y que también me serviría de ayuda en trabajo sobre un hombre digno de toda admiración. Pero además de no estar todo lo amable que yo esperaba de él, quedó en buscar algo para enviarme y sigo a la espera después de varios meses, por lo que tuve que acabar mi labor sin su ayuda. Pero así es la vida y así reaccionan algunos. No le llega a su padre ni a la suela de los zapatos. Allá él.

Después de este paréntesis sigo con tu carta abierta. Veo que tenías ciertas dudas de que llegara a ver la luz del día en la web de la Fundación y yo te digo que mientras sea el presidente de la misma tus escritos, sean cartas abiertas, sean artículos, tendrán cabida siempre. Yo, que tampoco milito en ningún partido político, también siento debilidad por el pensamiento joseantoniano, aunque no me declaro de izquierdas, como tú te declaras, pero tampoco de derechas. Son formas de expresarse que tiene cada uno.

Dices, y dices bien, que las aspiraciones de José Antonio no eran la de los militares golpistas sino que eran frontalmente contrarias a las mismas. Basta leer la carta que desde la cárcel de Alicante le envía el 28 de junio a Miguel Maura que como sabes las termina con estas sabias palabras, que sus adversarios jamás citan: «Pero ya verás: ya verás cómo la terrible incultura, o mejor aún, la pereza mental de nuestro pueblo (en todas sus capas) acaba por darnos o un ensayo de bolchevismo cruel y sucio o una representación flatulenta de patriotería alicorta a cargo de algún figurón de la derecha. Que Dios nos libre de lo uno y de lo otro».

Por eso, también como dice Valdés Larrañaga, tan cercano a José Antonio aunque después fue uno de tantos que con el tiempo le dieron la espalada aceptando prebendas del franquismo: «…e incluso hubo momentos de profunda duda sobre la conveniencia de la participación de la Falange en el Movimiento». Bien es verdad que el mismo Valdés añade al final: «…lo que teníamos que hacer era saber sostenerse sobre la cresta de la ola del Movimiento que se avecinaba en España».

Entras después en un terreno muy resbaladizo y citas un número de víctimas del franquismo que al parecer -yo no tengo ese dato- reconoce Amnistía Internacional. Pero no dices nada de las víctimas que causaron los rojos.

En Madrid, en agosto de 1936, cuando había un Gobierno legítimo, con un ministro de la Gobernación, un director general de Seguridad, un cuerpo de Policía y todas las demás Instituciones legítimas gobernando en la capital de España, los días 22 y 23 de aquel mes, se produjeron los asesinatos de la Cárcel Modelo de Madrid, donde entre otros muchos, asesinaron si no recuerdo mal, a tres ex ministros de la República. Ese mismo mes, a un pariente muy cercano a mí, por ser de la CEDA, lo llevaron a la tapia del cementerio y lo asesinaron.

¿Es que las autoridades de aquel Madrid rojo, como me decía un día Gregorio Marañón Moya, ignoraban estos asesinatos? ¿Hicieron algo por impedirlos? No, no hicieron nada y tú lo sabes. Ni tampoco, hasta donde sé, Amnistía Internacional ha tomado alguna nota de estas muertes, aunque me figuro que sí estarán los nombres de los asesinos en esa cifra que tú citas y que reconoce, según dices, ese organismo porque algunos de ellos fueron fusilados en 1942

Así que, querido Josele, como es un tema muy resbaladizo y nos podemos meter en tierras movedizas, prefiero no seguir.

No olvido, ¡cómo olvidarlo!, que desde el 14 de marzo de 1936 José Antonio estuvo prisionero, y casi todos los componentes de la Junta Política encarcelados también. Te refieres después a los manifiestos de Primo de Rivera de los días 24 y 28 de junio. Escribes de memoria algún párrafo de la circular de José Antonio de fecha 24 de junio de 1936. Pero, si me lo permites, del mismo manifiesto se podía añadir este otro párrafo: «La participación de la Falange en uno de sus proyectos prematuros y candorosos constituiría una gravísima responsabilidad y arrastraría su total desaparición, aún en el caso de triunfo. Por este motivo; porque casi todos los que cuentan con la Falange para tal género de empresas la consideran no como un cuerpo total de doctrina, ni como una fuerza en camino para asumir por entero la dirección del Estado, sino como un elemento auxiliar de choque, como una especie de fuerza de asalto, de milicia juvenil, destinada el día de mañana desfilar ante los fantasmones encaramados en el Poder». Con parecidas palabras terminaba la carta que el 28 de junio escribió a Miguel Maura: «Pero ya verás: ya verás cómo la terrible incultura, o mejor aún, la pereza mental de nuestro pueblo (en todas sus capas) acaba por darnos o un ensayo de bolchevismo cruel y sucio o una representación flatulenta de patriotería alicorta a cargo de algún figurón de la derecha. Que Dios nos libre de la uno y de lo otro».

Ya sé, Josele, que estas palabras que acabo de reproducir del propio José Antonio -tu has reproducido otras-, no gustan nada a los derechistas que utilizan el nombre del fundador de Falange a su conveniencia, pero son Historia y a la Historia no se le puede arrancar ni una sola hoja, aunque muchos han llegado a talar el árbol para terminar primero con ellas.

Te refieres también al manifiesto firmado por José Antonio el 29 de junio, o sea, cinco días después -dices, y dices bien- de la del día 24, y un día después -añado yo- de la carta a Maura, que, como muy bien recoges, dice todo lo contrario.

Por ello dudas de su autenticidad como antes lo hizo Ceferino de Maestú y otros que citas, a los que podía añadir el de la propia hermana, Pilar Primo de Rivera y el historiador Ricardo de la Cierva. Pero el primero que habló y dudó de que fuera auténtico ha sido el periodista Manuel Aznar que después de publicar íntegro el manifiesto del día 29 en su libro Historia Militar de la Guerra de España, dice: «¿Redactó este manifiesto el propio Primo de Rivera? Creo que con conocerle un poco y con haber leídos dos o tres páginas de aquellas tan claras y justas que él escribió en su vida, basta para sospechar que el fundador de Falange Española no puso sus manos en esta arenga que acabo de reproducir». Después de estas palabras se produjo un silencio casi sepulcral durante largos años hasta que Maestú, creo que fue él, volvió sobre el tema.

Citas a una ilustre jurista a la que me he referido en varias ocasiones: Mercedes Fórmica, tan olvidada por las feministas a pesar de todo lo que hizo por la mujer española. Te recomiendo leas el libro que en su homenaje, promocionado por la sevillana Asociación Cultural Ademán y editado por Ediciones Barbarroja, se publicó hace poco, y en el que tuve la suerte de colaborar junto con otros autores.

Y termino, querido Josele, con unas palabras del poeta Luys Santa Marina, cuando escribe de los montes testigos del paso de la comitiva que llevaba los restos de José Antonio desde Alicante hasta El Escorial. Hacía viento y mucho frío aquel día:

«No era para todos, por eso no estaban con nosotros. Vinieron después, cuando el sol doró el agosto, cuando ya había una ancha y segura calzada que unía el pasado y el porvenir de la Patria hecha con huesos de Caídos, de nuestros Caídos».

Un fuerte abrazo.

Visto en el Facebook de la Fundación José Antonio Primo de Rivera

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3 COMENTARIOS

  1. Querido José María, algo para bien se mueve en el universo joseantoniano. Qué trabajo cuesta remontar tanta mierda que, los de un lado y los del otro, nos han echado encima y que desgraciadamente lo siguen haciendo.Algunos se conforman con bucear dentro del estiércol respirando por unos tubitos para no sacar la cabeza y ver la superficie y el Cielo de España, a los españoles del presente. Observa el miedo que les entra cuando los postulados de José Antonio pueden ser válidos para los problemas de los españoles de hoy. Qué querencia tienen hacía doctrinas e ideologías contrarias al pensamiento de José Antonio, que nos separan de nuestro pueblo. Como decía JAPR «Con parecidas palabras terminaba la carta que el 28 de junio escribió a Miguel Maura: «Pero ya verás: ya verás cómo la terrible incultura, o mejor aún, la pereza mental de nuestro pueblo (en todas sus capas) acaba por darnos o un ensayo de bolchevismo cruel y sucio o una representación flatulenta de patriotería alicorta a cargo de algún figurón de la derecha. Que Dios nos libre de la uno y de lo otro». De la extrema derecha y de la extrema izquierda. De la derecha pagana y de la izquierda izquierdista.

    Una lección más, gracias, José María.

    Te echaremos de menos en Toledo el Sábado en la presentación del libro de Josele «Con la piel de Cordero» Espero que seamos capaces de hablar de los problemas de los españoles, unidos y constructivamente.

  2. Quiero aprovechar tu artículo, José María, para agradecerte que hayas atraído hacia el mundo azul a un intelectual, de izquierdas pero extraordinariamente lúcido y honesto, como es Josele Sánchez. Me encantó la carta que te dirigió y que publicaste en la web de la Fundación José Antonio. Y me encanta, también, tu respuesta. A ver si de verdad, bajo tu presidència, la Fundación José Antonio Primo de Rivera alcanza una notoriedad necesaria para mantener vivo y políticamente el legado del fundador de la Falange.

  3. Me ha gustado la respuesta de García de Tuñon Aza a la carta de Josele Sánchez, que demuestra una vez más la calidad del historiador, y también la clara inteligencia del novelista valenciano. Intelectuales de una izquierda como los que representa Josele tiene la debida correspondencia con la inteligencia falangista, José María G. de Tuñón, que necesitamos los falangistas. Enhorabuena a los dos.

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