Por Erik Encinas Ortega para elmunicipio.es
Desde que comenzó la campaña electoral del 27-S, los partidos independentistas no han hecho otra cosa que proponer la independencia de Cataluña, como una vía de escape a los problemas que sufrimos. Dejándose en muchos casos llevar más por la ilusión descarada, que no por lo que importa de verdad a la gente. Además, las formaciones secesionistas le han añadido un carácter plebiscitario a estos comicios, convirtiéndolos en excepcionales, y lo cierto es que son unas Elecciones Autonómicas y ya está. Aunque no hay que negar que serán históricas y cruciales.
En cualquier caso, es necesario que los ciudadanos sepan que en el caso de que se llegara a ese escenario de ruptura, las consecuencias serían muy traumáticas para todos los catalanes, ya que por ejemplo conllevaría la salida de la Unión Europea, la pérdida del euro y la no garantía del cobro de las pensiones. Y todo ello estaría fuera del amparo constitucional y por lo tanto se quebrantaría la ley.
Pienso que una situación así no nos la podemos permitir de ningún modo en Cataluña, después de todo lo que se ha conseguido con el estado del bienestar y con un mundo cada vez más global, porque eso sería como retorcer a 1931. En definitiva, creo firmemente que más allá del 27 de Septiembre hay vida y mucho por delante.
