Hay insultos que pueden hacer mucho daño. Y más cuando tan solo se tienen 14 años de edad.
Es lo que le sucedió a Zaira Morales, una chica asturiana cuya máxima ilusión era ser árbitro hasta que un aficionado se la quitó de raíz con unas pocas palabras.
Fueron unas palabras suficientes como para que esta adolescente apasionada del fútbol no quiera ni oír hablar de volver a vestir de negro en un campo de futbol
Durante un partido de alevines en el estadio de Gijón Industrial, el hincha la mandó a ejercer la prostitución antes de seguir pitando. Un acto más de violencia en el fútbol, aunque no hubiera agresión física de por medio.
Y todo porque, a juicio de este aficionado, Zaira no vio una mano. Entonces, el padre de uno de los jóvenes jugadores gritó desde la grada: «No vales para arbitrar pero sí para trabajar en una casa de citas». Como es lógico, enfiló el túnel de vestuarios con ganas de llorar ante una situación que se había repetido a lo largo de la temporada. «Si hago una cosa es porque me gusta. Y me gusta arbitrar, pero no pasarlo mal», reconoció la menor de edad en el programa radiofónico -Partido a las 12′- de la Cadena Cope, según ha señalado el diario El Correo.
El testimonio de la joven, que estremeció a la audiencia de la emisora, saltó casi de inmediato en las principales redes sociales que se solidarizaron con la joven con el hastag #AnimoZaira en la red social Twitter con la sana intención de que cambie de opinión y vuelva a dedicarse a hacer lo que más le gusta.
Por otro lado, los internautas ponían de manifiesto las conductas violentas de muchos padres en este tipo de encuentros de fútbol base, donde se viven situaciones de gran tensión que muchas veces derivan en episodios de violencia física y verbal, tanto hacia el árbitro como entre los padres de los jóvenes.
Actos vergonzosos protagonizados por unos supuestos adultos que en nada ayudan a la educación de los chavales que están sobre el terreno de juego con la única intención me pasarlo bien con un su deporte favorito.
