“Volver a castigar al marianismo apoyando a Ciudadanos no es ya una opción para un liberal-conservador náufrago del PP de Aznar y de sus ideas (…) Si el buen votante del PP quiere poner freno a la deriva ideológica del marianismo, hoy por hoy sólo hay una minúscula opción, que ha sido boicoteada desde el PP porque representa el testimonio de la rotura moral e intelectual que el Partido Popular ha causado en la derecha española: Vox”.
La Gaceta / Lean con atención este párrafo. Normal, ¿verdad? Tan normal y cotidiano como las conversaciones que ya ocupan tertulias políticas más o menos públicas, más o menos oficiales y que apuntan al partido de Santiago Abascal como la única derecha de verdad que existe en España. Lo único que llama la atención del párrafo que acaban de leer es quién lo firma.
Sus autores, Rafael Bardají y Óscar Elía, y los escritos a cuatro manos que desde hace tiempo publican en Libertad Digital no están exentos de críticas a Mariano Rajoy… pero es que ahora piden, directamente, el voto para otro partido que no es el PP. Y eso, teniendo en cuenta su procedencia, es más que novedoso.
Rafael Bardají, creador del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), ex Asesor Ejecutivo del Ministerio de Defensa en los gobiernos del Partido Popular y director de estudios de política internacional en FAES es uno de los hombres de Aznar, entendiendo por esta expresión a quienes comulgan ideológicamente con las tesis del expresidente y han trabajado junto a él tras su salida de Moncloa. Calificado por El País como uno de los colaboradores más próximos a Aznar, fundó con el expresidente el proyecto Friends of Israel Initiative.
Oscar Elía, investigador en el área de política internacional de la Fundación FAES, fue editor y Coordinador Académico del GEES y es, desde 2012, asesor del Ministerio de Defensa. Su libro España, camino de libertad. La política antiterrorista para la derrota de la banda terrorista ETA, está prologado nada más y nada menos que por José María Aznar.
¿Estaríamos equivocados si los definiéramos, entonces, como hombres del entorno de Aznar? Parece que no. Y este domingo, los hombres del entorno de Aznar publican un artículo en el que hacen afirmaciones tales como que “querer reformar el PP de hoy, regenerar el marianismo, es una engañosa ilusión. El poder y el temor a perderlo hace de los partidos una institución monolítica, y el PP de Rajoy, bunkerizado y paranoico, no es una excepción”. “Si el buen votante del PP quiere poner freno a la deriva ideológica del marianismo, no puede votar ni a Ciudadanos (…) ni al PP”. “El votante liberal-conservador tiene que buscar en la derecha unas ideas y unos valores que le representen en los próximos años. Hoy por hoy sólo hay una minúscula opción, que ha sido boicoteada desde el PP porque representa el testimonio de la rotura moral e intelectual que el PP ha causado en la derecha española, una rotura imposible de arreglar. Ese partido es Vox. Una organización pequeña, cierto, pero de la que nadie puede negar algo evidente: enseña las caras de lo que siempre fue el PP basado en la honestidad, la entereza de España y el sacrificio por el bien de España. No es casualidad que sea el partido de Ortega Lara”.
Una cristalina petición de voto que llega apenas una semana después de la ya famosa ‘tercera de Aznar’, una carta en el diario ABC en la que el expresidente no dudaba en calificar de “error” la relajación en la corrección del déficit y en la que cuestionaba la gestión económica –única baza del Partido Popular para pedir de nuevo la confianza a los españoles- del Gobierno Mariano Rajoy.
“España no necesita ahora más leyes ni más meses de pactos y contrapactos: todo lo contrario, necesita derogarlas casi todas, como cualquier autónomo y padre de familia sabe. Por eso es necesario tener en el Congreso un Pepito Grillo liberal-conservador, una sola voz segura entre el temporal podemita, el naufragio socialista y el titanic popular. No sólo es relevante: es moralmente urgente. España necesita un rearme, antes moral que numérico”.
Son las palabras de dos aznaristas convencidos. Y, para quien piense en ese voto del miedo en que tanto confía el PP, también tienen respuesta: “Pocas cosas hay en democracia más míseras que apelar al voto del miedo (…) El voto es del ciudadano, y ese compromiso crítico caracterizó durante años al votante del PP. Es hora de que éste sea auténticamente coherente y vote por aquello en lo que quiere y cree sin entrar al juego de las alianzas y los escaños, sin pinzas en la nariz, sin despechos ni acritud. Hay opciones para denunciar a dónde nos llevan las concesiones y las renuncias, para mantener viva la llama del liberal-conservadurismo, que es la única manera de volver a hacer de España un país grande”.
