Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Yo sé que Felipe González, el recordado líder socialista y Jefe del Gobierno de España en dos legislaturas, no es de ningún modo un fascista. Yo, reivindico, aunque no haga falta, la fidelidad y compromiso socialista del Ex Secretario General del PSOE, durante muchos años en los que llevó a su partido al más alto nivel desde su renuncia al marxismo como método de análisis de la realidad social y política. Yo, aunque algunos no lo hayan pensado, alabo las medidas que en beneficio de la democracia y la sociedad del bienestar procuró y realizó Felipe González, socialista, en el transcurso de su responsabilidad como máximo responsable político español. Sé, por mucho que haya tenido errores lógicos en cualquier mandatario, que Felipe González fue ante todo un gran estadista y coherente con su formación e ideología socialista. Y aunque yo no soy socialista, no dejo de reconocer el trabajo y la dedicación que este político dio a los españoles. Nos guste o no, Felipe es un demócrata.
No es, bajo ningún concepto, un fascista. Y lo digo así de claro y de fuerte porque, nosotros en Falange, sabemos mucho de esa calumnia perversa que durante años hemos sufrido y sufrimos. Pero ahora, la gente debe de reconocer que esa palabras se usa solo para ofender y denigrar a personas y grupos que no coincidan con la demagogia que imponen los totalitarios, en realidad unos auténticos soviets, que viven solo para sembrar odio y resentimiento. Ahora, sabrán los socialistas que fomentar esa palabra para descalificar al contrario, no es más que una estrategia malévola y ruin, que no tiene justificación alguna en un país democrático como es el nuestro.
Llamar fascista a un ex presidente de gobierno elegido por los votos de millones de españoles, es todo un despropósito que marca cual es el sentido y el talante de quienes, como los energúmenos de la Universidad Autónoma de Madrid, impidieron la realización de una conferencia a Felipe González, acusándolo ni más ni menos que de Fascista. Bien, como se ve esa palabreja ha perdido ya su significado, su valor, y se ha quedado en simple caricatura de unos parias de la sociedad. Eso si, espero que el Partido socialista Obrero Español, descarte para siempre repetirla.
Pues hay falangistas y me refiero a falangistas de partido, fe jons y fe/falange que se autodeclaran fascistas. Haría falta que se les impartiera mas formacion
Al falangista, aunque sea anti-fascista, le van a llamar neonazi le guste o no. Esa es la narrativa de los demócratas. En una sociedad cada vez más adoctrinada, donde los medios son el primer poder, reivindicar a JAPR es sinónimo de genocida