El periodista Josele Sánchez nos envía a la redacción de elmunicipio.es la siguiente nota de prensa para el interés de nuestros lectores:
«…¿Cobardes, yihadistas o simples hijos de la gran puta?
A través de mi compadre, Marcos Larrazábal, he recibido amenazas del individuo cuyo falso perfil de facebook figura en la foto. Por privado, me ha amenazado a mí y a mi familia, y también me ha comunicado tener amigos yihadistas dispuestos a cortarme la cabeza. Además de no creerme las amenazas del primer subnormal que aparece a través de las redes sociales, ya sufrí durante bastante tiempo (como recordarán a mis seguidores), el acoso del entorno etarra, por lo que me sé mover bastante bien en estos negociados. Por supuesto que lo he denunciado en Delitos Telemáticos de la Guardia Civil pero no espero gran colaboración por parte de los cuerpos de seguridad del Estado (y no por ellos, sino por la pandilla de inútiles políticos que les dirigen). Pero como decía, soy veterano en esto y hace mucho tiempo que decidí vivir sin miedo. Además deescritor y de periodista, soy un hombre, sé defenderme solo, no tengo media bofetada pero siempre voy provisto de mi 9 Parabellum que no dudaría en descerrajar, cargador entero, entre ceja y ceja, del primer hijo de puta que viniera a tocarme las narices..
Lo pongo, sólamente, en vuestro conocimiento porque no voy a callarme, porque no voy a dejar de denunciar a los enemigos de España y de nuestra civilización cristiana occidental…»
Información ofrecida por el periodista Josele Sánchez
Josele Sánchez, te repito aquí lo que te he dicho en otra red. No estás solo. Hay miles de españoles, en contenido silencio, aguantando el desafío que unos descerebrados traidores a la nación en que han nacido están exhibiendo. Todo tiene un límite, sobre todo la sinrazón y la amenaza a la existencia de nuestra Patria. Ignoran o no quieren conocer la larga, gloriosa y heroica Historia de la tierra en la que vieron la luz y quizá nos obliguen a repetir duros capítulos de la misma que nunca serán agradables para nadie. Pero, como siempre, repetiré que no son ellos los máximos culpables de estas desnortadas e insensatas reacciones sino aquellos gobernantes, muchos, del Estado, que descuidaron y descuidan su enseñanza o sufrieron y sufren el complejo de calumniosas y calumniadoras leyendas negras, lanzadas por personajes envidiosos de nuestro glorioso pasado. Nos gobierna una clase política, en general, estéril, inculta y villana.