Se calcula que en Francia hay unas 750 zonas prohibidas para funcionarios del Estado francés, sean policías, bomberos incluso carteros. Todas tienen en común en que la población dominante es musulmana.
Somatemps / A pesar de la continua insistencia del presidente Francois Hollande que no hay ningún musulmán zonas prohibidas en Francia, funcionarios policiales lo contradicen. Estas Zonas de exclusión son barrios muy violentos y anárquicos migrantes dominado por los musulmanes. Especialmente importantes son los que rodean París o barrios de Marsella. cerca de París que son prácticamente fuera del alcance de los no musulmanes y una amenaza para la policía y los bomberos.
Hay muchas evidencias que confirman la existencia de las ‘zonas prohibidas’, llamadas en francés Zonas Urbaines Sensibles. Los no musulmanes que entren en ese barrio posiblemente serán atacados por las bandas de musulmanes que gobiernan estos barrios.
La deslegitimación del Estado democrático ya se ha puesto en marcha. Las autoridades han perdido el control sobre muchas zonas prohibidas. Ello implica que no están dispuestos a proporcionar ayudas públicas (bomberos y servicios de ambulancia) por temor a ser atacados por los jóvenes musulmanes.
Las zonas prohibidas se van extendiendo también por Europa y son el subproducto de décadas de políticas multiculturales. Este mantra del progresismo educativo han llevado a miles de inmigrantes musulmanes para crear sociedades paralelas. Su ideal es permanecer separadas y no integrarse en los países de acogida.
En una investigación de 120 páginas titulada “Las Zonas de `no-derecho´en Francia: ¿mito o realidad?. En él se describen que decenas de barrios franceses “donde la policía y la gendarmería no puede hacer cumplir la orden republicano o incluso entrar sin correr el riesgo de confrontación, proyectiles, o incluso disparos“.
Otro informe de referencia, de 2.200 páginas, es el titulado “Banlieue de la République” (suburbios de la República). Se analizan en él barrios como Sena-Saint-Denis y otros suburbios parisinos que se están convirtiendo en “sociedades islámicas independientes” aislada del Estado francés, y donde la ley islámica ha desplazado el derecho civil francés. El informe afirma que los inmigrantes musulmanes cada vez más rechazan los valores franceses. Su estructura valorativa se centra en el islamismo literalista y radical.
El problema de las zonas de no-go (no-vaya) está muy bien documentada. Sin embargo, los todavía defensores del multiculturalismo niegan hasta la saciedad que, lo que es evidente para todos los franceses, estos barrios no existen. Por eso parte de la labor de los multiculturalistas es desacreditar a los estudiosos y académicos que han denunciado el caso.
Las televisiones inglesas son de las pocas que se atreven a hacer programas sobre la grave situación que está viviendo en Francia. En uno de ellos, que recogemos, la presentadora de televisión pregunta a uno de estos investigadores: “¿Qué pasa si nos dirigimos a los suburbios?” a lo cual el experto responde: “No recomiendo esto. Ni siquiera nosotros, los franceses nos atrevemos a ir allí. Pero nadie habla de esto en público. Tampoco los que los defienden el multiculturalismo se atreven entrar en los suburbios“.
Tal es el poder de la Corrección política y de la negación de la realidad que en 2015, el Alcalde de París amenazó con demandar a Fox News por informar sobre el problema de las zonas prohibidas musulmanes.
