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¿SERÁ LA HORA DE LOS FALANGISTAS?

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¿SERÁ LA HORA DE LOS FALANGISTAS?

La hora de los falangistas

Lo que hay ahora en el Parlamento, no ofrece Garantías.

Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es

Los últimos escándalos del Partido Popular en Madrid, encabezados por gentes tan destacada en la gestión política como dos ex presidentes de la Comunidad madrileña y varios Consejeros, la atmósfera de corrupción que emana de la derecha en Baleares, Valencia, Murcia, etc, que ha terminado por encausar a muchos dirigentes de esa formación, supone sin duda un enorme batacazo en la credibilidad del PP a todos los niveles: transparencia, honradez, diligencia y cuantas cosas se le piden a nuestros representantes en el parlamento español. Nada puede hacer restituir a los españoles la confianza de un partido que, presuntamente, nos roba y nos engaña. Los falangistas creemos que el PP ha tocado fondo. Los españoles nos merecemos hombres y mujeres auténticamente limpios, honestos y además inteligentes, algo que el PP de hoy, y tal vez de mañana, no sea capaz de ofrecer. Hace falta un mensaje nuevo y los falangistas lo tenemos.

Pero esta psicosis de malversaciones, de estafas políticas y sociales; estos espectáculos de frustraciones, de denuncias y querellas por sucios intereses, de manipulación de redes sociales, de noticias resentidas, no las va a salvar el socialismo roto, desnortado, a pique de convertirse en un foro de radicales dispuestos a todo por tocar poder, hasta el punto de no saber cuál es su papel en esta España del siglo XXI, la presunta corrupción del enorme delito de los ERES (otros dos ex presidentes autonómicos en juicio), no ofrecen ninguna garantía en ejercer una política de recuperación, de unidad nacional, de moralidad en comportamientos, de un programa útil para los ciudadanos. No hay un mensaje claro, y los falangistas lo tenemos.

Y alrededor, o acechando el futuro, aparece esa extraña o no tanto comunidad política de Podemos con un lenguaje de primeros del siglo XX, cargados de viejas insinuaciones o amenazas propias de los estalinistas, versus Chavistas, con sus conocidos planteamiento de revancha y expulsión, ¿violenta?, de gentes con precedentes muy a lo Asalto a las iglesias, autobuses para la infamia, de odio, de totalitarismo, y de dictaduras de estilo cubano. Eso sí, bajo una mezcla de grupos separatistas: Compromís, En común, Las Mareas, o el mismo Podemos que no suponen la mejor garantía para una convivencia en paz. No traen un mensaje de honestidad, -los dineros recibidos de Venezuela lo dicen todo-, es solo, una pose para ingenuos. Los falangistas tenemos un programa inédito y por eso nuevo.

Y luego, nos queda Ciudadanos, que siempre estará sometido a la oportunidad de chupar rueda, y de ahí su ambigüedad en unos casos y su intransigencia en otros; decididos a culpar a quien sea con tal de contar con alguna probabilidad que hace, el que aun concediéndoles una tasada sinceridad, no acaba de convencer. Y así lo reflejan las encuestas que aunque no son dogmas de fe, habrá que tenerlas en cuenta. Su mensaje, por otra parte, peca de generalidades, además de que apuestan por un capitalismo liberal. No es un programa renovador. Falange sí lo tiene.

Es posible que este panorama que nos ofrece la política actual, necesite con urgencia un mensaje diferente, un hacer distinto, y sobre todo, una política que recoja al hombre como sistema, su integridad completa en cuerpo y alma, un sentido de trascendencia en la humanidad, y una estructura social y económica que devuelva a los hombres y mujeres de nuestra sociedad la patria, el pan y la justicia que soñaron LOS FALANGISTAS.

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3 COMENTARIOS

  1. La única alternativa para salir del sistema capitalista en sus versiones democristiana, liberal y socialdemócrata es el Nacional-Sindicalismo con democracia directa y sindical. Falange históricamente desde 1935 ha carecido internamente de democracia interna directa y sindical manteniendo el “jefe” único y todopoderoso. Los partidos actuales llamados falangistas siguen el mismo camino y así no saldrán de la marginalidad. Hay un futuro para el Nacional-Sindicalismo Revolucionario pero no para Falange.

  2. Gracias a estalinistas como usted Eduardo y los “jefes” iluminados que apoya que no tienen en cuenta a las bases. Ya no engañan a nadie y el Nacional-Sindicalismo triunfará sin el nombre Falange y sin falangistas de su corte. Juntas si “jefes” no!

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