Ya ha comenzado el boicot a los productos procedentes de la Comunidad Autónoma de Cataluña. Decenas de empresas de toda España, principalmente pequeñas y medianas (PYMES), han comenzado a buscar alternativas a productos que llegan directamente desde territorio catalán.
El afán por conseguir el independentismo y la falta de respeto que están mostrando los políticos del Gobierno de Puigdemont hacia la imagen y unidad de España, no ha pasado desapercibido para aquellas empresas que están decididas a no dar euro alguno a empresas situadas en Cataluña, tal y como han informado desde el portal de información general Caso Aislado.
“Nuestro jefe nos ha pedido que tratemos de encontrar proveedores que no estén en Cataluña. Hasta ahora hemos conseguido sustituir la mayoría de los productos que antes nos llegaban desde allí”, dicen desde una empresa de recambios de automóvil situada en Castellón.
Empresas de ciudades como Valencia, Albacete, Madrid, Salamanca y Málaga también se han sumado al boicot de evitar contactar con empresas catalanas para el suministro de productos o piezas que utilizan habitualmente en sus negocios.
En algunos despachos de esas empresas se puede escuchar “¿Viene de Cataluña? Pues nada, sigue buscando”.
Manuel S., trabajador de una de las varias empresas malagueñas que se niegan a invertir su dinero en empresas catalanas, reconoce: “A mí personalmente me da lo mismo, pero entiendo que los jefes quieran gastarse el dinero en empresas que valoren a España. No sabemos si las empresas catalanas con las que trabajábamos están a favor del referéndum, pero los jefes nos han dicho que no quieren hacer negocios con esas empresas”.
Algunas de las empresas que han iniciado el boicot hacia los productos llegados de Cataluña, gastaban hasta 6 millones de euros anualmente en la compra de productos enviados desde territorio catalán, por lo que las empresas catalanas proveedoras de dichos productos notarán un bajón importante en sus cuentas financieras.
Las grandes empresas catalanas también pueden verse afectadas
Codorniu, Gallina Blanca, Pans & Company son algunas de las empresas que a la larga también podrían verse perjudicadas por el boicot a empresas catalanas, aunque en este caso sería directamente de los consumidores.
Codorniu está siendo la más señalada por los consumidores, al pertenecer a la familia Raventós, dueños de la empresa Unipost, responsable de guardar el censo de las mesas electorales del referéndum del 1-O.
