Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil se incautaron de numeroso material que se estaba preparando para el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre de este año 2017 en las semanas previas y en el mismo día del Golpe de Estado contra la Unidad de España de los separatistas, como millones de papeletas y carteles, en diversas imprentas de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
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Por otro lado, no consiguieron interceptar las urnas. Éstas llegaron desde Francia, donde se almacenó el pedido de miles de urnas compradas a una empresa china. Los servicios de información no detectaron el operativo montado por los separatistas, que fueron distribuyendo urnas entre responsables locales de los partidos (sobre todo ERC) y las entidades separatistas (ANC y Òmnium) y escondiéndolas en domicilios particulares de los separatistas mas afines a las locuras de Carles Puigdemont y compañía.
Las urnas al final aparecieron a primer hora de la mañana del domingo 1 de octubre de este año 2017 durante el Golpe de Estado en los puntos designados por la Generalitat de Cataluña, y en ellas depositaron sus votos cientos de miles de separatistas, más de dos millones según el gobierno de Carles Puigdemont, aunque como ya es sabido estas cifras no son reales ni oficiales ya que muchas de esas urnas ya estaban llenas con anterioridad.
La Generalitat de Cataluña no recogió las urnas
Las urnas y el resto del material utilizado en el referéndum ilegal se han convertido en auténticos objetos de coleccionismo buscados por los separatistas en la Comunidad Autónoma de Cataluña.
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En el caso de las urnas, en muchos casos terminaron en casa de los coordinadores de la votación en cada “colegio electoral”. En la inmensa mayoría de esos lugares no hubo problemas para votar, no acudieron ni los Mossos d’Esquadra ni la Policía Nacional o la Guardia Civil. Al cerrarse la jornada electoral, contaron los votos y algunos de los organizadores se quedaron con las urnas.
Ahora, muchos de estos independentistas implicados en la organización y la logística del 1-O presumen de las urnas como auténticos fetiches, símbolos de sus anhelos secesionistas. Y así lo están mostrando en las redes sociales, publicando fotografías de la urna que han podido guardar de recuerdo. Incluso ha aparecido un perfil, “On Son Les Urnes?”, que publica fotos de sus seguidores de dónde tienen ahora esas urnas.
“Vender las urnas sería un buen negocio”
La pasión por estas urnas por parte de los separatistas en Cataluña ha llegado al punto de que no son pocos los separatistas que están tratando de conseguir una para tenerla en su casa como objeto de coleccionismo para recordar el Golpe de Estado del 1 de octubre de 2017 en Cataluña.
Está circulando la propuesta entre los organizadores del referéndum ilegal de que se organice una subasta con estos recipientes de plástico, con tapa negra y con el escudo de las cuatro barras de la Generalitat de Cataluña. Ya que la pela es la pela y los separatistas se llevarían un buen dinero haciendo negocio con ello.
“…Vender las urnas sería un buen negocio, yo quiero una de recuerdo…”, “…la gente pagaría mucho dinero…”: son algunos de los mensajes que circulan ahora que ha pasado el 1 de octubre de este año 2017 y que algunos separatistas lamentan no haberse quedado con algún recuerdo del referéndum ilegal.
Las publicaciones de los usuarios separatistas en las principales redes sociales “presumiendo” de tener parte del material del referéndum de separatista también ha provocado algunos roces entre ellos. Hay quienes lamentan no haberse podido quedar con una urna tras haber pasado el 1 de octubre de 2017 custodiándola: “Yo perdí la mía :(”, señala un hombre en las redes sociales.
Pero también han provocado el enfado de algunos separatistas catalanes que se implicaron personalmente en la trama “clandestina” que permitió introducir y distribuir por Cataluña las urnas antes del 1-O mientras los servicios de información del Estado las buscaban para abortar el referéndum ilegal.
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“…Enhorabuena a todos aquellos que fardan de tener una urna en casa sin haber tenido que padecer los nervios de custodiarla. Muy valientes, sí señor…”, criticaba recientemente una activista separatista que participó en la preparación del referéndum ilegal y que sin embargo se quedó sin ese recuerdo del Golpe de Estado.
Frente a quienes proponen subastar las urnas y el resto del material del referéndum ilegal, hay quien se resiste a ello. Es el caso de una mujer que se quedó con uno de esos precintos rojos -que incluye la fecha grabada del “1-10-2017” y también con una tableta electrónico con la que se registraron los datos del escrutinio. Ante las propuestas de que los venda, responde tajante: “…No está a la venta… ¡será para mis nietos!…”, sentencia la señora.
