Por ISSRF para elmunicipio.es
En ciencias sociales existe una herramienta analítica denominada “teoría de Juegos”. Dicha herramienta, empleada desde la ciencia política, nos permite analizar los diferentes escenarios que pueden desarrollarse teniendo en cuenta que cada actor político puede buscar su máximo beneficio en una contienda.
Así, podemos emplear un sencillo juego para saber lo que Rajoy puede tratar de hacer a partir del día 2-Octubre.
Rajoy, teniendo en cuenta al resto de actores políticos y sus diferentes maneras de abordar el conflicto , tiene las siguientes opciones:
1.- Desarrollar una posición «dura» en el conflicto que se traduzca en aplicar el ambiguo Artículo 155: Si lo hace, perderá los apoyos del PNV y convocará elecciones generales ,ya que tampoco el PSOE le sostendrá. Pero probablemente, mejorará sus resultados electorales y tal vez, pueda gobernar sólo con el apoyo de Ciudadanos. Por otro lado, la tensión en Cataluña aumentará con toda seguridad si el 155 se traduce en suspender la autonomía.
2 .- Darles más dinero y negociar un sistema fiscal propio a cambio de que cesen con el reférendum. Para esto último podrían incluso plantear una Reforma Constitucional y encabezarla. El problema es que, por muy fiel que sea su electorado, estaría premiando a los secesionistas por haberse saltado todos los cauces legales. Saldrá castigado electoralmente si lo hace, porque si bien destensa el clima en Cataluña, puede generar polémica en otras regiones.
3- Pactar una estrategia mínima de acuerdos con PSOE y Ciudadanos para ver qué hacen. De esa manera si se aplica el 155, todos estarían en el ajo y si se hace una reforma constitucional para dar más dinero a Cataluña también. El problema es que el PSOE no permitiría que el PP liderase un cambio de la constitución y si se aplica el 155, lo criticará para tratar de ganar votos. En otras palabras: que se pongan de acuerdo no parece factible.
No obstante Hay que tener en cuenta una posibilidad que tiene por protagonista a la ausencia de una sociedad civil comprometida con la soberanía nacional y organizada políticamente: al no existir ninguna fuerza política relevante que le pueda quitar votos al PP, Rajoy tiene cierta vía libre para optar por una posición “blanda” como la segunda, sobre la cual ya se ha pronunciado favorablemente De Guindos , y aún así no perder demasiados votantes ante el riesgo de que un gobierno del PSOE con Podemos resulte más pernicioso para la supervivencia de España como Estado-Nación. Además de esto, el PP podría asumir, dentro de su lógica electoral, que la separación de Cataluña es cuestión de tiempo y que sin ella, sus victorias electorales serían más amplias. Lo que ignoraría esta última percepción es que sin separatismo, la unidad de España no tendría un enemigo tan evidente y por tanto, el PP no podría presentar su discurso del miedo.
En conclusión: con el escenario 1, Rajoy sale electoralmente favorecido. Con el escenario 2, sale debilitado, pero no tanto como si tuviese un partido “Alt Right” organizado. Con el escenario 3, no queda muy claro.
Hoy miles de españoles han llenado los Ayuntamientos de sus ciudades para reivindicar que quieren seguir siendo españoles y para decir alto y claro que Cataluña es de todos, y no sólo de los separatistas. Para el Gobierno esto debería ser un mensaje evidente que le ayudase a escoger escenario.
¿Qué hará Rajoy? Probablemente, nada bueno para España. Pero lo veremos.
