En cualquier caso, y según los expertos, se trata de mariposas inofensivas que no tienen intención de quedarse entre nosotros y que, aunque muchas primaveras atraviesan territorio español en su migración desde el norte de África o el sur peninsular hasta los países escandinavos de forma escalonada, este año lo están haciendo más tarde y todas a la vez. Los culpables: las lluvias y las bajas temperaturas de este final primaveral. De hecho, la eclosión de los lepidópteros y el descenso de su vuelo hasta niveles habitables se ha producido por la brusca llegada del calor de días atrás.
Más molesta que alarmante
No ha alcanzado los niveles de alarma que en el barrio madrileño de Vallecas, pero aún así, la presencia de estas mariposas de color pardo oscuro y similares a las polillas comunes, de mayor tamaño, se ha hecho notar en muchos hogares vallisoletanos desde el pasado fin de semana y es que, al llegar la noche, muchas consiguen introducirse en las viviendas en busca de la luz. Elvira, de 9 años, y su familia, se han tropezado con ejemplares entre las cortinas de su domicilio del centro de la capital durante los tres últimos días, en los que han intentado ‘combatir’ su presencia con antipolillas. María Jesús y Esther, de Simancas, no han necesitado luchar, porque se las han encontrado muertas en la ducha y en las bañeras. También María Manso, de Arroyo de la Encomienda, relata que el revoloteo de «molestas mariposas grandes y oscuras» fue muy notorio las noches de los pasados sábado y el domingo en los jardines de las urbanizaciones de La Flecha.
La presencia de estas ‘polillas’ en territorio vallisoletano está siendo más molesta que alarmante y no se va a prolongar en el tiempo, porque es muy probable que disuadidas por la lluvia y el frío, abandonen la provincia esta mismas semana. De hecho, desde Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Valladolid, sostienen que las llegada de mariposas es habitual en esta época del año y que ni en la Concejalía ni en el número 110 se han recibido llamadas de alerta procedentes de los vecinos.
Sin embargo, desde la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA), se recalca que las plusias no descienden a las ciudades todas las primaveras, y que su presencia se intensifica cuando se dan determinadas condiciones ambientales como las señaladas. Apuntan que, si bien son inocuas para la salud, generan un gran revuelo entre la población por su tamaño y su aspecto. Un problema añadido de las conocidas técnicamente como ‘autographa gamma’ es que no suelen responder a los insecticidas habituales, pero ANECPLA ha hecho público un comunicado advirtiendo de los peligros que el uso masivo e inadecuado de los insecticidas puede tener para la salud humana, ya que pueden provocar intoxicaciones, alergias o erupciones en la piel.
Si las mariposas deciden quedarse unos días más; lo mejor: mantener las ventanas cerradas en cuanto caiga la noche (y siempre que se carezca de mosquiteras) y, si llegan, invitarlas a abandonar el hogar por las ventanas.
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