La religión no tiene cabida en la investigación científica de Rusia. Un grupo de miembros de la Academia de las Ciencias rusa envió una carta al ministro de Educación, Dimitri Livanov, para pedirle que cerrara la nueva cátedra de Teología en el Departamento de Física Nuclear de la Universidad de Moscú, según indicaron medios locales.
La apertura en un departamento universitario estatal de una cátedra de teología bajo la dirección de un sacerdote ortodoxo, se lee en el documento que fue difundido por internet como protesta, «va en contra de la Constitución» y del sentido común, y refleja la tendencia general de una «mayor clericalización de la sociedad».
La cátedra fue inaugurada en octubre de 2012 y provocó muchas tensiones, hasta la renuncia, como protesta, del físico Anton Guzlov. El Patraircado niega que se trate de una iniciativa suya. Pero en 2010 el Patriarca ruso Kirill inauguró dentro de la misma Universidad una Iglesia dedicada a la Virgen de Smolensk, con misas regulares, seminarios peregrinajes y acciones de beneficiencia. En la era Putin, la Iglesia ortodoxa ha aumentado su influencia en la sociedad, a menudo con el apoyo de sus exponentes hacia el Kremlin. El sábado pasado en Tomsk, Siberia, alrededor de 150 personas se manifestaron para protestar en contra de la «fusión de poder eclesiástico y secular en Rusia».
En un estado laico, según los organizadores de la protesta, son inaceptables el contenido religioso del nuevo himno nacional («Sacra Rusia custodiada por Dios», dice uno de los versos), la adopción de leyes para proteger los sentimientos religiosos de los creyentes, la educación religiosa en las escuelas, la participación pública de altos funcionarios en eventos sacros y los sermones religiosos en canales estatales.
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