Los militares anuncian por televisión al país la destitución del presidente Morsi, la disolución del Parlamento y la derogación de la Constitución hasta que se elabore una nueva que incluya las peticiones del pueblo. La presidencia interina la dirigirá el presidente del Constitucional, Adly Mansour, durante un «periodo transitorio». Ambiente festivo en Tahrir tras conocerse la noticia.
Las Fuerzas Armadas egipcias han anunciado que el presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adly Mansour, asumirá provisionalmente la Presidencia de Egipto, en lugar del hasta ahora jefe del Estado, Mohamed Mursi.
En un discurso televisado a la nación, el jefe del Ejército, mariscal Abdel Fatah al Sisi, anunció que se ha decretado la suspensión temporal de la Constitución egipcia. El presidente de la Corte Constitucional administrará la etapa interina y convocará elecciones presidenciales anticipadas.
Tras el anuncio del Ejército del Ejército egipcio, una explosión de júbilo inundó la plaza Tahrir al sentirse victorioso de la caída del Gobierno de los Hermanos Musulmanes, que llegaron al poder como una esperanza tras el derrocamiento de Mubarak y que se acabaron conviertiendo en el brazo opresor del país.
Los opositores cantaban el himno nacional y canciones patrióticas en señal de alegría, mientras algunos apuntan con rayos láser hacia los helicópteros militares que sobrevuelan la plaza. «Llevábamos tanto tiempo esperando este momento que ahora que ha ocurrido es emocionante. A Egipto le espera un futuro mejor», dijo a Efe la joven Joyce Saman, de 23 años.
Las calles de la capital se han llenado de coches, cuyos conductores tocan las bocinas al unísono, al tiempo que comparsas de personas han salido a pie a festejar la caída de Mursi.
Mientras tanto, la escena es radicalmente distinta en la plaza de Rabea al Adauiya, en el barrio cairota de Ciudad Naser. Allí los simpatizantes de Mursi que habían acudido para expresar su apoyo al islamista deambulan en silencio y han dejado de levantar banderas. También se escuchan gritos de «Ilegítimo», en alusión a la decisión de las Fuerzas Armadas de sustituir a Mursi por el presidente del Tribunal Constitucional.
Hoja de ruta
La nueva «Hoja de Ruta» ha sido acordada por el Ejército con los principales grupos de la oposición, el liberal Mohamed ElBaradei; el Papa Tawadros II, jefe de la Iglesia copta y Ahmed al-Tayeb, el gran jeque de Al-Azhar.
El presidente tendrá todo el poder para hacer declaraciones constitucionales y para designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas, dijo Al Sisi. Además, se formará un comité de expertos para enmendar la Constitución.
A partir de ahora, según la Hoja de ruta y si los militares cumplen con lo acordado, el proceso a seguir debería ser:
– Suspensión temporal de la Constitución y disolución del Parlamento.
– Formación de un gobierno de transición encabezado por el presidente del Tribunal Constitucional Supremo.
– Formación de un Comité que redacte una nueva Constitución que incluya las demandas del pueblo egipcio.
– Celebración de nuevas elecciones presidenciales.
Al Sisi dijo que el discurso a la nación que ofreció ayer Mursi «no respondió a las demandas del pueblo», después del ultimátum de 48 horas que le había dado el Ejército, por lo que las Fuerzas Armadas han decidido abrir consultas con representantes de las fuerzas nacionales.
Los militares ya habían advertido
En un comunicado titulado Las horas finales y difundido a través de la página semioficial de Facebook, el jefe de las Fuerzas Armadas, Abdel Fatah al Sisi, había asegurado que el Ejército sacrificaría «su sangre por Egipto y su pueblo frente a cada terrorista, extremista o ignorante».
Desde el medio día la tensión en Egipto ha ido en aumento. Alrededor de las 16:30, cuando expiraba el plazo de 48 horas que el Ejército había otorgado a Morsi para cumplir las peticiones del Gobierno, las fuerzas armadas ocupaban la sede de la televisión estatal y se desplegaban por diversos puntos de El Cairo -embajadas e inmediaciones de la Plaza Tahrir, especialmente-.
En las últimas horas, el presidente Mursi se había dirigido a los egipcios por las redes sociales para defender su legitimidad como presidente frente a lo que considera la opción «equivocada».
Previamente había reiterado su llamamiento a la formación de un gobierno de unidad nacional que organice elecciones legislativas.
Asimismo, responsabilizó a la mayoría de las fuerzas de la oposición de boicotear en los últimos meses los intentos de diálogo lanzados desde la Presidencia.
LA GACETA
