Juan Manuel de Prada no ha dudado en comparar su profesión con la vocación religiosa y ha asegurado que ambas coinciden en la necesidad «de sustraerse». El escritor «debe plasmar» en sus libros «lo que es por dentro» y de esa manera formar «un coloquio» con el lector .
«Pensar en el destinatario es prostituirse y terminar haciéndose un retrato robot del lector» y «creo que es lo peor que le puede suceder a un escritor» ha sentenciado este autor delante de los asistentes al curso que dirige en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) bajo el título: «Catorce máscaras del escritor: catorce lecciones sobre los secretos del oficio».
Acompañado por el rector, De Prada ha señalado la importancia de la novela en la narrativa actual, considerada como el género «que más se parece a la vida», sin embargo, advierte, hay que evitar «la creación de un mito».
El novelista, ganador del Premio Planeta y el Premio Nacional de Narrativa ha reflexionado sobre el oficio de escritor, que considera nace, en muchas ocasiones, de la «faceta periodística» a la que observa «una profesión muy degradada». «Nunca imagine que llegaría este estado» ha sentenciado.
Y es que en estos momentos se esta alejando al arte «de su verdadero objetivo» que debe ser «la búsqueda de la belleza», y se ha abierto paso en él «un materialismo extremo».
De Prada considera que las nuevas tecnologías están «alejando» el conocimiento del ser humano, aunque considera que este fenómeno puede tener efectos positivos para el arte porque «de sus escombros puede surgir inquietud espiritual».
La Gaceta
