El modernismo artístico es maravilloso, por ejemplo, Gaudí y su Sagrada Familia, mientras el modernismo filosófico es la madre de todos los males.
Con el liberalismo ocurre algo parecido. La filosofía liberal es radicalmente anticristiana, porque no cree en la verdad. Por el contrario, el liberalismo económico sí es cristiano, la democracia es el sistema que más se aproxima a lo que predica la Iglesia en materia de libertad y justicia.
El liberalismo económico defiende la propiedad privada, cuna de libertades y anima a la gente a valerse por sí misma y proclama la igualdad de oportunidades. La propiedad privada pequeña supone la defensa del individuo frente al Estado y a las grandes empresas y los grandes operadores de los mercados financieros.
Y es que el lenguaje propone demasiadas trampas.
Eulogio López