Recientemente se ha producido en Madrid un hecho con más significado del que a primera vista pudiera representar. Podéis encontrar su relación en los enlaces que aparecen al pie. En el Barrio del Pilar ha sido.
Un grupo de ciudadanos había puesto unos tenderetes en los que se exhibían libros de texto usados que se intercambiaban por otros, con la intención de evitar el descomunal desembolso que significa para las familias comprarlos de nuevo al comienzo del curso escolar. La Policía Municipal ha ordenado levantar los tenderetes.
Pregunta inevitable: ¿Es que molestaban?
Pues molestaban, sí, porque más allá de tal o cual ordenanza municipal a la que se agarra el Concejal del Distrito, representan, aunque sea mínimamente, la justa reacción de personas que, en defensa de su libertad, han decidido prolongar el uso de sus bienes cediéndolos a cambio de otros y cerrando el cauce a una parte -aunque sea ínfima- de los flujos monetarios que propulsan la rueda de los intereses que nos condenan al consumo irracional.
Como además y por si fuera poco, estas actitudes ponen en evidencia que el mercado tal como lo entiende el Sistema, no siempre cumple la alta misión que se le encomienda -la eficaz asignación de recursos-, el cóctel está servido.
Si hay algo que teme el Sistema es, precisamente, que las personas renuncien al uso del dinero como única forma de adquisición de bienes y servicios. En el complejo mundo económico actual el trueque puede encontrar sus ámbitos de eficiencia, lo que implica negar la omnipotencia del dinero como factor económico exclusivo. Si esto se llega a practicar en las relaciones económicas entre estados, estallan guerras para impedirlo. Una, incluso, fue mundial.
Alguien ha decidido que las personas y las naciones han de estar esclavizadas por el interés, ser eternos deudores y tener alienada su voluntad ante el peso de sus obligaciones financieras.
Hay que entender, pues, la actuación de la autoridad municipal: conscientes o no del trasfondo de su iniciativa, mis paisanos del Barrio del Pilar han incurrido en subversión.
La policía desaloja un mercadillo de libros de texto
Avance Social
