En la madrugada del sábado al domingo tendremos que retrasar los relojes una hora, de tal forma que a las 3 serán las 2. Con este cambio de hora se conseguirá volver al horario de invierno.
Según afirman algunos medios de comunicación este cambio horario afecta “poco” al organismo humano, pero según Manuel Martín-Loeches, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), este cambio horario afecta al hipotálamo, que regula el ciclo del sueño, podría verse descompensado o desincronizado.
Según ha indicado Martín-Loeches: «Habría un conflicto entre lo que dice el hipotálamo (es hora de irse a dormir), que además se refuerza con el ambiente porque se hace de noche una hora antes, y con lo que dice el reloj (todavía no, espera una hora más»), pudiendo provocar que al día siguiente algunas personas tengan más cansancio.
Para evitar posibles trastornos con el cambio de horario, Martín-Loeches, ha recomendado adaptarse cuanto antes al nuevo horario.
Sin embargo, por otro lado, el catedrático de Fisiología Antonio Díez Noguera, ha comunicado que este cambio de horario afecta minimamente al organismo, comunicando que «Los jóvenes sufren cambios horarios mucho mayores los fines de semana cuando salen y probablemente esto tenga más repercusión en el organismo, de hecho se está estudiando, pero nadie le da importancia».
