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Un Guardia Civil ha contado lo que vivió en el asalto de 800 subsaharianos en Melilla

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Estas son las palabras que ha comunicado un agente de la Guardia Civil sobre las últimas entradas de inmigrantes en la frontera con Marruecos, en la ciudad de Melilla. Concretamente cuenta el intento de entrada de 800 inmigrantes en la frontera, en el que al final entraron 100 personas subsaharianas. El agente ha escrito sus reflexiones de forma anónima por temor a ser expedientado.

“Lo que tanto temías… Un grupo de 800 a un kilómetro. Dice uno de los camaristas: Joder, noche de rock and roll”.

“Nos bajamos de los vehículos, nos preparamos, cascos, guantes, defensas, esas son nuestras armas frente a palos, piedras, botellas y lo peor, desesperación, hambre, necesidad…”

“Estoy sudando y hace frío, el olor a hoguera es lo primero que nos llega, sientes que el suelo tiembla, bajo la visera del casco […] Lluvia de piedras…

“Los ves trepar, los ves saltar, una valla, la segunda, aguantamos, tengo uno enfrente, me mira, sus ojos son rojos, llenos de desesperación, me amenaza con una piedra, yo con la defensa, chilla, chillo… Mi experiencia me dice que no me va a tirar la piedra, estaría perdido, yo he de acercarme para reducirlo, ¿y si me la tira?”.

 “No dejamos de mirarnos a los ojos, nos retamos al mismo tiempo que nos tememos… Defensa a la rodilla, cae, me apoya un compañero, reducido, a por otro…”

“Todo acaba… Hay heridos, tumbados por el cansancio, pero felices, lo han conseguido. De 800 han pasado un centenar. […] Me dirijo al que fue mi enemigo, le doy agua y algo de comer. Me mira agradecido”.

“Llego a casa. Me meto en el baño. El uniforme manchado de sangre ajena, me ducho. Me dirijo al cuarto de los enanos, duermen como angelitos, los beso”.

“Me meto en mi cama, mi mujer se vuelve. ¿Cómo ha ido la noche? Bien, como siempre… Se duerme… Yo no puedo, imágenes, imágenes y más imágenes. Tengo esa mirada clavada en mi mente. Perdona amigo, espero que entiendas mi trabajo como yo tu situación. El cansancio me vence…”.

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