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Elena Valenciano al desnudo: “Me desnudaría para pedir el voto si fuera imprescindible”

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Citas memorables del PSOE y las mujeres

¿Qué ha quedado del debate entre Arias Cañete y Elena Valenciano? Nada.

24 horas después del debate lo único de lo que se podía hablar en torno a las elecciones europeas era sobre la frase de Arias Cañete el día después: “si haces un abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista que está acorralando a una mujer indefensa”.

Si el verdadero propósito de Cañete hubiera sido quedar mal para no pasar por machista, le habría lucido la gloria por las papeletas. Obviamente la verdad es que Cañete hizo un mal debate y la excusa fue que estaba encorsetado por un guión que no le había dejado ser él mismo. Cuando volvió a ser él mismo la cosa fue mucho peor todavía.

Sin embargo, tratando de reconducir el asunto a sus dimensiones objetivas, el debate no es tanto si Cañete es o no machista como si llamándole machista se puede hacer daño electoral y reputacional al PP. La verdad es indiferente.

La prueba es que esto de las frases y acciones machistas es un arma de doble filo que sólo debe usarse en caso de que el contrario no tenga acceso a la hemeroteca.

Así, por ejemplo, Elena Valenciano declaraba en una entrevista en 2013 que “me desnudaría para pedir el voto si fuera imprescindible”. Cambio tetas por votos, sin embargo, no parece un eslogan de probada pureza feminista. Por otro lado, son muchos más los votos que podría conseguir Cañete a cambio de no desnudarse.

Frase por frase, Valenciano y Cañete quedan empatados incluso en esto. Empatados por abajo, por supuesto.

La hemeroteca, sin embargo, permite encontrar muchas otras noticias relacionadas que podrían venir al caso.

Por ejemplo, que el presidente del Partido Socialista de Euskadi, Jesús Eguiguren, sea una persona condenada judicialmente por golpear a su mujer.

O bien el hecho de que el gobierno de Rajoy no haya concedido ninún indulto por violencia de género frente a los 16 que concedió Zapatero.

La mención de Zapatero obliga a recordar cómo en la campaña electoral de 2004 este expresidente no tuvo ningún reparo moral a la hora de intentar ganar votos utilizando la violencia contra las mujeres. En sus mítines de campaña Zapatero aseguraba que cuando en España las mujeres morían asesinadas el gobierno popular adoptaba una postura pasiva y miraba hacia otro lado. ZP prácticamente aseguraba que acabar con los asesinatos de mujeres dependía de que se le votara a él y que el PSOE aprobara una ley contra la violencia de género. La realidad es que los asesinatos de mujeres tras la llegada de ZP al poder y la aprobación de la ley no sólo no disminuyeron sino que aumentaron. O los socialistas miraron hacia otro lado y mantuvieron una actitud pasiva mientras mataban a las mujeres, o utilizaron electoralmente la violencia contra ellas de manera bastante rastrera.

La hemeroteca nos permitiría encontrar otras situaciones llamativas, como cuando el PSOE no ve nada reprobable en IU por identificar a las mujeres que ocupan cargos públicos por el tamaño de sus tetas (sic). Significativo también que la caseta del PSOE en la Feria de Melilla utilizara como reclamo publicitario la posibilidad de hacerse fotos junto a una conocida actriz porno, aunque en este caso los socialistas retiraron la publicidad al llegar la polémica a la opinión pública.

La cosa empeora bastante para el PSOE si retrocedemos aún más en la historia y nos vamos hasta 1931, cuando se estableció el voto de la mujer en España. Mientras que la derecha votó prácticamente en bloque a favor del voto de la mujer, buena parte de la izquierda votó en contra. De aquel momento al PSOE no le interesa que se recuerden citas de ninguno de sus líderes, como la de Indalecio Prieto, asegurando que al aprobar el voto femenino se le había dado “ una puñalada trapera a la República”. Margarita Nelken, una de las pocas mujeres diputadas y también socialista, justificaba su oposición al sufragio femenino asegurando que “Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario”.

Naturalmente es muy difícil que hoy en día los políticos socialistas reconozcan cuál fue su postura respecto al voto femenino en 1931. Claro que dentro de 85 años puede que tampoco quieran recordar cuál era hoy su postura sobre el aborto.

Información ofrecida por Navarra Confidencial.

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