Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
“Habría que hacer ver, por parte de todos nosotros, que no vamos a consentir que se nos acuse de algo que detestamos sin reservas, que vomiten sobre nosotros, mentiras y manipulaciones o ataques tan repugnantes, como el que nos ha dedicado ese individuo llamado Salvador Sostre”.
Los falangistas, por errores propios o por acusaciones perversamente interesadas, tenemos muchos enemigos. Unos por claro belicismo ideológico y otros por un mimetismo y una demagogia de peso incalculable., Los hay por una causa personal y también existen los que sin razón alguna nos muestran un rechazo incomprensible pero constante. Su enemistad en todos los casos, o casi, aparece de modo exagerado, desproporcionada, y apunta más a una voluntad de hacer daño que a la expresión de un argumentación lógica; los modelos son muchos, y entre ellos, y lo cito por su proximidad en el tiempo, está la declaración formal –porque viene escrita en un medio social-, el de un señor de nombre Salvador Sostre, creo que catalán, periodista u opinador, que no tengo su credencial profesional, que ha firmado un texto poniendo al “falangismo” (sic), como leiv motiv que inspirara a los violentos del barrio barcelonés de Sants, al fin y al cabo una costumbre fascista.
Ha escrito muchos más, uniendo sin pruebas, claro, los nombres de José Antonio y Mussolini, como hilo conductor de la extrema violencia desatada estos días por los antisistema y la izquierda radical en la ciudad de Barcelona. Ha vuelto el falangismo, escribía, el autor en cuestión, llamado – que se sepa-, Salvador Sostre, descargando en unas líneas sin saber por qué, una literatura absolutamente insultante, profundamente ofensiva, y maliciosamente demagógica. El tal Sostre, recordarlo, no ha escatimado palabras para denigrar el nombre de Falange, abusando seguramente de un espacio de impunidad que aún ofrece la justicia en estos casos, o, quizá, amparándose en la debilidad estructural y organizativa que por desgracia sufrimos los falangistas.
En este sentido, no puedo permanecer en silencio y apelo a cualquiera de las formaciones de la falange democrática, a una respuesta urgente y solidaria contra manifestaciones de este tipo y dadas por tipejos de esta catadura política y ética aunque solo sea para que sepa, que no se pueden decir o escribir artículos como el que ha firmado en el diario El Mundo, sin que al menos, le roce el peso de una demanda judicial que, aunque no tenga resultado, ronde por su cabeza la certeza de que ha cometido una violencia peor que la que denuncia, pues atenta directamente contra la dignidad de unos hombres y mujeres que profesan en paz y convivencia, una ideología felizmente opuesta a cualquier clase de amedrentamiento, coacción o metodología violenta. Habría que hacer ver, por parte de todos nosotros, que no vamos a consentir que se nos acuse de algo que detestamos sin reservas, que vomiten sobre nosotros, mentiras y manipulaciones o ataques tan repugnantes, como el que nos ha dedicado ese individuo llamado Salvador Sostre.
No estaría mal que una campaña en las REDES, sin caer en lo barriobajero o en el insulto personal, le recordara la estupidez de su comentario, lo deshonesto de su escrito, lo perverso de su mensaje. Todas las instituciones falangistas, de manera y forma democrática – lo repito-, expusieran públicamente la desgraciada aparición de su artículo que, para acusar a los de extrema izquierda en los sucesos de Sans, aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid, para lanzar su odio contra los falangistas.. Yo pienso que ha llegado la hora de poner fin a nuestra FRANCISCANA actitud en estos temas, y que desde ahora, desde la más estricta actuación legal, nos levantemos con todas las armas jurídicas de que dispongamos y coloquemos a esta gente -SOSTRE- donde le corresponde. No debemos permanecer impasibles ante tanta violencia programada y gratuita.
¿Cómo puede un medio de comunicación informativo dar cobertura a un impresentable como el tal Salvador Sostres? ¿Es qué se ha perdido el respeto total a la ley que prohíbe la difamación? Los falangistas y por lo que a mí me toca estamos hartos de que personajes como el aludido nos insulten vertiendo sobre nosotros las injurias y calumnias que les vienen en gana y nadie mueva un dedo. Yo que estoy afiliado a una de las formaciones falangistas totalmente legales, me siento muy ofendido en mi persona por este insulto lanzado tan a la ligera. Yo me siento muy orgulloso de nuestra historia y puedo decir que ningún meaplumas me va a hacer desistir de mis ideales de Patria, Pan y Justicia, para todos los españoles sin excepción, incluso para él.