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MISIONES PEDAGÓGICAS

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Por José Ignacio Moreno Gómez para elmunicipio.es

“Sépanlo los retraídos, los que no viven en la palpitación diaria de nuestros trabajos: el Sindicato Español Universitario ha creado una Universidad en la que recibirán clase completamente gratuita los obreros a los que les fue negada en sus años niños y que hoy, para vergüenza de España, viven sepultados en la más espantosa de las enfermedades: la falta de cultura”.

“Nosotros no podemos dar más pan que el que tenemos en nuestras mesas: nos dan saber en las aulas. Repartámoslo con los que viven fuera de ellas. El que sabe y no vierte su saber no merece el nombre de humano: el que enseña aprende”

(Párrafos extraídos del nº extraordinario de Haz 12 de Octubre de 1935)

Este proyecto de Universidad popular en la que estudiantes y profesores universitarios- calculo que pocos de estos últimos-  de forma totalmente voluntaria y gratuita, impartirían clases de diversas materias de Ciencias, de Letras y de Derechos y Deberes del hombre, fue un bello proyecto que se vio truncado por la vorágine de los meses inmediatos con las elecciones de Febrero de 1936 y la feroz campaña represiva contra los militantes falangistas y del SEU.

El proyecto estaba en plena sintonía con el aplauso sincero que, desde las mismas páginas de Haz, se hacía a las Misiones Pedagógicas de Federico García Lorca y su Barraca:

“ Han llegado unos camiones. Han saltado a tierra muchachos y muchachas. Sus trajes son símbolo de trabajo. Sus ojos tienen la luz de la ciudad, esa luz de que carecen los de los campesinos, que pasan sus años mozos y viejos pegados a su pedazo de tierra”

“Mañana a otro pueblo, a un nuevo lugar: las mismas caras, los mismos tipos; un rincón de España más que recibe una, dos, tres horas de alegría.

¿ Merece o no la pena?

Nuestras cerriles derechas dicen que no.

Nosotros decimos claramente que sí.”  (Haz nº10. Noviembre de 1935)

También la empresa de Federico se vio trágicamente frustrada por tanta violencia, tanto asesinato, tanta miseria moral….la incivil guerra que vendría después.

Si alguna continuidad tuvieron ambos proyectos, no cabe duda de que, una vez más, fueron mentes y brazos a los que apremiaba el espíritu regeneracionista los que intentaron de algún modo llevarlos a cabo.  No podemos olvidar al teatro universitario de los años 40, a la dedicación de personalidades como el olvidado Antonio Gallego y Burín, a quien Granada debe calle y monumento. Pero, especialmente, no podemos olvidar a la impagable obra de difusión cultural y de búsqueda meticulosa y exhaustiva de nuestras más populares raíces culturales, llevada a cabo por la Sección Femenina, según reconocía quien fuera alumno de la Residencia de Estudiantes y componente destacado de La Barraca, Luis Saenz de la Calzada:

La-Barraca

Misiones Pedagógicas marcó un hito que recogió la llamada Sección Femenina de la Falange para seguir una tarea que estaba marcada de antemano; quiero decir que, evidentemente, Torner, de la Residencia de Estudiantes, Benedito, del Instituto-Escuela, el mismo Federico, ya habían recogido, al lado de otros musicólogos etnólogos, la riqueza de nuestro folklore; la Sección Femenina no hizo sino continuar las directrices marcadas, pero con mayor riqueza de medios. A Alejandro Casona y a sus huestes le son debidas muchas, muchísimas cosas, pero ésas, como la labor de la Barraca, se cubrirán con el polvo del olvido; polvo y polvo que sin cesar cae, que nos atenaza, que nos cubre y del que nadie se librará porque la misión del polvo no es recordarnos nuestro origen -en realidad somos un poco de agua y un poco de limo- sino cubrirnos, como la capa pluvial que cubre al obispo de Valdés Leal».

¡Qué pena que todo esto ocurriera en medio de tanta saña y tanta intolerancia! ¡Cuantos proyectos regeneracionistas corrían paralelos entre aquellas dos Españas! O, ¿acaso hubo una tercera España que se resistía a la clasificación? ¿Qué separaba a Federico García Lorca de Joaquín Amigo o de Luis Rosales? ¿Qué separaba al genial Ponce de León de sus compañeros de la Barraca? José Antonio Primo de Rivera estaba llamado a liderar esa tercera España que no pudo ser.

Un recuerdo especial merece nuestro Alfonso Ponce de León, pintor genial, cartelista de la Barraca y autor del emblema del SEU, casado con la vanguardista y sin-sombrerista Margarita Manso, íntima de Maruja Mallo, de Lorca y de Dalí.

Luego Lorca fue asesinado en Granada por los sublevados y Alfonso vilmente torturado y muerto por los chequistas rojos. Y así tantos espíritus, tantos valores humanos que habrían sido  tan necesarios para levantar a nuestra maldita España, se malograron en aquellos horrores.

¿Y hoy?, ¿qué queda hoy del espíritu regeneracionista? En esta España occidental, europea, uniformada por la cultura que impone el nuevo imperio de las multinacionales y la globalización; en esta España de la E.S.O y los desastres que revelan los informes PISA, ¿no sería, acaso, necesario plantear nuevas misiones pedagógicas en el campo y, aún más, en las ciudades? ¿No habría que intentar hacer despertar el alma crítica de nuestras generaciones con la frecuente lectura y representación de nuestros clásicos? ¿Y, no merecen también nuestros pensadores españoles, Suarez, Vitoria o Mariana o  Ganivet, Unamuno y un largo etcétera, una brecha de serena atención?

José Ignacio Moreno Gómez.

Catedrático de Física y Química en el IES Fray Luis de Granada.

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