Pues no, los falangistas no somos euroescépticos. Tenemos, por el contrario, una firma vocación europeísta y estamos dispuestos a colaborar en la construcción de una nueva patria, llamada Europa, que integre a todas las Naciones-Estado actuales, que ya resultan insuficientes para resolver los problemas que tiene planteados el hombre de hoy.
Es decir, tenemos vocación de universalidad, que es lo que siempre ha distinguido a España, y no somos partidarios de ninguna clase de nacionalismo, ni catalán, ni vasco, ni andaluz, ni castellano… Pero tampoco ni francés, ni alemán, ni español… España nunca fue nacionalista, pues, como sabéis el nacionalismo es el individualismo de los pueblos.
Si no es en absoluto incompatible ser catalán, o vasco, o andaluz… con el ser español, no ha serlo en el futuro ser español, francés, italiano o alemán… con sentirse plenamente ciudadano de Europa.
Pero nuestra aportación a la unidad de Europa no puede limitarse a asumir como propias unas realidades que no son precisamente halagüeñas para ese hombre de hoy, para los ciudadanos europeos, y, especialmente, para los españoles.
No podemos asumir la falacia de que el crecimiento económico es equivalente a justicia social; no podemos asumir el ultraliberalismo, que nos propone la falacia de que esa economía fingida del monetarismo, de los poderes financieros, es garantía del buen funcionamiento de la economía real, la de la producción y del trabajo. Urge la aplicación, entre todos, de grandes medidas correctoras que aseguren el empleo para todos, promuevan una pedagogía del esfuerzo y abran caminos para una verdadera justicia.
No podemos, tampoco, asumir la falacia de negar las raíces culturales, espirituales y religiosas de Europa, para construir, artificialmente, ideologías monstruosas, herencia de siglos anteriores.
De ahí que nuestro patriotismo europeo, en plena sintonía con el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera, adquiera las características -como nuestro patriotismo español- de un sentido crítico y perfectivo. Podemos decir que amamos a Europa porque no nos gusta.
Si Ortega creía que España es el problema y Europa la solución, ahora, en 2014, podemos afirmar que ESPAÑA Y EUROPA SON EL PROBLEMA Y NOSOTROS, HUMILDEMENTE, PROPONEMOS SOLUCIONES QUE SE BASAN, ESENCIALMENTE, EN LAS PROFUNDAS RAÍCES Y SEÑAS DE IDENTIDAD EUROPEAS.
Los falangistas vamos a estas elecciones por todo ello. No os pedimos, por tanto, solo vuestro voto, sino vuestra reflexión y vuestra atención a nuestra propuesta. Por la unidad de España y por la unidad de Europa.
ARRIBA ESPAÑA y ARRIBA EUROPA
