Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Cuando hace unos días y con ocasión de la campaña electoral a Europa veía un video con un escenario ocupado por la candidatura de IU, es decir, del partido comunista, en donde todos los que allí estaban levantaban su puño cerrado en alto, mientras cantaban aquella bella música pero abominable letra del himno, “La Internacional”, solo me vino a la cabeza la foto de una imagen tan antigua como obsoleta, una visión que me recordaba un cuadro de estatuas de piedra, talladas y modeladas hace cientos de años, y por ello ancladas en el tiempo y en la historia. Ver a esas personas, bien vestidas y algunas hasta con un leve sentido de lo intelectual, agitando sus puños, y blandiéndolos en alto, me retrotraía a la década de los años treinta pero del siglo pasado. Una imagen ya para museos, porque el gesto del puño poco o nada se acomoda a las realidades de hoy que, gracias a Dios – y a los esfuerzos de los hombres-, quedan lejos de actitudes sacadas del baúl de los recuerdos. El puño en alto cerrado, puede significar determinación, orgullo, lucha, sí, pero también odio, resentimiento, venganza, y revolución en el sentido más criminal de la palabra que, como diría el filósofo. No se trata de instalar el caos, sino voluntad de transformar un orden de cosas injusto.
Está visto que el estalinismo del PCE no contempla ahora ningún asalto al Palacio de Invierno, pero esos puños cerrados no invitan precisamente a la modernidad, sino a luchas sangrientas. Da una especie de repelús, observar todavía imágenes de gentes con puños cerrados como si estuviéramos en plena contienda bélica, da una especie de miedo, saber que aún quedan militantes de esa extrema izquierda con lenguaje, ademanes y acciones propias de una historia felizmente pasada. Esto daría risa si no fuera por lo trágico que representa.
Por eso y desde esta perspectiva, no quisiera yo contemplar a mis camaradas falangistas, enturbiados con actitudes semejantes o parecidas. De igual manera rechazaría las parafernalias azules, de marchas iluminadas por antorchas que, a la altura de estos tiempos no caben en las formas actuales e, igualmente, huyo de fotos vestidas de azul uniformado, de, movimientos disciplinarios o taconazos a lo cuartel. La fuerza de falange estaría en su doctrina y nunca en simples formalidades superficiales. No se trata de expulsar nostalgias que tendrán su lugar en el corazón. Porque es hora de entender que la España de ahora ni puede ni quiere ser como la que vivió y sufrió José Antonio Primo de Rivera. Una fotografía de gentes uniformadas, donde alguien incuso se acompaña de correaje y botas no resulta atractiva para nadie, al contrario, conduce al rechazo y a la extremosidad que de ninguna manera admitiría nuestro fundador. A decir verdad, si abomino de aquel cuadro comunista de puños cerrados, no puedo por mera coherencia mirar para otro lado si aparecen los nuestros con fotos similares. Una insignia en la solapa o un llavero cómodo y fácil, será siempre más eficaz que un gesto querido, pero fuera de tiempo y de lugar. No borremos la historia, guardémosla arriba, en el alma.
Las Moradas, Estancias o Casas Solariegas, o Palacetes, o Palacios, …empiezan con un simple espacio y conforme va creciendo su Dueño y Señor, se amplia por las necesidades propias de la vida humana, mas las creadas, pues los asuntos humanos, conformen entran en juego mas humanos, se van complicando …hasta el punto de a veces de haber gentes con varias personalidades, una para cada ocasión… …. lo que quiero decir, es que los grados de «culturización e intelectualización» de todos nosotros van desde lo mas elemental, y por ello no hemos de darle «perlas» hasta lo mas sublimado, los cuales se alimentan solo con el «aire» de las diferentes esferas celestiales… por lo que habrán gentes que necesiten uniformidad para asentar su identidad y los que desapegados de ella las letras y sus sonidos engarzados como un fino joyero cordobés hace con los hilos y piezas de metales valiosos, vive ajeno al cuadro marcial que disciplina las almas… Es cierto que cada época tiene su forma, pero es mas cierto aún que los seres humanos vivimos la época que nuestro «Destino» nos asigna en nuestra vida…siendo por esto que sucede que hayan personas que les guste la parafernalia y rituales de masas, y gentes que les gusten la soledad de la montaña desgranando los últimos pasos que le llevan hacia su Eternidad… Por ello concluyo: si hay falangistas joseantonianos que viven la Doctrina vistiendo de azul y desfilando en la noche cual procesión, y con ello fija el nacionalsindicalismo en su corazón y en su mente, bien sea venido, como si hay falangistas joseantonianos que les gusta vestir con camisas de cuadro y pantalón vaquero…y cantar al alba canciones a los luceros…pues que sean también bien venidos… Pues Ancha es Castilla, de Valles está llena España, y de Hombres, cada cual a su razón, todos anhelan cumplir sus Sueños, … pero como Falangistas, y este nombre lo dice, todos en fraternal unión…