Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
«Podemos, lleva consigo unos puntos que no me da que lo asuman una gran mayoría de incluso quienes les han votado, tiene demasiadas propuestas que no serán acogidas por una ciudadanía normal».
Es verdad, en estas recientes elecciones europeas ha irrumpido con cierta fuerza que no se puede obviar, un pútrido de corte bolivariano, que con el atrayente nombre de Podemos, ha logrado algo más de un millón doscientos mil votos que suponen cinco escaños en una jornada fatal para los grandes monstruos del nuestro espectro político. Esto es de nervios, desde luego, aunque pienso que esa no tan sorprendente victoria- (para mí era posible ante el horrible ejercicio de populares y socialistas), aunque nos muestra una ciudadanía sin norte y sin destino. El nuevo partido, ha cogido al vuelo la intensa indignación que ha surgido de la malversación constante del PP y PSOE, y adornado con una demagogia populista y radical de ideología izquierdista.
¿Cómo ha sido posible esta victoriosa aparición? Existen desde mi punto de vista varias razones, como serían la enorme simpatía con que su líder, un controvertido profesor universitario, despertaba en el seno de determinados pero abundantes periodistas y opinadores públicos, que veían con casi arrobo las propuestas cuasi comunistas, propias de una sociedad cubanizada. Es decir, ha tenido una cobertura mediática como nadie podía imaginar. La gente de Cuatro TV, de la Sexta, los Cintotas, los Ricardo Martín, etc. o destacados representantes del socialismo oficial como la ex ministra Trujillo, han alentado su figura y su programa, y luego ha contado con la ayuda de una fuerza universitaria que no han conseguido los demás entre otros nosotros, que no tenemos fuerza universitaria. Personalmente creo que ha sido fundamentalmente la ayuda mediática quien ha creado este Podemos, así como la definición neta de partido en la izquierda.
No puedo adivinar si en el futuro este partido tendrá vida, por lo menos, una vida estable, pero lo que sí parece cierto es que puede atraer a un sector del pueblo que ve en su programa, si es que lo han leído, una respuesta a sus necesidades. Ahora bien, como suele pasar, Podemos, lleva consigo unos puntos que no me da que lo asuman una gran mayoría de incluso quienes les han votado, tiene demasiadas propuestas que no serán acogidas por una ciudadanía normal. Tales como desde un aborto y eutanasia salvaje, un rechazo a todo lo que significa moral y ética cristiana, a un concepto de la propiedad puramente soviética, también un deseo rupturista de España y ahí, en esas cosas, y en otras que se saben ya, nosotros los falangistas tenemos una oportunidad de incidir en el pueblo español para captar rebeldes, con causa, y ciudadanos a la espera de un mensaje completo, por lo tanto miremos a PODEMOS, como una experiencia a tener en cuenta y no a como a un enemigo per sé.
Para eso nosotros debemos de aclarar posturas y compromisos democráticos claros y permanentes. Tenemos objetivos comunes en justicia social y en respuestas éticas al capitalismo feroz que nos anula, pero en FA (Falange Auténtica) nos enriquecemos con nuestra visión humanistas y personalista del nacional sindicalismo, pues vamos a ello. Sin nostalgias, pero sin complejos. Y por favor, trabajemos por encontrar unas personas líderes que nos avalen con una presencia importante, una actitud seria y unificadora, un lema para el futuro y procurar una imagen para la próxima década. Lo de “podemos”, tiene que servirnos de lección, aunque nos duela, pero seamos o intentemos aprender de la experiencia de otros, porque en verdad, no debemos ser muy distintos del común de las gentes, no quiero que nos convirtamos en estatuas de piedra, no despotriquemos ante una protesta que clama el pueblo y que, sinceramente, coincidimos en bastante, para ponernos a luchar por una sociedad más justa, libre y humanitaria. Por fin, queremos que los falangistas busquen ya una expresión de convergencia que nos haga al menos más visibles, siempre, claro, desde la conciencia democrática.