Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Lo sabemos desde la fundación de Falange Española por José Antonio Primo de Rivera en 1933, pero lo cierto es que no hemos sabido mostrar nuestro mensaje por varias causas, entre ellas la de renunciar a una lucha, legal, por su proclamación. Nos referimos, claro, a nuestra condición republicana, a nuestra vocación por una República de tipo presidencialista, como vía a una profunda reforma socioeconómica. Somos republicanos, así de sencillo, y ahora, en este minuto de abdicación del impuesto, aunque sutilmente democratizado rey, los falangistas tendremos que salir a la calle, no revueltos, pero si conscientes de que lo democrático sería optar bajo un referéndum pacíficamente exigido, a la pregunta monarquía o república.
Los falangistas, y me incluyo como miembro de Falange Auténtica (FA), no podemos permanecer alejados y en silencio de expresar pública y sonoramente el ADN republicano de nuestra ideología. Demasiado tiempo se ha estado mirando para otro sitio incluso en los peores momentos de esta monarquía que ha dado a los españoles muy poco de lo que necesitaba como, por otra parte, alguien esperaba. Una vez más, la superestructura de los sistemas neoliberales acuden a ese viejo y anacrónico privilegio de sucederse a sí mismo, cediendo un poder sobrevenido a sus herederos, rey a príncipe, Juan Carlos a Felipe, y este a Leonor o como se llame la sucesora , y así mantener una institución que cuando menos tenía que ser votada por los españoles, algo que se obvió en la constitución del 78.
No importa que hoy, en foto paralela a la de 1931, las izquierdas extremas y otras gentes afines, hayan tomado la Puerta del Sol para proclamar su reivindicación, que no es otra que pedir un referéndum sobre monarquía no, república sí. Los falangistas deberíamos de estar allí, al menos que nos vean, pero si no, por razones evidentes, a través de las redes, de manifiestos y declaraciones y si es preciso en la calle, aunque no revueltos, habremos de elegir de nuevo o callar, con lo que definitivamente estaríamos absolutamente obsoletos, desparecidos, o, actuemos con valentía y firmeza. ¡Somos republicanos¡ No para revivir perversas experiencias, sino para caminar de acuerdo con nuestros principios y colaborar en lo que sea democrático, a que no nos secuestren otra vez la responsabilidad de nuestra propia gobernabilidad. Los falangistas no podemos quedarnos, en esta nueva ocasión, callados o guardando una pasividad que no nos corresponde. Digámoslo ALTO, aunque tengamos visitas inoportunas.
Desde la más sincera aceptación de las reglas democráticas, desde nuestra lejanía con actitudes extremistas, desde una cierta coincidencia con una izquierda respetuosa y pacífica, desde un derecho constitucional y democrático, Falange Auténtica (FA) tiene que exponer a todos los españoles que queremos una consulta nacional, un referéndum, para contestar si aprobamos la continuidad, por abdicación, de una forma de Estado monárquico o republicano. Naturalmente, yo, como ciudadano y como falangista, me declaro de la República. Yo, que crecía cantando aquellos versos juveniles de Viva, viva la revolución/ viva viva Falange de las JONS/ Muera muera el capital, viva viva el Estado Sindical…..que no queremos reyes idiotas, que no sepan gobernar… ¡abajo el Rey¡ Ahora, más moderado solo por la edad, no por mi pasión, sigo pregonando “UN NO A LA MONARQUIA».
Implantar un tercera aquí en España, repito, aquí en España, a mi se me ponen lo pelos de punta si en ese momento me pongo a recordar la segunda que como sabes muy bien, querido Eduardo, comenzó con la quema de conventos; siguió la expulsión del cardenal Segura; la expulsión de los jesuitas; la retirada de los crucifijos en las escuelas; la Revolución de Asturias, con el asesinato de 34 religiosos que nada tenían que ver con lo que presumiblemente reclamaban los revolucionarios; el encarcelamiento de cientos de falangistas y el asesinato de casi un centenar de ellos; siguiendo con la quema de Iglesias, lo dice Azaña, no lo digo yo; el asesinato por parte de fuerzas al servicio del Gobierno del líder de la oposición Calvo Sotelo; para terminar con el asesinato de José Antonio. ¿Es esa la República que quieres? Yo no.
Por otro lado, mezclar canciones que vinieron después y que no eran falangistas porque Falange termino el 19 de abril de 1937, a mi eso me parece estar falsificando la historia. Yo no soy monárquico y lo proclamo a los cuatro vientos, pero la historia es la que fue y hay que tener mucho cuidado como se escribe. No basta tener unos sentimientos y sin más reflejarlos en un escrito con el que puede estar de acuerdo en el fondo, pero no en la forma.
La Falange no terminó el 19 de abril de 1937, continuó viva. La verdadera, perseguida. Actualmente, minoritaria, pero sigue existiendo. Somos republicanos, no aceptamos que la Jefatura del Estado sea un cortijo particular de nadie, debe ser ejercida por personas capaces; ahora bien, tampoco queremos aquella República fracasada y antidemocrática, quemadora de iglesias y servidora de Internacionales extranjeras. Yo, como falangista y afiliado a FE de las JONS, quiero una República Nacionalsindicalista, es decir: defensora de la unidad de España, de la dignidad humana y defensora de una profunda transformación económica, en la que el capital esté al servicio de las personas y que deje de ser un instrumento de dominación por parte de unos banqueros y especuladores sin escrúpulos.
La Monarquía hace mucho tiempo que dejó de ser una institución válida y la historia de esta dinastía aún la ha enfangado mucho más.
La Falange, mientras haya un falangista, no puede ser monárquica. Al señor José Mª de Tuñón le digo que desde el año 1976,FE de las JONS recuperó su personalidad jurídica independiente, estando inscrita como partido político en el Ministerio del Interior con el nº 7. La historia hay que contarla sin ocultar datos que puedan dar lugar a manipulaciones. Como ve estamos vivos y existimos.