De izquierda a derecha Manuel Parra Celaya, Enrique de Aguinaga y Jaime Suarez.
Por Enrique de Aguinaga
Invitación al debate
Querido amigo:
Sin invocar mi derecho a la libertad de expresión, naturalmente, someto a tu consideración y, en su caso, debate el adjunto texto Felipe VI, dentro del género de lo políticamente incorrecto.
En el sintético texto se hacen cinco asertos. Las descalificaciones no me dicen nada. Mi reto es que alguien me demuestre, sin gritos, con argumentos, que cualquiera de los cinco asertos o todos ellos en conjunto no son verdaderos.
Para mantenerlos como verdaderos cuento con tres apoyos.
1. El rey Juan Carlos, cuando en televisión británica y española dice: Nunca permito que hablen mal de Franco en mi presencia porque uno tiene que aceptar de donde viene y fue ese hombre quien me puso en el trono (1993).
2. El padre del rey, don Juan, cuando replica a Adolfo Suarez (ya no queda nada de lo que Franco había dejado atado y bien atado) Sí queda. ¿Qué?, desafió el abulense. Tú y tú, replicó rápido don Juan, señalando a Suarez y a su hijo (García Abad, 2012)
3. Ramón Pérez-Maura: En la primavera de 1977 Don Juan Carlos solo tenía la legitimidad franquista, sin la que hubiera sido imposible restaurar la Monarquía en España (ABC, 15 de junio, 2014)
Un juicio de Montesquieu:
La verdad por encima de todo, incluso de la patria. Todo ciudadano viene obligado a morir por su patria; nadie está obligado a mentir por ella.
Una frase de Horacio:
Amicus Plato, sed magis amica veritas.
Y una atribución de Machado:
La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.