Para Sánchez Dragó, el éxito del sistema educativo japonés es la disciplina que los convierte en las gentes mejor formadas y más educadas del mundo.
Fernando Sánchez Dragó ha impartido clases durante más de diez años en diferentes universidades japonesas, por eso a él no le ha sorprendido el informe de la OCDE sobre el nivel de la educación en España y la comparación explícita que se hace para enfatizar la baja calidad del nuestro, subrayando que «un estudiante de secundaria japonés sabe más que un universitario español». Sánchez Dragó ha afirmado siempre que «el mundo se divide en dos: los japoneses y todos los demás».
En Japón- dice Dragó – en la enseñanza primaria y secundaria, al margen de los contenidos académicos, muy extensos y muy profundos, al estudiante se le educa en un sistema de disciplina férreo parangonable al Bushido, el código de honor de los Samuráis. Las formas y la conducta son tan importantes, si no más, que los contenidos. El hecho de que los alumnos se levanten e inclinen la cabeza cuando el profesor entra y sale del aula es lo suficientemente elocuente sobre el tipo de formación y de educación que reciben los bachilleres japoneses, que acaban la secundaria siendo gentes magníficamente preparadas, educadas y disciplinadas.
Al contrario de lo que sucede en España con la Selectividad, cuyo porcentaje de aprobados está en torno al 90%, el examen de acceso a la universidad en Japón es durísimo. En este sentido, Fernando Sánchez Dragó señala que es precisamente en esta época del año académico japonés cuando más suicidios de jóvenes se producen.
Información ofrecida por Eduardo García Serrano en el diario La Gaceta.