El presidente del Gobierno quiere mantener con Pedro Sánchez la misma buena sintonía acerca de la cuestión catalana que la que mantenía con Alfredo Pérez Rubalcaba.
Mariano Rajoy ha colocado sus próximas entrevistas en el orden más adecuado. Y no ha tenido inconveniente en retrasar unos días su encuentro con Artur Mas para recibir antes en Moncloa a Pedro Sánchez, que hasta el próximo fin de semana -Congreso mediante- no será nuevo secretario General socialista a todos los efectos.
Cada uno en su orden
Será pues el próximo lunes 28 cuando Sánchez y Rajoy puedan hablar, largo y tendido, de la cuestión catalana. Y dos días después, el miércoles 30. Mas será recibido en el Palacio de La Moncloa donde se le volverá a explicar, educadamente pero con firmeza lo que ya ha escuchado una miríada de veces: que su proyecto de consulta es ilegal, inconstitucional y que el aislamiento al que condenaría a su comunidad en el resto de España y también en la comunidad internacional no puede ser mayor. La entrevista se cerró el pasado 11 de julio, cuando Rajoy telefoneó a Mas para citarle, después de que el president de la Generalitat solicitara por escrito un encuentro.
Es posible que Rajoy trate de ofrecer en cualquier caso una salida al president de la Generalitat. Y que acepte algún tipo de referéndum no vinculante, al amparo de esa trampa saducea -como denunció Xavier Horcajo- que es la Ley de Consultas aprobada en el Parlament de Cataluña, y que pudiera permitir salvar la cara a Artur Mas.
Y quien, como no podía ser de otra manera, está muy al tanto de la aguja de marear será el Rey Felipe VI, con quien Rajoy despachará antes de mantener las dos entrevistas referidas. Fuentes de Moncloa aseguran a Gaceta.es que el Rey se mantiene permanente en contacto telefónico con Mariano Rajoy para estar informado de todos los detalles que rodean a éstas conversaciones.
Frente común
Pero todo por sus pasos. Y el primero es recibir al nuevo líder del PSOE y pactar con él -o intentarlo- un frente de Estado sobre la cuestión catalana. Entre los ‘hombres del presidente’ no hay gran optimismo por lo que pueda dar de sí el nuevo secretario General socialista. Con una postura a medio camino entre lo kafkiano y lo ininteligible, en Moncloa se ha visto con perplejidad como, en los últimos meses los socialistas han pasado de ser contrarios -en el pleno del Congreso de los Diputados del pasado 8 de febrero- a la convocatoria de una consulta ilegal por parte de Artur Mas a votar favorablemente hace unos días a la ley de consultas ‘engendrada’ en el Parlament de Cataluña. Y partidarios de una reforma constitucional que, salvo ellos, nadie entiende. Una reforma ‘federalizante’ a la que hasta ahora se ha opuesto Mariano Rajoy pero que, en pro de ese consenso, el presidente podría llegar a aceptar -con unas líneas rojas’ bien marcadas, eso sí- como mal menor para que los socialistas no se echen definitivamente al monte. Y es que Rajoy había llegado a sentirse muy cómodo con su ‘ministro sin cartera’, Perez Rubalcaba, pero la llegada de Pedro Sánchez a la poltrona de Ferraz constituye toda una incógnita. Aún resuenan los ecos de las palabras de Sánchez éste fin de semana en el Congreso del PSC que eligió como líder a Miquel Iceta instanto a Rajoy y a Mas a hablar ya de una vez y a dejarse de reproches. Eso está muy bien si antes Sánchez se aviene a razones y acaba de una vez con las vigentes ambigüedades de los socialistas respecto a la idea de España y la su indisoluble unidad.
Tienpo tendrán de aclararse los líderes de los dos grandes partidos nacionales como tiempo deberían tener también, especialmente los socialistas, de pronunciarse sobre ese frente constitucionalista, absolutamente urgente e inaplazable ya para la sociedad y la política catalanas, que preconizó C’s y al que nadie ha hecho, hasta el día de hoy, el menor caso. La Gaceta.
