La Asesora de Conflictos Familiares, Sara Pérez-Tomé, analiza en el diario La Gaceta el ambiente en el que se cría un menor adoptado por una pareja de gays y las carencias afectivas y educativas que tendrá en su vida.
El colectivo gay ha puesto el grito en el cielo contra el Gobierno de Mariano Rajoy por haber «claudicado» ante Rusia al aceptar que únicamente los matrimonios puedan adoptar niños rusos, dejando fuera a las parejas homosexuales y a los solteros. De esta manera se desbloquean más de 600 adopciones en curso, pero las peticiones de 20 parejas gays o de solteros se quedan en el limbo. Para la Asesora de Conflictos Familiares, Sára Pérez Tomé, la decisión del gobierno Ruso es comprensible porque asegura que el entorno de dos padres o de dos madres no es el mejor para el desarrollo afectivo y educativo de un menor. Por eso pide respeto a los gays por la decisión, legítima, del ejecutivo de Vladimir Putin. En una entrevista ofrecida para el diario La Gaceta, Sara Pérez Tomé desgrana las carencias que sufre un menor cuando es criado por una pareja homosexual, pero advierte de que la falta de amor y cariño entre los cónyuges de un matrimonio heterosexual, también podría implicar que los hijos de esa pareja busquen otro modelo afectivo.
