Ser militante del Partido Popular en la Cataluña interior no es fácil. La experiencia de Jaime Gelada, concejal popular en Cardedeu (Barcelona), es una prueba de ello. Tras haber sufrido amenazas por haber denunciado las pintadas independentistas en un muro del pueblo, durante la fiesta mayor de la localidad ha tenido que ver cómo un grupo de vecinos del pueblo le sometían a un simulacro de fusilamiento.
ABC / Los hechos sucedieron el pasado 17 de agosto, cuando a las siete de la mañana se presentaron ante su domicilio miembros de la colla «trabucaire» (grupos de cultura popular que recrean con vestimenta y armas de fogueo las bandas de insurgentes de los siglos XVIII y XIX). Según denuncia el PP mediante un comunicado, «dicha entidad se posicionó tarareando el himno del PP» y uno de los miembros ordenó formar simulando un fusilamiento al tiempo que gritaban: «Fuego primera fila, fuego segunda fila y fuego adiscreción y disparando sus trabucos a cada orden apuntando a su domicilio». Mientras, el concejal «permanecía observándolo desde su balcón». El fuisalmiento simulado «se repitió en varias ocasiones durante más de 15 minutos».
Los hechos han sido denunciados ante la Policía Local de Cardedeu siendo identificados algunos de los miembros de los «trabucaires» comointegrantes de ERC y de las CUP de la localidad. Algunos de ellos fueron condenados en su momento por la pintada del muro de Cardedeu que está en el origen de la campaña de acosa contra Gelada.
