El culebrón del verano que ha relevado al caso Bárcenas tiene varios aspectos que le dan un toque atractivo para tratar en medios, si no fuera por lo criminal de la acción y por el hecho de que el mandatario de Cataluña, mientras los catalanes pasaban calamidades en la época de la reconversión industrial, se llenara los bolsillos con varios millones de pesetas primero, y de euros después.
Pero la cuestión de fondo no es que un antiespañol robe a España, sino que los diversos presidentes del gobierno, Felipe González y Jose María Aznar hicieron la vista gorda ante estas prácticas delictivas, a cambio del apoyo partidista que brindaba la CiU de Pujol.
La vorágine independentista liderada por Artur Mas ha sido el catalizador de la caza de brujas contra el que fuera “un socio preferente de gobierno” de PP y PSOE.
Todo esto demuestra que nuestras tesis nacionalsindicalistas, que propugnan el fin de la intermediación política de los partidos, es la única solución para evitar que la corrupción desplume a un país como España.
Información ofrecida por FE de las JONS.