Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Cualquiera que haya leído las bases económicas de Falange Española en versión original, no en las sucedáneas, sabe de las distintas opiniones que se han dado desde el principio, sobre todo las que consideraban poco menos que ilusas o utópicas (en el sentido más peyorativo), incluso desde nuestras propias filas. O así decían. Sin embargo los que creemos en esta interpretación de la economía nacional, vemos como algunas apariciones políticas de hoy, a casi cien años de nuestra fundación como ideología, ofrecen análisis y presentan programas quizá más complicadas de ejercer. En esto, hay economistas, profesores de Universidad y catedráticos que, sin temor a ser señalados como “heterodoxos”, o apartados de la comunidad intelectual y social, avalan con sus estudios y categoría profesional esas propuestas que tienen como leitmotiv, la denuncia y rechazo del sistema capitalista actual y sustituirlo por fórmulas completamente diferentes, algunas muy parecidas a las que desde siempre ha propugnado Falange Española.
Por ejemplo, es útil para nosotros el leer las declaraciones del catedrático de Teoría Económica en la Universidad de Sevilla Juan Torres López,- donde por cierto, da también clases nuestro amigo José M. Cansino en la misma disciplina, en las que además de decir algo tan lógico como que “el Capitalismo no se cambia en cuatro años, pero se puede reconducir” aboga por un profundo cambio aunque se empiece por datos mínimos (el ponía el ejemplo de un barco que al salir se desvía milímetros de su destino podría ser de cientos de kilómetros al finalizar su viaje, o sea, que como decía Aranguren, y yo mismo lo exponía en mi libro Falange Futuro, “la revolución no consiste ahora en asonadas violentas e instantáneas, sino en la convicción de hacer sin prisas ni pausas los cambios necesarios”. Aquí doy la razón al catedrático Torres López que por otra parte coincide con la interpretación que hacen intelectuales como el profesor Navarro, sociólogo de calidad mundial, y por supuesto con las propuestas de premios Nobel como Krugma o Stiglitz, que proclaman su lucha contra este capitalismo deshonesto, ladrón y explotador como vemos en las acciones de demasiados políticos en la España que vivimos.
Si las aportaciones de estos intelectuales a programas como el de una o dos recientes apariciones políticas, (no voy a hacer propaganda de ellas) con una evidente aceptación en el electorado nacional, a las que se las acusa de populistas y demagógicos -con alguna razón sí, pero con mucha verdad en algunas de sus propuestas-, Falange puede exponer lealmente su mínima oferta de una sociedad donde los medios de producción pasen a ser propiedad de todos los que intervienen en su proceso; que las empresas tuvieran un sentido muy distinto al que los otorga el neo liberalismo perverso que sufrimos, para constituirse en centros de responsabilidad compartida. O que la propiedad, por fin, tuviera un exigente e irrevocable fin social. Si en los años de fundación se pedía “Ni un español sin hogar”, llevémoslo a la práctica a través de una Banca nacionalizada o de un Crédito Nacional. Que el Estado Nacional – Sindicalista, dispusiera de leyes en las que se prohibieran los desahucios indiscriminados. Y por ejemplo, se podría propugnar -mediante consulta legal-, la aprobación de una Ley que transformara la pequeña industria, el pequeño taller, el pequeño autónomo, de modo progresivo, en empresas de tipo familiar, comunal o sindical, en las que definitivamente se diera por acabada las actuales relaciones de trabajo.
Y claro que supongo que entre nosotros existen, viven, economistas de altura, y sociólogos de probada calidad para desarrollar, punto por punto los principios de economía social por los que se fundó Falange Española. Y los hemos tenido, a pesar de que ahora no se impliquen en su defensa o hasta haya olvidado sus primeras lealtades. Naturalmente los políticos y especialistas en economía que demuestran un talante capitalista no los encontraríamos en nuestro deseo pero, yo, personalmente, apunto a aquellos que con los mismos títulos apuestan por una sociedad justa y solidaria. Como la que preconiza el nacional sindicalismo de Falange Española. Como queremos los Joseantonianos. O eso espero.
Mientras FE de las JONS y FE la Falange no empiecen a ir de la mano, este tipo de debates no tienen sentido (a Falange Auténtica no los incluyo porque son cuatro frikis)
Mire Vd. don Tomás WA, lo que no tiene sentido es su comentario porque Vd. no puede erigirse en el dueño absoluto entre el bien y el mal. Yo que soy de otra época no entiendo el significado de «frikis» pero supongo que no será ningún piropo hacia los que componen Falange Aurténtica que me parecen excelentes camaradas incluyendo al autor del artículo, artículo que me ha gustado mucho. Si Vd. tiene cosas mejores que escribir, escríbalas que yo, al menos, se lo voy a agradecer..
Todas las falanges han de tenerse en cuenta y deberían unificarse en una. Tanto FE JONS y FE La Falange como FA son necesarias y prescindible su sectarismo y su individualismo purista. FE La Falange tendría que abandonar La España en Marcha, que no es más que cuatro jóvenes neonazis y tres vejestorios franquistas, todos casposos antitéticos con el verdadero falangismo.
Desunido, el nacionalsindicalismo no va a ninguna parte.