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El pederasta guardaba ropa interior de una niña

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Una de las víctimas del pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, dibujó dos croquis a mano alzada de la vivienda donde el pasado 10 de abril supuestamente fue agredida sexualmente.

EFE / Así consta en el sumario, en el que se recogen estos dos croquis de la vivienda situada en la calle Santa Virgilia, en el distrito de Ciudad Lineal, en el que, conforme a las pesquisas de investigación, el pederasta habría cometido presuntamente dos agresiones sexuales. En ella se hallaron hasta 160 muestras.

Esta pequeña identificó con dudas a Antonio Ortiz en la rueda de identificación.  Los hechos se cometieron cuando la menor estaba bajo los efectos de un somnífero. Otras cuatro víctimas le han señalado sin género de dudas.

En esa misma casa, se cometió otra agresión sexual el pasado 17 de junio, la de la niña de origen chino que sufrió las lesiones más graves y estuvo varios días ingresada en el hospital.

Antonio Ortiz cumple prisión preventiva desde el pasado 26 de septiembre. La Policía le acusa de cinco agresiones sexuales, dos intentos de homicidio, dos intentos de secuestro y allanamiento de morada.

El depredador sexual siempre se acercaba a las pequeñas con artimañas. Incluso en un caso llega a imitar la voz de la madre de una de las niñas para llamarla por su nombre. “Te voy a probar una ropa, te voy a poner unos trajes de modelo. Tu madre lo sabe, yo la conozco”, dijo a otra de las pequeñas.

En el sumario del caso se detallan los numerosos vestigios y posibles pruebas que la Policía encontró tanto en el piso de Santander en el que fue arrestado Antonio Ortiz, como en el piso de Madrid en el que vivía con su madre -en la calle Montearagon- y en el de Santa Virgilia.

En el inmueble en el que residía con su madre, los agentes encontraron unas bragas blancas con flores rosas que por su tamaño son de una menor y por lo tanto podrían pertenecer a alguna de las víctimas, según el atestado policial

También se localizó una manta color beige con los bordes rosas que podría corresponder con la que describió una de las víctimas, así como un papel de cocina que se recogió para comprobar si es el mismo que fue hallado en el interior del cuerpo de unas menores.

En la vivienda de Santa Virgilia se encontraron una veintena de huellas que se ordenaron analizar así como unos setenta vestigios, como pelos y restos biológicos.

Los croquis, pista clave

En uno de los croquis dibujados por la menor aparece la calle y sobre ella el aparcamiento de coches, frente al portal del edificio, dibujado en forma de herradura dado que estaba cerrado por otros dos bloques, lo que provocaba que la zona tuviera el aspecto de una plaza.

Junto a este croquis, la niña describió a los agentes que el edificio era como “medio redondo”, con un aparcamiento en medio como para 15 o 20 coches, que estaban separados “del lugar por donde pasaba la gente”, con un portal con “barrotes negros”.

Ya en el segundo plano, la menor hace un croquis de la entrada del edificio con un pasillo al que se accede tras cruzar el portal, con la portería a la derecha y los buzones a la izquierda, y al final del pasillo los dos ascensores.

Respecto a la descripción de este dibujo, la víctima detalló a los policías que “se entraba por el salón” y que “todo estaba nuevo, pero como vacío”, con una puerta corredera en el pasillo por el que pasó para ir a la habitación.

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