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Discrepando: “No hubo abrazo de José Antonio al Presidente del Tribunal Popular”

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“No hubo abrazo de José Antonio al Presidente del Tribunal Popular”

N.B. Sigfredo Hillers de Luque nos envia (a elmunicipio.es) para su publicación la carta-respuesta que recientemente ha dirigido a Enrique de Aguinaga. Dice así:

Querido veterano periodista Enrique de Aguinaga (1923)

Contestando a tu e-mail del 11 novbre. Veo que tienes un gran aprecio y cariño a tu relato de “El abrazo”… Cuando recibí tu mensaje pensé que contestabas a mi e-mail anterior relativo al “atado y bien atado”  de Franco, de junio ppdo. que me ocupó bastante tiempo. Recibí un amable acuse de recibo tuyo… y una “larga cambiada” diciéndome que te ibas a Marbella o Torremolinos a pasar el verano… y “sanseacabó”..

Para mí ese tema si era verdaderamente importante… Por eso te dediqué nada menos que 8 folios en rebatirte concienzudamente con argumentos irrefutables, basados en hechos históricos que tú, como veterano periodista, habías presenciado, y basados en las Leyes Fundamentales del Régimen de Franco, que tú -también como buen periodista- sueles despreciar, ya que para ti es mucho más importante una cita o novedad periodística … v.gr. “Juan Carlos dijo que Franco le dijo”… o “Vernon Walters dijo que Franco le dijo”… que transcribir el articulado de una Ley Fundamental… algo irrelevante desde el punto de vista de “novedad editorial”.

También era para mí de gran importancia el “resbalón” periodístico que cometiste al atribuir a Franco en su lecho de muerte unas palabras que pertenecerían, años más tarde, al padre de J.C. I … el mejor Rey de la Historia de España, no lo olvides (Victoria Prego dixit).

De tal importancia que tú deducías en tu artículo que fue lo único que Franco, antes de morir, le  pidió a J.C… que mantuviera la unidad de España. Olvidabas nada más y nada menos que Franco exigió a J.C. prestar 2 juramentos: uno en julio 1969 en el acto solemne ante las Cortes aceptando su nombramiento como sucesor de Franco en la Jefatura del Estado, a título de Rey, y el segundo, a la muerte de Franco…aquel a quien debía su nombramiento. Dos juramentos de fidelidad a las Leyes Fundamentales creadas y promulgadas por Franco, cuyo contenido es infinitamente mayor que las palabras que tú erróneamente atribuyes a Franco.

Tú escribías en tu artículo y yo te lo recordé: “Hasta el momento nadie ha rebatido la idea de que sin la intervención (sic) de Franco, hoy no habría Monarquía en España…” 

Yo, más que rebatírtelo,   te corregía… y ahora te vuelvo a rectificar o matizar… Nada de una mera “intervención”… Te has quedado corto, muy corto:  Gracias a la decidida y tenaz voluntad personal de  Franco que la  fue convirtiendo en “voluntas legislatoris” … a nivel de Leyes Fundamentales,  nada menos, a lo largo y ancho de casi 30 años… desde 1947 hasta su muerte…

 Tan importante eran las Leyes Fundamentales para Franco que cuando el heredero legítimo de Alfonso XIII (D. Juan de Borbón) se niega a jurar fidelidad a las mismas, porque él ya se considera Rey por derecho propio,  le descarta y opta por su hijo J.C. (primero “in pectore” y luego en 1969 de forma solemne, públicamente), convirtiendo la monarquía de la dinastía de los Borbones en una monarquía del Movimiento Nacional (sic)… y una “instauración” en lugar de una “restauración”… Eso pensaba él (Franco) en su “atado y bien atado”

Con lo cual calificabas, sin quererlo, a Franco de “bromista”… i.e. de un lado se empecinaba en que J.C. jurase fidelidad a las Leyes Fundamentales… y de otro lado le decía en privado (y en secreto) que no hiciera ni caso de tales Leyes, sino que hiciera lo que le viniera en gana… empezando por realizar la “voladura controlada” del Régimen que él (J.C.) había heredado.

Pero para ti todo esto era “peccata viruta” como decíamos en mi barrio… Para tí lo importante, lo más importante es el contenido de tu bello relato, que tú titulas “El Abrazo”..

Vayamos pues a referirnos a la “niña de tus ojos”, que tanto la quieres…

De entrada, dile a Baltasar Gracián de mi parte que para desmontar con argumentos un relato tan bonito, se tarda más que en montarlo… igual que para desatar un nudo se tarda más que en hacerlo…

Veamos una por una tus acusaciones contra mí o tu “pliego de agravios”:

1) “… según  me cuentan, me has dedicado, por medio de internet, una filípica, a propósito de una frase de un artículo mío…”

O te han informado mal o tú te has enterado mal… y además te delatas… No lees www.elmunicipio.es … Yo leí en dicha página web  un artículo tuyo que les habías enviado, no un párrafo.    Repito, un artículo tuyo  aunque comenzaba mi discrepancia por referirme a un párrafo concreto, el más “descarado”, pero no únicamente.  Desde luego tú a  mí no me lo habías enviado… Yo estaba esperando desde hace meses tus comentarios a mi anterior e-mail de junio 2014.

Por lo tanto, envié no a la Sra. Internet,  sino a www.elmunicipio.es un artículo discrepando. Tú lo tachas de “elucubración y revoltijo” y el tuyo lo calificas de “periodismo de precisión”. Ahora, según veo, publicas el mismo artículo pero más extenso e incluyendo la carta de las hijas (o la hija) de Iglesias Portal.

Yo envié mi artículo discrepante con el siguiente encabezamiento:

DISCREPANDO…. NO HUBO TAL ABRAZO DE JOSÉ ANTONIO -NO FUE EL COMIENZO DE TAL CONCILIACIÓN  NACIONAL. PROSIGUIERON LOS CRIMENES MASIVOS EN ZONA ROJA (PARACUELLOS, ETC.)  y debajo escribía:

Me refiero al estupendo y muy emotivo artículo del veterano periodista Enrique de Aguinaga, y en concreto al párrafo siguiente: “Leída la sentencia de muerte, inmediatamente José Antonio avanza hacia el estrado y abraza al Presidente del Tribunal Eduardo Iglesias Portal, con el que ha tenido relación en el foro de Madrid, él como abogado y el otro como fiscal, y le pide perdón por lo que habría sufrido por su culpa. El abrazo de José Antonio es el inmenso monumento a la conciliación nacional de España.”                            

Después de mi artículo he recibido por diversos conductos “variaciones sobre el mismo tema”, i.e. artículos tuyos o cuya autoría te atribuyen, conteniendo la carta antedicha pero con alguna que otra pequeña diferencia… En una de ellas se dice que la carta es escrita por una de las hijas  que viaja  a Méjico a visitar a su padre en el exilio, y por lo tanto ella se refiere en el texto de la carta a “mi padre” Ahora en la versión reciente que tú mencionas, hablas de que son las tres hijas las que escriben la carta del 30.1.1955 desde Méjico y por lo tanto hablan de  “nuestro padre”…

Si tú tienes el texto original, acláranoslo. Si resulta además que ninguna de las hijas estuvo presente en la vista del juicio en la cárcel de Alicante en novbre. 1936, es evidente que la carta fue escrita al dictado del interesado, su padre Iglesias Portal.   

2) “Te refieres, sin identificarlo, a un artículo mío…” Estás errado (sin “h”). Si yo escribo: “…Me refiero al estupendo y muy emotivo  artículo del veterano periodista Enrique de Aguinaga… “¿A quién crees tú que me estoy refiriendo?  ¡Elemental, querido Watson!

Como digo, leí tu artículo en www.elmunicipio.es  y allí envié yo el mío discrepando… y señalando que el autor era un tal Enrique de Aguinaga.

¿Qué identificación se requería para no herir tu susceptibilidad  de  “periodismo de precisión?  Estaba claro a qué artículo tuyo me refería porque solo tenías publicado en esa página web  un único artículo que se refería al “presunto abrazo” de José Antonio. Un artículo no es un libro,  por mucho cariño que tengas tú por tal artículo.  No es necesario citar el título del artículo. Basta con citar el nombre del autor.

En mi artículo discrepando del tuyo, yo no lo “identificaba”, i.e. yo no le ponía un título, sencillamente le colocaba un “ante-título”.

Según me explicas ahora, resulta que tú ya lo vienes publicando desde hace años en otros m.c.s. Enhorabuena.  Yo no lo leí en ninguno de los m.c.s. que tú citas.

Leí  hace tiempo el texto de la carta a Miguel Primo de Rivera, que le enviaba una o las tres hijas de Iglesias Portal (ver arriba la duda existente). Indirectamente, y a través de la contraportada de un libro al que me refiero en mi artículo, leí la conclusión que tú sacabas de un presunto abrazo de José Antonio a Iglesias Portal que, según explico yo, me parece más que dudoso  históricamente hablando. No por  parte de José Antonio en lo que se refiere a su gesto de nobleza (“beau geste” que dirían los franceses),  sino por parte de Iglesias Portal.

Dada la catadura de los miembros del Jurado (*) del “Tribunal Popular” que condenó a José Antonio,  y a la clase de  asistentes en la sala de la cárcel de Alicante de novbre. 1936, unos y otros odiadores del “fascismo” en general y de  José Antonio muy en particular,  un abrazo por parte de José Antonio hubiera significado “el abrazo del oso”, i.e. una indirecta “sentencia  de muerte” para el receptor del abrazo. Es decir ni a José Antonio se le hubiera ocurrido, ni  Iglesias Portal lo hubiera permitido.

(*) Uno de ellos –no recuerdo el nombre- al parecer anarquista, acabada la guerra, hizo unas declaraciones -que se recogen en internet y me transmite un joven camarada- afirmando que después de la exposición o alegato de José Antonio explicando lo que era la doctrina falangista, se acercó a él y le estrechó la mano (no que le diera un abrazo…probablemente para felicitarle, pero eso ya no se dice). Pues bien, por ese motivo, llegó a recibir hasta amenazas de muerte de sus propios correligionarios…

Por supuesto que en el texto de la carta de la hija (o de las hijas…) de Iglesias Portal, redactada por el propio interesado, (dado que las hijas no asistieron a la vista), lo cita así literalmente igual que también dice que José Antonio y él “eran buenos amigos”.   Otra evidencia más de que es el padre el que les dicta la carta. Las hijas –al parecer de corta edad en 1936-  tampoco podían saberlo.

3) En tu “periodismo de precisión” cometes serios errores.

A) Tú escribes ahora en tu e-mail:

“Con este testimonio, para mi incuestionable (sic), con sucesivas referencias y largas conversaciones (he tomado contacto con un nieto de Eduardo Iglesias), conociendo la calidad humana de José Luis Sáenz de Heredia, con el que (sic) tanto he querido, escribí treinta y cinco años después “El abrazo”.

De manera que para ti,  dada la calidad humana de Sáenz de Heredia, su testimonio (sic) es incuestionable (sic).  Pues no, veterano periodista… Por muy largas  conversaciones que hayas mantenido con  Sáenz de Heredia y con el nieto de Iglesias Portal,  resulta que  J.L. Sáenz de Heredia en noviembre de 1936 no estuvo en Alicante ni asistió a la vista del “juicio” en el que se condenó a  José Antonio a la pena de muerte.

El que tuviese una gran calidad humana y fuese primo o familiar de José  Antonio no le habilitan como testigo presencial y por lo tanto su testimonio no puede adquirir la categoría de “incuestionable”. Para ti,  sí, dada la estrecha amistad que mantenías con él…y porque te mueves por sentimientos y no por razonamientos.

B) En el e-mail que ahora  me  envías (ver más abajo), reproduces un bello párrafo de J.L. Sáenz de Heredia,

“Se comprende -escribe Sáenz de Heredia – que quien es capaz de pensar, en ese trance, en el mal rato que está pasando uno de los que le condenaban; que le comprende, le perdona (sic) y le abraza, tiene que estar nimbado por un halo sobrenatural y trascendente, visible y penetrante hasta para aquellos que entraron predispuestos y salieron confusos“.

José Luis Sáenz de Heredia, repito,  no estuvo presente en el presunto abrazo.  Él era director de cine, y el bello relato que él escribe del presunto abrazo le venía muy bien para el guión cinematográfico que él (Sáenz de Heredia) pensaba transformar en película.

Por una detenida lectura de este bello párrafo se ve claramente que Sáenz de Heredia falleció sin enterarse de lo que era un Tribunal Popular en 1936 en la España del Frente Popular. No se enteró de que los Tribunales Populares se crearon por Decreto del 23 de agosto de 1936 a imagen y semejanza de los ya existentes en la Unión Soviética (entonces ya con Stalin en el poder absoluto),  para calmar los “justificados ánimos de venganza” de los milicianos armados del PSOE; Partido Comunista; Partido Sindicalista y los Sindicatos UGT, CNT-FAI, haciéndoles ver que por ese camino el cuerpo diplomático acreditado en Madrid (República Española o España Roja) había amenazado con retirar sus embajadores  (N.B. el último “suceso”: la matanza realizada en la Cárcel Modelo de Madrid 24 horas antes contra los militares y  “fascistas” allí encarcelados… indefensos por supuesto, no refugiados y atrincherados allí…). Por lo tanto, el Gobierno les garantizaba que podían seguir asesinando,  pero ahora con un “ropaje jurídico”.

Sáenz de Heredia lo refleja claramente cuando escribe: “…el mal rato que está pasando uno de los que le condenaban; que le comprende, le perdona y le abraza…” 

Pues no… Es  perfecto para su guión cinematográfico, pero fuera de la realidad de novbre. 1936.  El Presidente del Tribunal Popular, Iglesias Portal, no es uno de los que condenaron a José Antonio a la pena de muerte, sino que formaba parte de los Jueces de Derecho, magistrados de carrera, i.e. del “ropaje jurídico”, previsto en el art. 1 del citado Decreto. Para refrescarte tu memoria, te reproduzco el párrafo que yo te dedicaba en mi anterior mensaje:

A título informativo… Composición de los “Tribunales Populares”: Art. 1.- Tres funcionarios judiciales, que actuarán como “Jueces de Derecho” (N.B. mía: encargados de las formalidades del proceso, sin intervenir en el veredicto) y  14 “jueces populares” que actuarán como Jurado (i.e. con carácter inapelable).  El art. 2 especifica la “selección” de tales “jueces populares”: “Serán designados por los partidos que integran el Frente Popular y organizaciones sindicales afectas al mismo…” Es decir, añadía yo: PSOE; Partido Comunista; Partido Sindicalista (Pestaña); UGT; CNT-FAI… No se especificaba ningún requisito para ser miembro del jurado. Como se puede comprobar, únicamente el ser designado por… Por lo tanto, un limpiabotas analfabeto, podía ser el elegido. Ignoro los “oficios” o profesiones de los 14 “jueces populares” que condenaron a muerte a José Antonio… Art. 3: “El procedimiento será sumarísimo”; Art. 4: En casos de notoria urgencia, el Tribunal será presidido por un solo Magistrado, quien actuará como Juez de Derecho”.

Consiguientemente, si José Antonio -conocedor del articulado de este Decreto- hubiera querido dar un abrazo a quienes le habían condenado a muerte, hubiera tenido que dárselo a los 14 miembros del Jurado Popular (… que muchos de ellos no lo hubieran aceptado, dado su odio declarado hacia él…)  y no al Presidente del Tribunal Popular (que en público tampoco lo hubiera aceptado)…

Indirectamente, Sáenz de Heredia al redactar este bello párrafo, válido para un guión cinematográfico, pero fuera de la realidad histórica de novbre… 1936, te está delatando, ya que tú en todas esas “largas conversaciones” que mantienes con él no le sacas de su error. Muy probablemente en esa época tú desconocías la existencia del citado Decreto del 23 agosto 1936 creando los Tribunales Populares en la España republicana o Zona Roja de España… a imagen y semejanza –nunca me cansaré de repetirlo- de la Unión Soviética en la época de Lenin y Trotzky (y heredados por Stalin).

Ahora bien, el caso tuyo es distinto al de Sáenz de Heredia. Por medio de mi anterior artículo, tú ya estabas informado de la existencia del citado Decreto en la España republicana o Zona Roja (Alicante) donde iba a ser “juzgado” José Antonio. Y sin embargo reproduces el párrafo de Sáenz de Heredia sin añadir a pie de página la menor matización… Prueba evidente de que para ti –igual que en el anterior caso del “atado y bien atado”- el contenido de la legislación vigente sea en la época de Franco o en 1936, bajo el régimen “democrático”, te trae sin cuidado, te resbala, i.e. lo desprecias olímpicamente… Y por lo tanto ejerces el “sostenella et non enmendalla” a lo largo de los años… Diremos en tu descargo que, entre los periodistas, suele ser esto muy habitual…

Tú como veterano periodista, sueles incurrir en esa deformación profesional (ya te lo dije en mi anterior artículo). Como tú bien sabes, medio serio medio en broma, se suele citar en las escuelas de periodismo la siguiente consigna: “No permitas que la realidad de los hechos pueda estropearte la primicia de una noticia, de un bello artículo o de un gran titular en primera plana…” 

Todavía recuerdo que en tu anterior artículo sobre el “atado y bien atado”,  te anotabas la primicia periodística de citar no solo la fecha sino incluso hasta la hora en punto de la presunta audiencia del Presidente Nixon al General  Vernon Walters, para que le entregase su valioso informe sobre la entrevista mantenida con Franco…  silenciando a tus lectores que  el tal General V.W. podía ver a Nixon cuando le viniera en gana y telefonearle cuando quisiera, porque eran amigos entrañables desde hacía más de 20 años, i.e. cuando Nixon era Vice-Presidente con Eisenhower y fue V.W. el que actuó de traductor oficial en la histórica visita que Eisenhower hizo a España para entrevistarse con Franco.  De ahí que Nixon siendo ya Presidente de los EE.UU. encarga a su amigo V.W., sin pertenecer al cuerpo diplomático y saltándose además la figura del Embajador USA en Madrid,  entrevistarse a solas con  Franco como enviado personal suyo… 

N.B. Todo lo antedicho no pone en duda  la grandeza de alma de José Antonio. Sin embargo, José Antonio conoce mejor que nadie el articulado del Decreto mencionado y sabe que Iglesias Portal, Presidente del Tribunal Popular no ha participado en el veredicto de culpabilidad dictado por los 14 miembros del jurado, designados por los partidos políticos y sindicatos del Frente Popular. También sabe José Antonio que el responsable final es Largo Caballero, Presidente del Gobierno, quien ha de firmar el “enterado” de su sentencia de muerte y que ha rechazado la propuesta de canje por su hijo, preso en Sevilla (Zona Nacional bajo el mando de Queipo de Llano), según una sentida  carta que le escribe su propio hijo, desde la cárcel, proponiéndole el canje por José Antonio. 

El presunto abrazo de José Antonio a Iglesias Portal arranca –tú mismo lo indicas- de la carta que el interesado (Iglesias Portal) dicta a sus hijas para que se la envíen a Miguel Primo de Rivera en enero 1955, tocándole la fibra sensible al citar “muy entrañablemente”  a su  hermano, señalando además que “eran buenos amigos”… Y añadiendo una especie de “nota de arrepentimiento”, al escribir: “Nosotras somos hijas del Magistrado del Supremo, que como V.E. bien sabe, por desgraciadas circunstancias (sic), estuvo presente y formó parte del Tribunal en que fue juzgado (sic) vuestro hermano José Antonio, q.e.p.d. (sic)”.

Dentro de los “testimonios incuestionables” para ti, junto a las “largas conversaciones” con Sáenz de Heredia añades que has tomado contacto con el nieto de Iglesias Portal… 

Pero… muy estimado veterano periodista Enrique de Aguinaga, nacido en 1923… sin darte cuenta, nos ocultas algo muy evidente… resulta que en 1955 –fecha de la carta de Iglesias Portal desde su exilio en Méjico, escrita a través de una de sus hijas o de sus tres hijas-  a Miguel Primo de Rivera, tú tenías ya edad y categoría suficientes  (…aunque ignoro el puesto que entonces ocupabas en el diario “Arriba”)  para haber entrevistado tanto a Miguel Primo de Rivera (en Londres o en Madrid) como al propio Iglesias Portal (tanto en Méjico como a su regreso en España)…

Después de transcribir la carta de las hijas de Iglesias Portal, tú añades: “… después del testimonio irrecusable de las hijas de Iglesias Portal…”.  Querido veterano periodista… te ciega la pasión por tu bello artículo y por tu primicia periodística….  ¿Pero no te has enterado todavía que las hijas de Iglesias Portal no asistieron en novbre.. 1936 al procesamiento de José Antonio en la cárcel provincial?… Y, sin embargo, tú lo elevas a categoría de “testimonio irrecusable”… igual que antes habías elevado a categoría de “testimonio incuestionable” el relato de J.L. Sáenz de Heredia… cuando ni él ni las hijas de Iglesias Portal estuvieron presentes, i.e. no fueron testigos presenciales

Además sigues sin enterarte que las hijas de Iglesias Portal escriben la carta de petición o súplica a Miguel Primo de Rivera al dictado de su padre… ¿De dónde si no iban ellas a saber lo del presunto abrazo de José Antonio o de la presunta “buena amistad”  que figura en dicha carta si no estuvieron presentes en la sala de la cárcel de Alicante?

Desde el punto de vista lingüístico (o “semántico” que dirían los cultos) la palabra “testimonio” deriva del verbo testimoniar…  y del sustantivo  “testigo”…  y ni Sáenz de Heredia ni las hijas de Iglesias Portal fueron testigos presenciales.

Vayamos a otro punto… El significado del presunto abrazo de José Antonio… Según tú, significa que José Antonio “pide perdón (sic) a Iglesias Portal por lo que habría sufrido por su culpa”. Según Sáenz de Heredia, aunque hace referencia al “mal rato”, el abrazo significa que José Antonio “le comprende y le perdona” (a Iglesias Portal).

Ni que decir tiene que yo en mi artículo discrepante destinado a los lectores de “elmunicipio.es”, y principalmente a ti, refutaba no solo el presunto abrazo, sino también  lo que tú añadías, i.e  el tema de pedir perdón José Antonio a Iglesias Portal  por el “mal rato”  padecido.  Esto es lo que yo escribía en mi extenso artículo anterior (que tú ya te habías leído cuando me escribes tu e-mail.  Prueba de ello es que haces referencia a su extensión citando a Baltasar Gracián):

“También discrepo del relato de Aguinaga en lo que respecta a que José Antonio fuese hacia el Presidente Iglesias Portal no solo a abrazarle sino a pedirle “perdón por lo que había sufrido él (Iglesias Portal) por su culpa” … En absoluto. La versión que yo  había leído y corroborada por un joven camarada  a través de su habilidad para navegar en “internet”,  es que uno de los Jueces de Derecho (Enrique Griñán) en tono amable y  como excusa del “papelón” que habían debido interpretar,  le dijo a José Antonio “¡Qué mal rato nos ha hecho Vd. pasar!”. A lo que José Antonio le contestó: “Reconocerá Vd. que peor lo voy a pasar yo”.

Ahora tú, veterano periodista,  vienes en mi ayuda y añades un dato sumamente valioso, i.e. el testimonio (aquí sí es acertado) de una persona que fue testigo presencial e imputada en la acusación, para quien también el fiscal pedía pena de muerte: la esposa de Miguel Primo de Rivera sentada en el banquillo de los acusados. Margarita Larios: “José Antonio se dirigió al Presidente del Tribunal y estuvo hablando unos minutos, aparte, con él”. Esto ya es otra cosa. Esto sí que es determinante… y  gracias a ti, veterano periodista Enrique de Aguinaga… P.D. … y que me perdone J.L. Sáenz de Heredia (q.e.p.d.) por estropearle ligeramente su bonito guión cinematográfico. (…Por cierto, tú escribías en tu anterior artículo -ahora no lo mencionas- en “elmunicipio.es” que años más tarde, las hijas de Iglesias Portal se negaron a participar en el proyecto de película de Sáenz de Heredia…).

Otra puntualización, matización o “corrección fraterna” a tu bello relato… Tú escribes: “… inmediatamente José Antonio avanza hacia el estrado y le abraza… y le pide perdón por…”

Pues no, querido veterano periodista, lo que hace José Antonio “inmediatamente” después de oír  la lectura de la sentencia, es acercarse a su hermano Miguel y a su cuñada, para felicitarles y darles ánimos porque se habían librado de la pena de muerte, i.e. su hermano Miguel es condenado entonces  “solo” a cadena perpetua y su esposa a seis años de prisión… Ambos serían posteriormente  “canjeados” (abril 1938) y pudieron regresar a la España Nacional (Zona Nacional)… Y  luego, siguiendo el relato de Margarita Larios, José Antonio se dirigió a hablar con Iglesias Portal… y sin “abrazo”, por supuesto…

Esto es sencillamente de lógica… Ni que decir tiene que yo tampoco  estuve allí en Alicante, de testigo presencial, en novbre.. 1936… yo  tenía un año y 10 meses de edad, aunque estuve muy cerca… en Alcoy… con mi madre y mis hermanos… éramos una familia de “evacuaos” que se decía entonces coloquialmente… en busca de refugio (mi casa en Madrid -un chalet cercano a la Pza. de Legazpi-  había sido asaltada por milicianos armados, logrando mi madre con gran sangre fría, haber salvado la vida, etc.), ya que mi tía Manolita (Manuela de Luque) –hermana mayor de mi madre- residía en Alicante… y  era nada menos que Presidenta de la Cruz Roja “roja” –del entorno de Azaña, etc. … y además, pásmate, Presidenta de la Liga española de Mujeres Anti-Fascistas… casi na!   Si bien mi tía no “pudo” ayudarnos porque peligraba su buena reputación republicana… si llegaban a enterarse en Alicante que tenía una familia “fascista”… Eso era “demasié” en la España “democrática” de 1936… A finales de marzo 1939, ella logró salir de Alicante en uno de los últimos barcos con dirección al exilio en Méjico, vía Argel (Orán). Y allí falleció (Guadalajara/Méjico).

Tratando de finalizar el tema del presunto abrazo de José Antonio al Presidente del Tribunal Popular (*),  vamos a ir resumiendo o esquematizando. Como tú bien dices, hasta 1955 con la tantas veces citada carta a Miguel Primo de Rivera por `parte de las hijas de Iglesias Portal, que les ha dictado su padre en su exilio de México, no surge la mención  del presunto abrazo. De acuerdo. Totalmente de acuerdo. Fijémonos bien en este arranque o punto de partida… ¿Y por qué no se menciona el presunto “abrazo”  entre novbre.. 1936 y enero 1955? Sencillamente porque no existió…

(*) … ¡ojo! algunas veces, tanto a ti como a otros periodistas , historiadores y pseudo-historiadores… se os olvida citar este importante adjetivo “Popular”, i.e. “… abrazando al Presidente del Tribunal que le condenó a muerte”   como titular periodístico suena mejor… Pues no,  Presidente del Tribunal Popular…  y no olvidemos lo que las hijas –al dictado de su padre- escriben en su famosa carta: “…que como V.E. bien sabe, por desgraciadas circunstancias,….”)

Demos marcha atrás a la “moviola” histórica.   Gracias a la valiosa aportación que nos haces en tu relato del  testimonio ya citado de Margarita Larios, añades: ”…seis años después…”. Efectivamente. Seguimos preguntando:   Y en cuanto a Miguel Primo de Rivera  ¿Permaneció en silencio desde novbre. de 1936 hasta que en enero 1955 recibió la carta de las hijas de Iglesias Portal? En absoluto. Tan pronto llegó a la España Nacional, junto con su esposa Margarita Larios, canjeados por un hijo (capitán del Ejército rojo) del General Miaja, en abril 1938, habló… ya lo creo que habló… y concedió entrevistas de todo tipo  –y tú como veterano periodista, lo sabes mejor que yo…

Y como es lógico, todos –periodistas y no periodista-  le preguntaron por las últimas horas de José Antonio, y Miguel contó todo lo que había vivido junto a  su hermano José Antonio durante el proceso de Alicante… Y nunca dijo nada del presunto abrazo… y tú mismo lo confirmas en tu relato… ¿Por qué?  Porque el presunto abrazo nunca existió… o al menos él  (Miguel)  nunca lo vio… igual que tampoco su esposa –como ya nos has relatado tú mismo… y yo te he felicitado ya  por tu valiosa aportación…

Y además, como tú muy bien resaltas, ninguno de los biógrafos españoles de José Antonio que tu citas: Ximénez de Sandoval; Gibello, etc. menciona el presunto abrazo (excluyendo del etc. a los pseudo-historiadores extranjeros que tú mencionas…y que tú tienes en alto aprecio…mientras que para mí solo son meros pseudo-historiadores).  Naturalmente, porque no consideran sólidos los “testimonios” en que tú te basas. Porque no proceden de testigos presenciales que son quienes únicamente pueden dar testimonio… A las hijas de Iglesias Portal debemos disculparles sus exageraciones respecto a José Antonio, i.e. el presunto abrazo en estrados (y además “inmediatamente”, como tú señalas… antes de ir a abrazar a su hermano y a su cuñada…)  y la presunta “buena amistad” mantenida con él… Iglesias Portal lo que pretendía con dicha carta dictada a sus hijas, era conmover a Miguel Primo de Rivera, para que intercediera a su favor –ante  Franco, si fuera necesario- para poder regresar a España, sin el peligro de ser juzgado y condenado por sus buenos servicios a la España del Frente Popular que tantos beneficios le proporcionó(*)…..  y efectivamente, lo consiguió.  Miguel puso todo su empeño en atender la petición o súplica de la carta que recibe (Ignoro si llegó a comunicarse con Franco).

(*) llegando incluso a echar una “mentirijilla” cuando escribe lo de “desgraciadas circunstancias”…

Ahora nos dices que según J.L. Sáenz de Heredia, Miguel le facilitó copia de sus cartas posteriores a enero 1955.  Yo las desconozco. Quizás tú las hayas leído. Pero lo importante,  referente al presunto abrazo de José Antonio,  es lo que Miguel y su esposa dijeron a partir de cuando llegaron a la España Nacional. Estará en las hemerotecas y tú como veterano periodista que ha estudiado a fondo el caso del presunto abrazo, seguro que lo conoces. Por lógica, en mi anterior artículo en “elmunicipio.es”  yo conjeturaba que Miguel, al leer la carta de las hijas de Iglesias Portal se congratuló o quizás se emocionó por las “muestras de afecto” hacia su hermano y por la nota de “arrepentimiento” o “crítica” (¿?) hacia la España del Frente Popular (“por desgraciadas circunstancias, estuvo presente y formó parte del Tribunal… aquí astutamente Iglesias Portal omite el adjetivo de “Tribunal Popular”, i.e. evita citar el nombre de “la bicha”… ). Desde luego, a Iglesias Portal no le fue nada mal durante los años de la  España del Frente Popular. Hizo bien en exiliarse. 

Luego, cuando en 1955 regresó a España del exilio en Méjico, gracias a las gestiones de Miguel, no le debió ir nada mal tampoco. Ignoro si pudo regresar mediante indulto individual o si sencillamente regresó con las garantías personales emanadas directamente de la Jefatura del Estado (Franco)… y si fue reincorporado en el cuerpo (como Magistrado del Supremo) y si incluso logró que le pagaran los atrasos correspondientes desde 1939, etc. Lo cierto es que cuando falleció (1969… cinco años después de Miguel), su familia publicó una esquela en la prensa donde se hizo figurar “magistrado jubilado” y bajo el signo de la Cruz, por supuesto. Al parecer su viuda fue muy fiel católica, conocida en su ciudad por sus obras de caridad, etc.).

Continuando con tu “pliego de cargos” contra mí.  Pasamos ahora al campo del lenguaje (la “semántica” como dicen los cultos). Estupendo. Tú escribes: “Me lo pones fácil”. Pues lo mismo digo… Quizás sepas o recuerdes que entre otras cosas soy profesor de idiomas (… en plural, porque son 3… perdóneseme la vanidad… y de uno de ellos -el Inglés- desde 1953). Añádele que como “chupatintas ilustrado” he ejercido de traductor-intérprete durante años y años de inglés, alemán y francés, etc. etc.

Ya anteriormente, observarás que te he tirado levemente de las orejas al comprobar que tú no te percatabas de la relación gramatical entre “testimonio” y “testigo”…

De manera que me reprochas que “por mi cuenta” he añadido la palabra “nacional” al párrafo en el que tú dices, refiriéndote al presunto abrazo, que lo consideras “… el inmenso monumento a la conciliación de España”.  No he localizado el primer artículo tuyo en “elmunicipio.es” porque lo han borrado para dar paso a tu segundo artículo, más amplio. De todos modos y aunque fuese “obra mía”… Literalmente es para ti un “grave delito”, pero gramaticalmente, en el campo lingüístico, tanto en español, como en inglés, en alemán o en francés,  no lo es. Verás… Es lo mismo escribir “conciliación nacional” que “conciliación de España”. Como decíamos en mi barrio: “Lo mismo me da que me da lo mismo”… 

Si nos estamos refiriendo a José Antonio en 1936 ante un Tribunal Popular (República española o Zona roja), el equivalente “de España” que escribes tú, es  “nacional” que escribo yo.  Es lo que hicieron los “sublevados” contra la España del Frente Popular… Eran la “Zona Nacional”;  “Bando Nacional”; la “España Nacional” (hoy “España franquista”)… el Ejército Nacional (hoy conocido como “Ejército franquista”)… Fíjate en lo que ocurrió en España después de la Victoria del 1º de Abril de 1939:  “Radio Nacional” (de España, claro), fundada en plena guerra 1937; RENFE (Red Nacional de los Ferrocarriles… Españoles, claro); TELEFONICA… su nombre completo era “Cía. Telefónica Nacional de España”… ONCE: Organización Nacional de Ciegos… ADARO –Cía. Nacional; Empresa Nacional de Electricidad; INI –Instituto Nacional de Industria, etc. Hasta llegar a la empresa privada, v.gr. el “Hotel Nacional”  (junto a la Gta. Atocha), etc. etc.

Observo que es una característica tuya muy peculiar… Extraes con pinzas una o dos  palabras, las subrayas y de ahí sacas unas conclusiones a veces disparatadas. Todavía me acuerdo del “atado y bien atado”  antes comentado… Tú decías que  en la última visita de Juan Carlos a Franco ya en su lecho de muerte, éste (Franco) le encomendó o recomendó que mantuviese la unidad de España.  Tú deducías que  esto era lo único que Franco le encargó a Juan Carlos… Es decir…  nada de las Leyes Fundamentales ni demás zarandajas …   

(N.B. También me viene a la memoria una frase de un ilustre personaje del Régimen –de cuyo nombre no quiero acordarme- y entrañable amigo de la infancia de Juan Carlos, quien en una entrevista (después de muerto Franco, por supuesto), afirmaba algo así… “….sobre el juramento a las Leyes Fundamentales del Rey Juan Carlos, me pregunta Vd… Bueno… la de veces que yo habré jurado fidelidad a las Leyes Fundamentales…”. Equivalente a decir: “Yo,  ni  siquiera me las he leído…”).

Como veterano periodista, das una gran importancia a una frase publicada en la prensa escrita, te agarras como a un clavo ardiendo y, por deformación profesional, tienes un habitual desprecio o menosprecio por el texto de las leyes –aunque fuesen Leyes constitucionales. Olvidas además que el texto del juramento que Juan Carlos hubo de prestar en 1969 y nuevamente en 1975 era obra de Franco, supervisado por López Rodó.  Un texto muy pensado y meditado, condición “sine qua non” para ser coronado Rey de España. Repásatelo. Te lo cito en mi anterior e-mail. Cuando tengas tiempo y ganas echa un vistazo al vol. IV de mi obra “Derecho-Estado-Sociedad” (1.600 páginas). Te servirá de algo, creo.

Aparte de todo ello, como ya te recordé,  estas  palabras en el lecho de muerte no correspondían a Franco, sino años después a D. Juan de Borbón, padre de Juan Carlos (que fue quien las transmitió a la prensa).

Por lo tanto, repito, que no tengo el menor inconveniente en admitir el presunto “grave delito” semántico de escribir “conciliación nacional” en lugar de tu  “conciliación de España”.  En efecto, en la cabecera que escribí para mi anterior artículo a “elmunicipio.es” figuraba –ver atrás:

“… NO FUE EL COMIENZO DE TAL CONCILIACIÓN  NACIONAL.  PROSIGUIERON LOS CRIMENES MASIVOS EN ZONA ROJA (PARACUELLOS, ETC.), si bien al final del párrafo tuyo que yo transcribo, tú escribes: “….es el inmenso monumento a la conciliación nacional de España” (sic)… Algunos podrían reprocharte que es “un burro con dos albardas”, mientras otros te disculparían este lapsus o “licencia poética”,  diciendo que es un modo de subrayar o reforzar la frase, pero… de ahí a que me reproches como presunta tergiversación el haber escrito yo “conciliación nacional” … resulta algo inaudito. ¿No te parece? N.B. Si bien, repito, no he podido localizar el texto de tu primer artículo en “elmunicipio.es”, porque lo han borrado para publicar tu segundo artículo, más extenso.

De todos modos, observarás que en el e-mail que me escribes, no vas al fondo del asunto, sino que tu “lista de agravios” se centra en lo superficial, i.e. en puntos lingüísticos, que yo no rehuyo como ves,  porque ahí me muevo como “pez en el agua”;  es mi líquido elemento, como traductor profesional…  Repito, no vas al fondo del asunto. Extraes con pinzas una o dos palabras y te auto-convences de que con ello has salvado tu “honra profesional”.  No esgrimes argumentos, buscas más bien el impacto periodístico.

Ahora en el último párrafo del e-mail que me envías, abres otro frente dialéctico y escribes: “Nunca he escrito ni he dicho que con el abrazo de José Antonio comenzase la reconciliación nacional”. ¿A qué viene este nuevo reproche o agravio? Echa una simple mirada más arriba… ¿No ves que yo encabezo mi artículo anterior con “conciliación nacional”?

De todos modos, veamos… esto es lo que tú escribes en “elmunicipio.es” en tu extenso artículo de ahora: “…Frente a la falacia de quienes, a diario, flamean la reconciliación nacional y se obsesionan sañudamente en la condena de lo reconciliable (sic), el abrazo de José Antonio es el primer monumento de la reconciliación de España…”

Como podrás comprobar, Aguinaga refuta a Aguinaga… tú utilizas ambos términos: “conciliación” y “reconciliación”… De otro lado, si tú escribes que es “el primer monumento…” equivale a decir que es “el comienzo de…”. ¿De verdad puedes recriminárselo a un traductor profesional de español (o de “castellano” como suelen utilizar siempre los separatistas catalanes, para evitar comparar el catalán con el “gigante” idioma español…)?  Tu desmedido  cariño por tu artículo sobre el presunto abrazo de José Antonio a Iglesias Portal, te ofusca visiblemente; te obnubila el cerebro… ah… y no eches la culpa a tu avanzada edad… Piensa que “solo” me llevas 11 años… Además tu amigo y compañero de profesión C.L. Maestú tienes 3 años más que tú (él nacido en 1920) con quien mantengo extensa correspondencia…

Desde luego, yo te pondría en un serio apuro si te pidiese que me definieses las analogías y diferencias entre “conciliación” y “reconciliación”. Como todos sabemos, la partícula “re” se aplica en español para  “de nuevo”; “vuelto a”… (*)

(*) En alemán, por ejemplo, se utiliza la partícula “wieder”. De ahí que después de la caída del muro de Berlin, entre los periodistas alemanes hubo serias  discrepancia a la hora de definir el nuevo panorama político…   si debía hablarse de “reunificación” (“Wiedervereinigung) o del vocablo más modesto de “unificación” (“Einigung”) entre la Alemania Occ y la Alemania comunista, por cuanto que Polonia no estaba dispuesta a devolver los territorios alemanes recibidos de los vencedores después de la II GM, como “compensación” a los territorios polacos “engullidos” por la URSS…  La URSS  aplicaba aquí  el criterio de  “Sta. Rita, Rita… lo que se da no se quita…”. etc. etc. Cuando nos veamos, te completaré la historia…

Si lo contemplamos no solo desde el punto de vista gramatical, sino también desde el punto de vista histórico y refiriéndonos a España como Nación, que logra su unidad política y espiritual en 1492, más bien podríamos utilizar la palabra “reconciliación” en lugar de “conciliación” para tu hipotético “monumento”, pero… No obstante, me sorprendió algo que en tu primer artículo en “elmunicipio.es” utilizaste más la palabra “conciliación” y que, sin embargo, en éste tu 2º artículo más amplio, utilices la palabra “reconciliación”.

De todos modos, y como yo apuntaba en mi primer artículo “discrepante” del tuyo, con el fusilamiento de José Antonio no hubo ni “conciliación” ni “reconciliación” por parte de la España del Frente Popular o Bando Rojo… En esas mismas fechas se registran los asesinatos masivos de Paracuellos del Jarama, Rivas Vaciamadrid; Torrejón de Ardoz que se prolongan hasta el 5 de dicbre. 1936, obra de Santiago Carrillo debidamente aconsejado por los destacados asesores soviéticos enviados por Stalin a la España republicana.

Añade ahora una nueva discrepancia… con lo cual indirectamente respondo a tu nuevo reproche (“lista de agravios”) que de 473 líneas de tu artículo solo te refuto  cinco de ellas, lo cual no es cierto, si relees lo dicho anteriormente, pero…. Citando a Giorgio Almirante, tú escribes en tu nuevo artículo: “Todo concuerda con la idea de que “José Antonio ignora que la orden de la condena a muerte ha sido enviada directamente de Moscú, por medio del embajador soviético Rosenberg, al socialista Largo Caballero” 6.

Discrepo… Por mis libros quizás sepas que yo he tenido ocasión de visitar en cuatro ocasiones la Unión Soviética más otras dos cuando dejó de serlo y recuperó su nombre de Rusia, i.e. desde la época de Brehznev a la de Gorbachov-Yeltsin… Por si no lo sabes, suelo presumir/ufanarme de ser el primer profesor extranjero que pudo pronunciar una conferencia (con coloquio incluido) en la Universidad Lomonosov de Moscú (Facultad de Derecho). En Inglés con traducción directa al ruso por un joven profesor auxiliar. Época de Gorbachov.

Cuando empezó el “deshielo” y se fueron desvelando o publicando  los documentos antes secretos y ultra-secretos de la antigua URSS… Nunca me he tropezado con la menor mención de Stalin sobre el tema de José Antonio. Podemos decir que -s.e.u o. como dirían los antiguos contables- Stalin nunca se interesó por el fusilamiento de José Antonio. Bastaba y sobraba con el odio y/o inquina de Largo Caballero (ya me he referido a su rechazo a canjearlo por su hijo en la España Nacional, cuando éste le escribe una sentida carta proponiéndole el canje).

Repásate el libro-revelación de Mijail Koltsov, corresponsal de “Pravda” en España, como “longa manu” de Stalin: “Diario de la guerra de España” (1936-1938). Un joven periodista, más que inteligente, inteligentísimo, ex -combatiente de la “revolución rusa”, de origen judío, El único civil que participaba en Madrid en las conversaciones militares secretas entre Miaja, Lister, Modesto, etc. con los asesores soviéticos… Amigo de Ilya Ehrenburg aquí en España… el poeta “predilecto” de Stalin, según las épocas… También de origen judío y con su apellido descaradamente judío-alemán (Koltsov sin embargo, lo disfrazó de “ruso”, igual que hizo Trotzky cuyo nombre verdadero era Bronstein… claramente de origen judío-alemán…). Ambos amigos de Rafael Alberti, Picasso, etc.  Termina su diario en 1938 porque es mandado llamar de regreso a Moscú  por orden de Stalin, que estaba muy interesado en conocer de primera mano un informe sobre el desarrollo de la guerra civil en España… Verás que no manda llamar a uno de los numerosos asesores militares soviéticos aquí en España… Y hasta ahí llegó… Después de su detallada exposición o informe de la situación política y militar de España en 1938, recibió la calurosa felicitación de Stalin ante el reducido grupo de sus acompañantes (Molotov, etc.), pero… según cuenta el hermano de Koltsov años después, cuando Stalin le acompañó hasta la puerta, le añadió en voz baja un elogio extra a su clara inteligencia… A Koltsov se le heló la sangre en las venas… i.e. Koltsov sabía que eso era una premonición… pues a Stalin no le “gustaba” las personas inteligentes. Poco después de dicha sincera “felicitación” de Stalin, Koltsov es detenido, luego encarcelado en la famosa Lubianka y… se ignora cuándo fue ejecutado… si en 1938 o años después… Lo más probable, según los expertos, fue en 1942.

Pues bien, en su fabuloso libro, en 1936, va detallando mes por mes los acontecimientos de la España republicana,  y cuando llega al mes de noviembre, nada, absolutamente nada sobre el proceso de José Antonio. Ni que decir tiene que si Stalin hubiera estado interesado lo más mínimo, Kolsov se hubiera desplazado a Alicante a informar detalladamente a su periódico “Pravda”, equivalente a decir a los lectores soviéticos en general, y a Stalin en particular.

Me extraña un tanto que cites a G. Almirante como fuente de una noticia de tanta importancia. ¿Qué fuentes cita él? ¿Qué sabía él del proceso de José Antonio?

En la parte final del e-mail que me escribes (ver más abajo), le das ahora a tu hipotético  “monumento” una dimensión inesperada, como si te viniera pequeño el adjetivo de “nacional”, y escribes: “…en sintonía con los momentos estelares de la humanidad…” Sinceramente  no lo entiendo… No sé a qué “momentos  estelares” te refieres… Época de la aparición del Cristianismo con Jesucristo N.S.; la Stma. Virgen, etc.;  s. XV con los Reyes Católicos: unidad de España; descubrimiento de América o al s. XVI época de Carlos V; Felipe II con la “secuela” de San Ignacio de Loyola; S. Fco. Javier; Sta. Teresa, etc.… o bien a los “santos laicos” del universo mundo como Gandhi; Mandela; Churchill, etc.

Por último en cuanto al otro “agravio” o reproche que me haces:

 “… de “fallo de información” como el que tú tienes al escribir que en dicha carta no se indica en qué lugar tuvo el pretendido abrazo”.

Debes repasarte mi anterior artículo –o al menos releer lo escrito más arriba…Vuelves a incurrir en  tu habitual método de sacar con pinzas un par de palabras del contexto. Una vez descartado lo del presunto abrazo en “estrados” y delante del público y de los 14 miembros del jurado  (igual que lo de “inmediatamente”), y sin la presencia de Miguel y de su esposa (a los que los milicianos armados se habrían llevado a sus respectivas celdas dentro de la cárcel de Alicante,), yo no descartaba  la posibilidad de que  hubiera podido tener lugar un abrazo de José Antonio a Iglesias Portal (tampoco para pedirle perdón) en algún otro lugar de la cárcel donde se hubiera podido reunir José Antonio con los “Jueces de Derecho”… pero añadiendo que, desde luego,  en dicha carta no se indicaba en qué “otro lugar de la cárcel” pudiera haber sido.

En conclusión, veterano periodista, creo que para destacar la grandeza del alma de José Antonio, no hay ninguna necesidad de recurrir al nada creíble testimonio de Iglesias Portal, en su carta a Miguel, a través de sus hijas, porque es un “testimonio interesado”, tratando de emocionar  al hermano de José Antonio, para que medie o interceda  por él  y  logre su indulto o la garantía de poder regresar a España, sin peligro de ser procesado judicialmente.

Para el “monumento” al que tú aludes bastaría con apoyarnos no en hipotéticos abrazos,  sino en la certeza del testamento de José Antonio. Ahí se ve sin lugar a dudas la grandeza y hondura  del alma de José Antonio ante la proximidad de su muerte…  etc. etc. 

Nada más por hoy. Recuerdos a Baltasar Gracián. Me temo que –al igual que ya te ocurrió con mi e-mail anterior- tú prefieras dar la callada por respuesta, amparándote en tu edad (ver lo dicho antes… “solo” me llevas 11 años).

Saludo a nuestro estilo,

                            Sigfredo Hillers (n. 1934)

 …………………………………………………………….

Querido Sigfredo Hillers:

Vale más quintaesencias que farragos (Baltasar Gracián). Siempre he procurado ser fiel a este principio, practicando el periodismo de precisión y la taxonomía, frente a la

elucubración y el revoltijo. Así lo declaro porque, según me cuentan, me has dedicado, por medio de internet, una filipica, a proposito de una frase de un articulo mio.

Veamoslo metodicamente.

1. ARTICULO. Según me cuentan, me has dedicado, por medio de internet, una filipica, a proposito de una frase de un articulo mio.  Te refieres, sin identificarlo a un artículo mío que, de entrada, calificas como estupendo y muy emotivo (muchisimas gracias, querido Sigfredo, por tu generosidad).

Por fin, no sin esfuerzo, debido a la debilidad de mi memoria nonagenaria, he localizado el articulo como “Ser y estar de Jose Antonio” que primero fue ponencia en las Escuelas de Verano de Plataforma 2003 (Burgos, julio, 2011) y luego texto para el nonato Boletin de la Plataforma (2012). No te refieres, como se podria suponer, a “El abrazo”, publicado en “La Razon” (7 octubre 2003).

Te refieres concretamente a un parrafo de “Ser y estar de Jose Antonio” (5 lineas entre 473) al que, por tu cuenta, has añadido la  palabra nacional y que dice:

Leída la sentencia de muerte, inmediatamente José Antonio avanza hacia el estrado, abraza al presidente del tribunal, Eduardo Iglesias del Portal,  con el cual había tenido relación en el foro en Madrid, el uno como abogado el otro como fiscal, y le pide perdón por lo que habrá sufrido por su culpa. El abrazo de José Antonio es el inmenso monumento a la conciliación de España.

2. DOS DISCREPANCIAS. A la vista de aquel parrafo y solo de aquel parrafo de mi articulo, manifiestas dos discrepancias y solo dos discrepancias:

        1. No existió el abrazo de Jose Antonio.

        2. De haber existido, con el abrazo no comienza la reconciliacion nacional.

3. EL ABRAZO. No soy yo quien declara la existencia del abrazo. Es Jose Luis Saenz de Heredia en un articulo de 1968 titulado “El aturdimiento de los predispuestos” que en 1981 confirma  en Television Española, en el programa “La clave”. Saenz de Heredia

publica por vez primera la carta que las hijas de Eduardo Iglesias (Maria, Teresa y Dolores) dirigen desde Mejico, a Miguel Primo  de Rivera, a la sazon embajador de España en la Gran Bretaña,  pidiendo su intercesion para que su padre, alli exilado, pueda repatriarse normalmente. En esta carta, las hijas de Eduardo Iglesias escriben:

Si su excelencia estuvo presente en el juicio, recordará que al terminarse y comunicarse la sentencia, su hermano Jose Antonio subió al estrado y abrazó a nuestro padre y le dijo que sentia el mal rato que por su culpa

estaba pasando, pues no sé si sabrá que mi padre y él eran buenos amigos.

Saenz de Heredia añade:

Tengo tambien la carta que Miguel escribió contestando y dando fe de ser cierto cuanto ellas le decian. Y tengo tambien las que escribió a Madrid para conseguir y obtener la repatriacion.

Con este testimonio, para mi incuestionable, con sucesivas referencias y largas conversaciones (he tomado contacto con un nieto de Eduardo Iglesias), conociendo la calidad humana de Jose Luis Saenz de Heredia,con el que tanto he querido, escribí treinta y cinco años despues “El abrazo”.

No son, pues, suposiciones deducidas de suposiciones ni fallos de informacion como el que tu tienes al escribir que en dicha carta no se indica en que lugar tuvo el pretendido abrazo.

4. LA RECONCILIACIÓN. Me lo pones muy facil. Nunca he escrito ni he dicho que con el abrazo de Jose Antonio comenzase la reconciliacion nacional. Quod scripsi, scripsi. Ahi está mi frase al final del parrafo de cinco lineas, en sintonia con los momentos estelares de la humanidad.

Ahi está mi articulo “¿Quien se ha reconciliado conmigo?” (“La Razon”,10 de febrero de 2003)

Eso es todo, querido Sigfredo. Y, por mi, se acabó, como yo me estoy acabando. Lo demás, harina de otros costales.

Te abraza

Enrique de Aguinaga (1923)

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2 COMENTARIOS

  1. Don Sigfredo siempre tan atento y moderado en sus escritos, como siempre. Es curioso la poca o nula capacidad de este falangista, a la hora de escribir sobre las cosas del HOY y no del AYER. Algo que sin embargo podríamos calificar del contrario a la falange.

  2. Encuentro un punto débil en la larga y documentada exposición que Sigfredo Hillers hace del asunto.
    La carta es enviada por las hijas del magistrado, miembro del Tribunal Popular, a Miguel Primo de Rivera, el hermano de José Antonio, que sí estaba presente en el juicio como imputado y después condenado. Si tal carta contenía una información como la de que José Antonio se hubiera dirigido al tal magristrado para abrazarle y pedirle perdón por el mal rato que le había hecho pasar, Miguel lo habría visto, si no oído también. ¿Cómo es que, de ser mentira, de no haber existido tal hecho, Miguel iba aceptar lo que decía la carta al respecto y proceder posteriormente a las gestiones en favor de su padre, objetivo de la carta?
    No se entiende que al margen de que Miguel Primo de Rivera aceptara con la mejor y más sana intención de hacer un favor de ese calado al magistrado republicano y su familia, lo hiciera tragándose una falsedad que él mejor que nadie sabía que era tal. De más lógica parecería que rechazara tal carta y el fin que con ésta se pretendía precisamente por basarla en una mentira. Una carta falaz no parece el mejor aval para lograr el favor de quien sabe que lo es.
    ¿Qué mejor testimonio que el de Miguel Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, que estaba presente en el juicio, para dejar al descubierto la trapacería contenida en la tan citada carta?
    Pido perdón, no obstante, por si no he entendido bien el texto.

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