Dos mil personas han respaldado la nueva puesta de largo de Movimiento Ciudadano en Madrid, aunque casi la mitad no hayan podido ocupar una localidad del Teatro Goya. En sus primeras filas arropaba el proyecto el expresidente socialista de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina. A diferencia de hace un año, y en palabras de Albert Rivera, las reformas que propone esta plataforma, cuyo motor principal es el partido Ciudadanos, se harán «por las urnas» ya que no puede ser «por las buenas». Así ha constatado el fracaso de promover reuniones con el Gobierno y el PSOE para hablar de una agenda que incluya modificar la Ley Electoral, eliminar duplicidades en la Administración, impulsar una pacto nacional por la Educación «y no permanentes contrarreformas», garantizar la separación de poderes «para resucitar a Montesquieu» y cambiar radicalmente el funcionamiento interno de los partidos porque, en palabras del presidente de Ciudadanos: «no hay que tener miedo al talento y sí a la mediocridad».
LD / Otro fracaso que ha estado en todo momento presente ha sido el del entendimiento con UPyD, desde que el eurodiputado díscolo de la formación magenta, Fernando Maura, se subiese a la tribuna en primer lugar y alguien le gritase, entre aplausos, «valiente». Maura no ha olvidado mencionar, entre vítores, a Francisco Sosa Wagner y ha reprochado a la dirección de su partido estar «encerrados en unas siglas». Un mensaje que también ha reafirmado Rivera al decir que le importa más España que el partido que preside y que a los votantes «no se les puede expulsar de un partido».
Las alusiones veladas a Rosa Díez también han estado presentes en el discurso de Manuel Conthe, ex presidente de la CNMV, quien ha descrito las cualidades que deben adornar a un líder político, alguien, ha dicho, que no puede mostrarse enfadado ante la opinión pública. Su discurso, el de mayor profundidad política de la mañana, ha supuesto el esbozo de todo un ideario político: patriotismo europeo «me siento tanto de Voltaire como de Cervantes»; elogio de la fiscalidad «pagar impuestos es la mejor forma de patriotismo […] estoy muy conforme con la tasa Google»; defensa del empresariado «los países prósperos tienen en común un gran tejido empresarial» o monarquía parlamentaria como forma de Estado «yo siempre hablaré de don Felipe y no de Felipe VI». Una propuesta para afrontar la «encrucijada» de las próximas elecciones generales, como la ha definido la candidata de Ciudadanos a la Comunidad Valenciana, Carolina Punset.
Para esa cita, Albert Rivera -recibido en pie por el auditorio con el que luego ha repartido besos y fotos en un photocall- ha propuesto una reagrupación democrática con tres referentes: el Adolfo Suárez de la Transición, el Felipe González de los años ochenta y el José María Aznar de los noventa «ellos nunca miraron quién tenían enfrente, sino a los que estaban detrás apoyándoles». En su discurso no han faltado críticas al «bipartidismo decadente» y al «populismo emergente». Sobre esto último, el líder de Ciudadanos ha decretado el fin de las luchas de clases «ahora hace falta una clase media fuerte» y de rojos y azules «no podemos volver a lo peor de nuestro pasado» para concluir: «si me dan a elegir entre Dinamarca y Venezuela tengo claro que mi opción es la primera».
Albert Rivera ha pedido abrir la «Puerta Grande del Congreso» y ha reivindicado que Movimiento Ciudadano, en línea con los españoles y al contrario que otros partidos, tiene «más ganas que miedo» para reformar España.