Pablo Iglesias, en un artículo publicado en la web Rebelion.org, rescatado por ABC, afirma que el himno español es una «cutre pachanga fachosa» y se queja de tener que soportar, «día tras día, el nacionalismo español y su bandera monárquica y postfranquista».
LD / En este artículo titulado La selección de baloncesto y la lucha de clases, el líder de Podemos hace un análisis en el que mezcla su discurso revolucionario con lamentaciones por la simbología que acompañaba a la selección española de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008 . Símbolos que a su entender expresan un nacionalismo, el español, que le revienta «mucho más que el vasco o el catalán».
«Ya me gustaría a mí ver a los jugadores de la selección de basket con un uniforme tricolor y escuchar un himno como La Marsellesa y no la cutre pachanga fachosa, antes de los partidos o cuando se gana algo», asegura Iglesias.
En el texto también pide solidaridad «para los que somos de izquierdas y tenemos que soportar, día tras día, el nacionalismo español y su bandera monárquica y postfranquista». Cabe destacar que la enseña española se remonta a la década 1780 y ha permanecido inalterable desde entonces, con excepción de las variaciones de su escudo. Únicamente se modificó durante la II República (1931-1939), cuando se sustituyó una de las franjas rojas por otra morada. Por su parte, la Marcha Real o Marcha de Granaderos disfruta de oficialidad desde finales del siglo XVIII, estatus únicamente interrumpido por el Trienio Liberal (1820-23) y la II República.
«Pero esto es lo que hay», dice Iglesias, «y si te gusta el baloncesto y quieres emocionarte con un equipo que conoces te tienes que tragar la infame pompa nacional y pasar por alto que los chicos de oro son, en gran medida, un grupo de millonarios dispuestos a vender su imagen a cualquier banco, empresa multinacional o sindicato del crimen dispuesto a pagar por la publicidad», pero precisa «yo hasta que el baloncesto boliviano no llegue las olimpiadas paso de cambiar de equipo».
La revolución es «tácticamente posible»
En el texto, Iglesias, también trata de demostrar que el buen juego de los españoles, lo que él llama «el ejército rojo», frente al combinado de Estados Unidos, certificaba que la revolución es «tácticamente posible».
Aunque para Iglesias, la conclusión de ese enfrentamiento deportivo es que, «al igual que ocurre con la lucha de clases, en ciertos momentos muy precisos de la Historia la victoria frente a los poderosos no siempre es imposible». Iglesias considera así que, pese a haber sido derrotada por 107 a 118, España habría ganado si los norteamericanos no lo hubieran hecho «todo perfecto».
Añadiendo que gracias a la victoria de Estados Unidos: «Nos ha librado de aguantar el himno, de las celebraciones de exaltación nacional, del orgullo de ser español y de la sucesión de infames actos protocolarios que acompañan los éxitos de los héroes de la patria».
Iglesias cierra el artículo con la siguiente frase: «Pero la Guerra Fría acabó y, con ella, el secuestro del pensamiento de Lenin, en las manos los burócratas soviéticos. Por eso hoy podemos decir que Lenin ha sido, con mucho, el MVP de la final».
¿Pero éste no era patriota? Ah, claro, de vez en cuando, nunca viene mal tener un par de chaquetas de repuesto en el armario por si te da por fundar un partido político y, por la gracia del sistema, asaltar una poltrona en el Congreso.