Por Eduardo García Serrano
Como dice el viejo refrán castellano «de casta le viene al galgo»… para lo bueno y para lo malo. Pablo Iglesias es un hijo legítimo del FRAP, aquella excrecencia criminal del PCE fundada en 1973 por su rama marxista leninista para asesinar policías y guardias civiles, maquillando los crímenes con la épica de la lucha armada contra la Dictadura Fascista de Franco. En el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriótico) militó el padre de Pablo Iglesias, Javier Iglesias. Nunca lo ha ocultado, su hijo tampoco.Padre e hijo se enorgullecen de esa militancia en una organización terrorista que en el año de su fundación llevó a Javier Iglesias a la cárcel.
El padre del líder de Podemos es un alto funcionario del Estado, Inspector de Trabajo y Seguridad Social y Delegado del Ministerio de Trabajo en varias provincias. Ejerció en Soria, Guipúzcoa, Zamora y Almería antes de recalar en Madrid. Ha sido, además, profesor de Historia Contemporánea e Historia de Relaciones Laborales en la Escuela de Relaciones Laborales de Zamora, dependiente de la Universidad de Salamanca. La madre de Pablo Iglesias, Luisa Turrión, es abogada de CCOO. Buena profesional y mejor persona, son muchos los abogados laboralistas que la recuerdan atendiendo sus obligaciones profesionales en los Juzgados de lo Social acompañada de un niño pequeño. Era su hijo, Pablo Iglesias Turrión.
En el año de la fundación del FRAP, 1973, Javier Iglesias es detenido por su militancia en esta organización terrorista, de breve pero sangriento historial criminal. El mismo Javier Iglesias cuenta en su blog como estando en la cárcel le van a visitar, en el locutorio de abogados, Enrique Tierno Galván, Gregorio Peces Barba y José Bono, al que Javier Iglesias define como «un oscuro pasante del despacho de Tierno». Ese oscuro pasante es el mismo que hoy anda conspirando con su hijo Pablo y con Zapatero para segarle la hierba bajo los pies a Pedro Sánchez. Tampoco Pablo Iglesias ha negado nunca la militancia de su padre en la organización terrorista FRAP. Es más, se ha ufanado de ella y, en el artículo que escribió, mitad necrológica mitad evocación personal, a la muerte de Santiago Carrillo, Pablo Iglesias utiliza la militancia en el FRAP de su padre para contrastar y enfatizar su admiración por el asesino de Paracuellos del Jarama, diciendo textualmente: «Créanme si les digo que siendo hijo de un militante del FRAP (….) tiene su mérito admirar a Carrillo». La razón del énfasis de contraste que hace Pablo Iglesias entre ser hijo de un militante del FRAP y admirar a Carrillo, reside en que el FRAP se funda contra la política de reconciliación del PCE con el posfranquismo. En 1973 el FRAP, en el que militó el padre de Pablo Iglesias, comenzó a asesinar matando en Madrid a un subinspector de la Brigada Político Social, posteriormente el FRAP asesinó a dos agentes de la Policía Armada y a un teniente de la Guardia Civil. De ese origen y de ese padrinazgo se siente muy orgulloso Pablo Iglesias. Eso es lo malo y eso es lo peligroso. No ha aprendido nada, aunque cree saberlo todo.
Artículo de Eduardo García Serrano en el diario La Gaceta.
No me extraña que sea admirador de los terroristas de ETA, si él viene de un linaje de cabrones y terroristas.
La degradación de las «castas» políticas llegan aquí a la sublimación: ElFRAP, el GRAPO y ETA son el máximo exponente del marxismo-lenilismo, del odio, de la rfevancha y del asesinato politico.
Pero , demos un margenb a la esperanza: es posible que el hijo se arrepienta, finalmente, de los terribles pecados familiares y se convierta en demócrata.
La degradación de las «castas» políticas llegan aquí a la sublimación: ElFRAP, el GRAPO y ETA son el máximo exponente del marxismo-lenilismo, del odio, de la rfevancha y del asesinato politico.
Pero , demos un margenb a la esperanza: es posible que el hijo se arrepienta, finalmente, de los terribles pecados familiares y se convierta en demócrata.