Mariano Rajoy se puso como ejemplo ante los jóvenes de la formación. «Nos ha tocado una época de modas complicadas, se habla mal de España y de la clase política», admitió en la segunda jornada de la convención del PP. Pero, frente a quienes «quieren cambiar el sistema», el presidente volvió a convertirse en el máximo defensor del mismo y recordó sus inicios, cuando pegaba carteles a partir de las diez de la noche tras pasarse el día estudiando.
LD / «Hay una cierta tendencia por parte de algunas fuerzas políticas a destacar lo que está mal, los problemas y las desgracias que tenemos», arrancó el jefe del Ejecutivo, para instar a los suyos a que salgan a la calle y den la réplica con datos. «Hemos vivido una crisis importante pero, aún así, somos un gran país. De los más importantes del mundo», ensalzó.
En este contexto, se revolvió contra los partidos que quieren modificar el marco vigente. Una crítica a Podemos, pero sin citar al partido de Pablo Iglesias: «Ahora hay algunos que quieren cambiar el sistema. ¿Qué sistema quieren cambiar? ¿El sistema que les permitió estudiar toda la vida en colegios públicos si quisieron? ¿El sistema que les permite ir a la medicina pública sin pagar a lo largo de toda su vida? ¿El sistema que les permite entrar en la universidad? ¿El sistema por el que tienen becas sin asistir por importe de 1.800 euros al mes? ¿Ese es el sistema que quieren cambiar», se preguntó. «Yo lo que quiero hacer es perfeccionarlo, porque estoy orgulloso», replicó.
Como modelo de lo bueno de la clase política -diana de Podemos y otras formaciones minoritarias- se puso así mismo: «empecé en política pegando carteles», afirmó, para recordar que fue ascendiendo poco a poco. «He visto lo que hacen los políticos que no han visto un euro nunca. Que es gente razonable, sensata y honesta, y estoy orgulloso», y de ahí que proclamara que no acepta «esa crítica brutal hacia toda la clase política».
«Los políticos también somos seres humanos, tenemos sentimientos y pensamos», destacó. A los jóvenes del PP les animó: «si optáis por la política, podéis sentiros legítimamente orgullosos porque de lo que se trata es de defender los intereses de vuestro país». Estos le preguntaron por la corrupción, pero el presidente rehusó contestar.
De lo que tampoco habló Rajoy fue de la espolea de José María Aznar en la jornada anterior ni de Luis Bárcenas y sus acusaciones. El presidente, según dijo, centrará su intervención de clausura en los asuntos que a su juicio preocupan a los españoles: economía, unidad del país y corrupción.
