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“Marcelino Camacho y los falangistas”

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– Son una mafia. Ya no son un sindicato.

Ya en su vejez, alejado de la actividad, Marcelino (q.e.p.d.) le hizo esa afirmación a su amigo y viejo cofundador de Comisiones Obreras, el falangista Ceferino Maestú, juzgando a los sindicatos de partido… aunque él continuó siendo comunista.

Y es que la historia es, casi siempre, compleja, llena de matices.

A Marcelino Camacho se le podrán discutir ideas, creencias y militancia, pero nadie puede negarle una vida entregada a la defensa de los trabajadores. Una vida vivida con austeridad y desinterés. Una vida compartida entre los talleres, la cárcel y la agitación; sin cruceros ni grandes restaurantes; sin subvenciones ni dependencia de las empresas ni de los gobiernos. Una vida austeramente sostenida por los propios trabajadores a los que sirvió.

Junto a Marcelino Camacho, el falangista Ceferino Maeztú fundó, en 1964 la revista Sindicalismo, que acabó prohibida pero que supuso una concepción nueva, utópica , de una empresa en la que solo los trabajadores en sus distintos niveles fuera dueño… y que se concretaba en la cooperativa Ulgor (FAGOR) fundadaza por su promotor, el cura Arizmendi Arrieta… desgraciadamente sumida posteriormente en el separatismo.

Aquellos sindicalistas variopintos nos reuníamos en un local mítico, el Café Lyón, de la calle de Alcalá de Madrid, en una inolvidable tertulia: “la Bellena Alegre”, adonde acudieron Marcelino Camacho, Julián Ariza y los hermanos Reboul, conviviendo y debatiendo amigablemente con Narciso Perales, González de Canales, Cantarero, Castro Villacañas y otros insignes falangistas revolucionarios o reformistas. También la Ballena Alegre fue cerrada.

Cundo aparece la primera Comisión, la del Metal de Madrid, los miembros de las Unión de Trabajadores Sindicalistas (los falangistas disidentes) estaban allí, participando en las reuniones de la Casa de Campo, y reclamando una revisión de lo que ahora se llama el IPC, previamente escandalosamente manipulado por el Instituto de Estadística.

Ahí nació con verdadera fuerza Comisiones Obreras, con curas, falangistas, católicos…y comunistas, mano con mano, aunque estos últimos aún no confesaban que lo eran.

Si decíamos al principio que la historia fue compleja, la actitud de Marcelino Camacho, empeñado en la defensa de los obreros, fue siempre insobornable, y nadie puede regateársela ahora. Salió triunfante en la orientación de Comisiones, frente a los falangistas, a los procedentes de la HOAC y a otros muchos colaboradores iniciales.

Desde muy jovencito y hasta su último suspiro fue comunista.

Pero esa ya es otra historia.

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5 COMENTARIOS

  1. Qué Carlos León Roch tenga aprecio personal a Marcelino Camacho, porque compartieron historias del abuelo Cebolleta en el Café Lyón hacen que sus apreciaciones subjetivas caigan en el ridículo histórico
    Estupideces como estas no se entienden ni desde la amistad personal”A Marcelino Camacho se le podrán discutir ideas, creencias y militancia, pero nadie puede negarle una vida entregada a la defensa de los trabajadores.”
    Camacho nunca defendió a los trabajadores.
    Su fin era hacer la Revolución y uso a los trabajadores sin preocuparles ni ellos ni sus familias, ni los que dejaban de ser trabajadores e iban al paro.
    Marcelino Camacho fue el primer colaborador con la CEOE
    Y para comprobarlo no hay más que ver las condiciones laborales de los trabajadores en la actualidad en relación no solo con las que tuvieron sino con las que tendrían en este momento si no huabieran cambiado el sistema sindical
    Los únicos que tienen que estar agradecidos a Camacho son los comunistas, los hoteleros Rumanos, donde pasaba sus vacaciones con el resto de aparachis, y los empresarios extranjeros, que eliminaron la competencia española

    • Creo que hay un “error garrafal”.ese escrito ¡de 2010! no lo reconozco como mío.
      En absoluto he hablado , ni bien ni mal, de Marcelino Camacho, con el que jamás he cruzado una palabra.
      Sin embargo, en mi época de estudiante en Madrid sí estuve muchas veces en la Ballena Alehgre. con Ceferino, Cantarero, Sanchez Aguilar…y he dirfundido Sindicalismo ewntonces y ahora, como apasionante proyecto de empresa nacionalsindicalista
      Pero este escruito NO ES MIO.

  2. Con Marcelino Camacho igual que con Labordeta: cómplices del mal

    http:/anotacionesdepensamientoycritica.blogspot.com.es/2010/10/con-marcelino-camacho-igual-que-conhtml

  3. Amigos de El Municipio:
    Con sorpresa , he leído el escrito sobre Ceferino Maestú y Camacho que incluye mi firma ,pero que no reconozco de ninguna manera (¡y en 2010!)
    Os ruego que comprobeis el error .
    Gracias.

    Carlosd León Roch

  4. Amigos de ElMunicipio: Enrelación al supues6to escrito mio ( que no reconozco) he repasado algunos antiguos yéste es el qure “se parece”.Lo podeis publicar, si lo considerais iportuno. Gracias

    Mi dolor por Mondragón

    Nunca he estado en Mondragón, ni en Jerusalén, pero es una ciudad que permanece en mi pensamiento como incitación a una vida mejor.
    Mondragón; Mondragón en lo humano, como utopía juvenil .-aún presente en mi ánimo- de unas relaciones laborales enmarcadas en la justicia y la igualdad.
    En aquellos lejanos años sesenta muchos jóvenes universitarios estábamos encandilados por la visión joseantoniana de unas empresas en las que sus propietarios no fueran el capital ni el Estado sino todos y cada uno de sus trabajadores agrupados en sindicatos de empresa, y en las que el capital solo era –y nada menos.- que un factor de la producción, pero un factor que, como las máquinas y el terreno, se alquila, pero no se constituye en ”dueño”; propiedad reservada al único factor humano de la producción: el trabajo.
    Aquella verdadera cooperativa de producción fue idea de un cura de allá, el padre Arizmendarrieta, con el apopo financiero de la familia Oreja. En esa ilusionada empresa colaboraron nacionalistas , anarquistas…y falangistas, entre los que me encontraba, y nos expresábamos en un periódico ( Sindicalismo) semiclándestino, vendido a voces por las calles de Madrid y dirigido por otro falangista disidente(Ceferino Maestú), ,profundamente religioso y cofundador de las Comisiones Obreras…hasta la deriva de éstas a posiciones marxistas.
    Han transcurrido más de cuarenta años, y de aquellas esperanzas, de aquellas ilusiones queda la nostalgia. Queda el recuerdo de cuando todos los electrodomésticos “habían” de ser Fagór, en mi entorno, y el famoso hipermercado hacía su negocio en toda España…Y muchos de nosotros nos imaginábamos una España “modelo Mondragón”, ilusionados en la producción armónica, en el deseo de prosperar sin humillar, de sentirnos unidos y felices, amando a una Patria común y disfrutando de nuestras particularidades enriquecedoras. Soñábamos con unas fábricas en las que, al contemplar la salida del trabajo, no fuéramos capaces de distinguir por su aspecto a obreros e ingenieros. Soñábamos – y luchábamos- por una España laboral que fuera como la Arcadia feliz, mirándose en el espejo de un Mondragón precursor.
    Aquellos pocos cientos de cooperativistas se han convertido en muchos miles de personas que habitan en Mondragón, en Gupuzcoa; en ese Mondragón rechazado, gobernado por políticos que no son contrarios sino enemigos de la inmensa mayoría de nosotros, y que se alinean con los más abyectos searatistas y asesinos políticos, sin paz, piedad ni perdón.
    Ahora, la economía, las pérdidas, la caída de las ventas – que no el rechazo de la ciudadania – están poniendo en serio aprieto la supervivencia de la empresa
    En el dolor y la tristeza se desvanece mi nostalgia por Mondragón.

    Carlos León Roch.
    Cartagena

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