Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Con esto de la salida de escena, al menos en su categoría de protagonista, del que llaman ideólogo del nuevo partido Podemos, Juan Carlos Monedero, que dimitió o le dimitieron en días pasados, sin necesidad de recurrir a las clásicas purgas que se incluyen en todos los comunismos posibles, -algo que personalmente excluyo de los usos de la nueva formación política entre otras cosas porque estamos en pleno siglo XXI y ahora no procede actitudes de esa clase-, me cabe a mí la reflexión de si nosotros, los falangistas en general tenemos entre nuestros afiliados o militantes ( no hablo de simpatizantes, que nunca o casi nunca están ni se les espera ), alguna persona a la que pudiéramos denominar, clasificar, definir con esa palabra tan significativa como Ideólogo.
Doy un repaso por mi memoria azul, y, creo que haberlas -como las meigas- las hay, pero que o bien no están lo suficientemente comprometidos para dar su nombre como tal, o bien, no se atreven por modestia, por prudencia, o simplemente porque no se les da la ocasión para hacer un verdadero trabajo ideológico que, de alguna forma, diera cobertura doctrinal “actualizada” a lo que es y representa el nacional sindicalismo. Estoy seguro de que en la misma FA, existen cerebros con los muebles muy bien puestos, capaces de desarrollar a la altura de hoy, siglo XXI, digamos un aggiornamiento de los principios permanentes de la primitiva Falange y por qué no, también otras agrupaciones azules pudieran contar con hombres y mujeres llenas de méritos para intentar, porque parece preciso, un desarrollo ideológico. La pregunta es obvia, ¿tenemos los falangistas un personaje “au pair”, al Monedero podemista?
Hay por ahí camaradas con la mejor voluntad que de vez en cuando nos regalan con alguna reflexión propia de un auténtico ideólogo, pero son pocos y muy espaciados. Otros, intentamos aportar alguna que otra idea, pero rápidamente hasta ahora, somos ninguneados, utopizados, o poco menos que marginados. No es mi caso, que ni siquiera me tengo por instruido, que conste, porque aunque soy leído y tal vez escuchado, y hasta me saludan, la verdad es que mi siembra sirve de bien poco. Detalle que no me quita el sueño ni me aparta de mis viejas convicciones, pero que no evita el que me pregunte por qué no hay un verdadero ideólogo en nuestras filas. Es por eso que desde aquí, lance una llamada a todos esos camaradas que de verdad tienen, poseen, virtud y conocimiento para constituirse o convertirse en Ideólogos de la Falange de 2015. Nosotros también nos merecemos alguien así.