La joven Mutlu Kaya ha estado a punto de morir porque quiso triunfar en la música. Un individuo le disparó en la cabeza, en la madrugada de este pasado lunes 18 de mayo, después de que el clan familiar encabezado por su propio padre la amenazara por desear participar en un ‘talent show’ en la televisión de Turquia.
Según el periódico ‘Hürriyet’, Kaya, de 19 años de edad, sigue en estado crítico en un hospital de Diyarbakir, la mayor ciudad kurda de Turquía. A pesar de su situación, los médicos no temen por su vida y han notificado su progreso.
Mutlu Kaya logró, el mes pasado, exprimir el lagrimal de media Turquía con su directo en la preselección para el programa ‘Sesin çok güzel’ [Suena muy bien], el programa de talentos musicales del canal Fox.
Sobre el escenario, la joven entonó la nana ‘Heveslik Eyledim’ del folklorista local Musa Eroglu. Lo hizo de forma tan sentida que la madre de Mutlu, junto a su hermano, se pasaron la actuación sollozando abrazados. Ya sorprendió entonces la ausencia del padre.
Por otro lado, poco después de aquella primera cita con el estrellato, el pasado 17 de abril, el periódico local Posta informó que la joven había empezado a recibir amenazas directas de muerte del clan de su padre.
«Cuando oyeron que iba a unirme al concurso, me dijeron que iban a matarme. Tengo miedo», dijo Mutlu Kaya de acuerdo con el rotativo, tomando por fuente al equipo de producción del programa.
La promesa de la canción había dado el «sí» a probar en el ‘talent’ después de que Sibel Can, una célebre cantante y miembro del equipo de Sesin çok güzel, viajara expresamente en marzo a Diyarbakir para convencerla de que se pusiese bajo su tutela musical.
Sibel Can acudió a la cantina de la escuela, donde Mutlu Kaya trabaja, y le prometió a ella y a su madre un futuro prometedor. «Su hija ahora está conmigo. Tiene un gran talento artístico. La primera vez que la oí cantar dije ‘¡es ella!'», aseguró la diva turca.
Aunque el sureste turco alberga a la comunidad kurda, conocida por haber alumbrado un movimiento secular en auge, los crímenes de honor [muchas veces disfrazados de suicidio por los agresores, generalmente familiares], siguen siendo una lacra.
La Plataforma Stop Feminicidios estima que, sólo en el pasado año 2014, cerca de 300 mujeres fueron asesinadas. El 47% de ellas murieron por tomar decisiones de forma independiente. No llevamos ni medio año y en 2015 el terrorismo de este tipo ya ha matado a 91 mujeres.