En la escuela nos hablaban de la Generación del 98 como la “Generación Triste” y la de la pérdida de las colonias. Es la generación de Unamuno, Baroja, Maeztu, Valle, Machado… ¿hay quién dé más? Y, sin embargo, tengo la sensación que desde entonces no hemos salido del bache (golpes de estado, democracias inestables…). ¿Para cuando una España alegre y faldicorta?, ¿son los complejos algo consustancial al español?; quiero pensar que no.
El pasado fin de semana, paseando por El Escorial con mi familia, se me helaba la sangre. Hemos pasado de temidos a temerosos y no estoy hablando de colonizaciones, ni imperialismos antediluvianos. Solo pido respeto para mi Tierra; respeto interior y exterior, y es que empieza a molestarme que cuando a un guiri se le pregunta por España, la resuma en sol, paella y borrachera costera. Me molesta también que aquí cada uno haga de su capa un sayo y además se vaya de rositas, que piten al Himno Nacional y el castigo sea una comida sin postre. No llevo nada bien que al hablar de corrupción se haga como hace siglos con la gripe: española.
No soporto, no ya que no se celebren los aniversarios de Teresa de Ávila, sino que simplemente no se sepa ni quien es.
En definitiva, me da arcadas el simple hecho de que, eso si, ningún español ignore que a una tonadillera le han dado un permiso carcelario de cuatro días.
Y es que deberé estar haciéndome viejo y…»no estoy en la pomada».
Información ofrecida por Alberto en Falange Auténtica (FA).