Envolverse en banderas, olvidándose del hambre y el sufrimiento del pueblo, a manos de unas élites envueltas constantemente en escándalos de corrupción, despilfarros y endeudamientos, no es propio de patriotas.
Cuando se desprecia a nuestra Bandera o al Himno nacional, se desprecia a unos símbolos que nos representan a casi todos. Cuando se desprecia a las personas abandonándolas a su suerte, hasta llegar a situaciones de precariedad absoluta, se ofende, no a los símbolos, sino a la esencia misma de la Patria.
No hay Patria ni proyecto colectivo de un pueblo, sin Justicia Social. Y aunque nosotros sentimos nuestros simbolos, si observamos que esa falta de respeto a los mismos, se produce, en algunos casos, porque ya antes existe un desprecio absoluto a la Dignidad de las Personas que integran España.
Información ofrecida por Defensa Social.