Los jóvenes que viven en ámbitos rurales consumen más alcohol, tabaco y cannabis que los jóvenes urbanos, según un estudio elaborado por la profesora de Estudios de Enfermería de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña (UViC-UCC), Núria Obradors.
EFE / El estudio, que forma parte de la tesis doctoral de Obradors sobre «Desigualdades en salud en las conductas de riesgo de los jóvenes, según el ámbito de residencia», constata que sólo en el caso de la cocaína, el consumo es superior entre los jóvenes de ciudad.
La profesora ha estudiado el consumo de alcohol y otras sustancias entre 1.268 jóvenes de cuarto de ESO de 26 centros educativos de las comarcas del Bages, Anoia, Osona, Berguedà y Solsonès durante el curso 2011-2012.
Además de poner de manifiesto que los jóvenes de ámbitos rurales consumen más que los jóvenes de ciudad, el trabajo también constata que el alcohol es la sustancia más consumida entre los jóvenes, seguida por el tabaco y el cannabis.
En cuanto a las diferencias por sexo, tanto chicos como chicas tienen un comportamiento similar en el consumo de tabaco y alcohol experimental, pero los chicos tienen más tendencia a practicar el llamado «binge drinking» (ingesta masiva de bebidas alcohólicas en un breve periodo de tiempo) y a consumir cannabis, base, «speed» y alucinógenos.
Según el estudio, el 20% de los jóvenes encuestados fuman semanalmente o cada día, un 15% habían consumido cannabis en el último mes antes de la consulta y un 82,8% habían probado el alcohol.
En cuanto al consumo de alcohol, un 27% de los jóvenes consultados afirmaba haberse emborrachado en el último año y un 23,4 % aseguraban haberlo hecho dos o más veces.
Diferencias en el consumo
El estudio constata que, en general, los jóvenes de ámbitos rurales tienen más tendencia a consumir tabaco, cannabis y alcohol. Según los datos sobre el consumo de tabaco, un 33,1% de jóvenes rurales fuman semanalmente o cada día, mientras que en el ámbito urbano este porcentaje baja hasta el 16,9%.
En el caso del consumo de cannabis, un 18 % de los jóvenes rurales afirmaban haber consumido en el último mes, una cifra que baja al 12,3 % en el ámbito urbano. Sin embargo, en el consumo de alcohol hay casi 10 puntos de diferencia entre los jóvenes que lo han probado: el 87,5% en ell ámbito rural frente al 78,3% en la ciudad.
Estos diez puntos de diferencia se mantienen en los consumos problemáticos y de borrachera: un 55,5% de los jóvenes de ámbito rural aseguran haberse emborrachado una vez o más frente a un 46,5 % de los jóvenes urbanos y un 38% afirman haber practicado el «binge drinking» (28,5% en el ámbito urbano).
Por el contrario, en cuanto al consumo de otras drogas, los alumnos de cuarto de ESO de ámbitos urbanos tienen más tendencia a probarlas (23,6%) que los jóvenes de ámbitos rurales (20,9 %).
En el caso de la cocaína, el contraste en el consumo es del 4,6% en los jóvenes urbanos y del 1,7% en los rurales. La tendencia sólo se invierte en el caso del policonsumo de alcohol y cannabis, que es del 23,5% en los jóvenes urbanos y por debajo, del 20,3%, en los jóvenes de ámbito rural.
El estudio concluye que los resultados obligan a plantear algún tipo de reflexión para trabajar con los jóvenes de ámbito rural con el objetivo de conocer los motivos de las diferencias y poder trabajar para reducir estos consumos.