Giro en la estrategia del Partido Popular. Hace justo una semana, un día después del demoledor resultado de las elecciones catalanas y ante barones territoriales y altos cargos, Mariano Rajoy llegó a comparar a Ciudadanos con UPyD, y vino a pronosticar que a Albert Rivera le podría ocurrir algo parecido que a Rosa Díez. El sábado, en el inicio de la precampaña electoral, alertó sobre los «amateurs», pero su principal andanada fue contra el «radical» Pedro Sánchez. Este lunes, sin embargo, Ciudadanos copó los principales avisos de la dirección del Partido Popular.
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LD / Constatado que las armas políticas utilizadas hasta la fecha contra Ciudadanos no han surtido efecto, el Comité de Dirección presidido por Rajoy decidió no sólo vincular la marca de Rivera con el centro-izquierda, sino pronosticar su alianza con el PSOE tras los comicios del 20 de diciembre. Y Javier Maroto, el portavoz elegido para poner a Ciudadanos en la diana, encontró dos ejemplos para el ataque: «Las pruebas están en las votaciones, tanto en Andalucía como en Madrid votan al PSOE», destacó, pese a que sólo en la región del sur hay un acuerdo formal los socialistas.
Así, a Mariano Rajoy no le importó poner a Cristina Cifuentes en un brete -ella es presidenta de la Comunidad de Madrid gracias al partido naranja- para intentar demostrar que Rivera es un líder «de centro-izquierda». «Su inclinación es evidente», llegó a afirmar el vicesecretario general de Acción Sectorial, que siempre ha alertado de que Ciudadanos podría no darle la llave de gobierno al PP. «Tengo amigos que han votado –a este partido- y se han quedado con los pelos de punta», disparó ya en julio, ante los micrófonos de esRadio.
Una y otra vez, Javier Maroto lanzó el mismo mensaje: Albert Rivera y Pedro Sánchez «hacen ojitos políticamente» y «su amistad se está convirtiendo en un noviazgo político». Se constata, en su opinión, por «la vía de los hechos» en Madrid y Andalucía, pero también tras leer su ideario político. «Su declaración de principios es de centro-izquierda», reiteró. Y volvió a lanzar el aviso: «Ciudadanos será la muleta» del líder socialista «a la Moncloa» en caso de que no pueda sumar los votos con Podemos.
Así, Mariano Rajoy intenta lanzar la idea de que sólo un partido de centro-derecha concurre a las elecciones generales, y ése es el Partido Popular. Aún más, sólo él representa la estabilidad económica e institucional. Arguye que tiene el respaldo de los principales líderes europeos -el 21 y 22 de octubre, habrá una cita en Madrid de mandatarios conservadores con Angela Mérkel a la cabeza- y que su plan de reformas ha contado con el aval de empresarios y organismos internacionales. «Lo que está en juego está muy claro: si la recuperación continúa o da marcha atrás. Todo lo demás está muy bien, pero esa es la verdadera batalla: recuperarnos o volver a la crisis», se afana en repetir.
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Según Javier Maroto, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) representa la inestabilidad y «está contagiando a Ciudadanos en jugar al despiste». Si bien, el portavoz de Génova se cuidó de destruir todos los puentes con Albert Rivera, al que dijo respetar y con el que dio a entender que se quieren llevar bien en el futuro. De hecho, en privado, la cúpula admite que no existe otro socio posible el día después del 20 de diciembre de este año 2015. Y de ahí que Mariano Rajoy vaya a evitar, de momento, ser tan duro como este lunes su vicesecretario general.